Capítulo IX

1178 Words
“Enamorarse marca a la persona para siempre, y los sentimientos más intensos de la vida se sienten por amor.” —Marian Rojas Estape— ◦✤ ∴ ✤ ∴ ✤ ∴ ✤◦◦✤ ∴ ✤ ∴ ✤ ∴ ✤◦ —¿Porque… porque te comportas de esa manera? Dices que me amas y te encuentro con Polanski—tras esa pregunta erguía la cabeza para fijar su atención sobre mí. —No es cómo crees, yo… —Lo defendías en la conversación que sostuvimos ayer y hoy pasa esto. —Zayn, si dejaras que me explique. Las cosas no son como piensas, han pasado cosas y yo…—mi llanto no me dejaba terminar, lo cual propiciaba que su cercanía se acentuara brindándome ese abrazo que necesitaba de su parte. De un modo inexplicable el abrazo que había recibido de Andrew no tenía el mismo efecto que el que me brindaba Zayn, su calidez y magnetismo eran de otro nivel, algo que apaciguaba un poco mi sentir. Dada las circunstancias tras haber amilanado mi tristeza nos dirigimos al departamento. Apenas accedimos se dirigió a la terraza, viendo su actitud creí prudente esperar que apaciguara su furia para poder hablar, sin embargo, de nuevo comprobaba que no sería asi. —Evannia, debemos hablar. Se supone que en eso quedamos si surgía un problema. Viendo que tomaba en cuenta esa petición que había surgido de mí decidí aproximarme hasta donde estaba. Tras haber tomado asiento frente a el podía observar que al parecer también había estado sollozando. —Con respecto a mi respuesta sobre la conversación que iniciaste en el auto debo decir que me sentí molesto, de alguna manera pienso que Polanski te interesa y lo que ambos mantenemos es un error—escuchar su argumento me hacía constatar que Karen tenia razón, realmente había estado enojado por algo que no estaba ocurriendo. —Lamento que sintieras eso y no es como dices, jamás pensaría que lo nuestro es un error, solo que a veces me pregunto cómo sería todo si no hubiese la dominancia y todo eso entre nosotros. —Aunque llegue a verlo como algo malo comprendí que es parte de mí el ejercer dominancia, es lo que me hace ser quien soy. En ese punto ambos callábamos para seguidamente el levantarse y admirar el horizonte. A pesar de lo que pensara no me molestaba su forma de ser, diría que eso me había atado a esto que sentimos. Solo quería que fuese más abierto, que no se guardara las cosas para sí mismo. Algo que no sabía si debía decirlo. Meditando si debía hablar sobre eso y lo que Hamilton había señalado escuchaba lo que decía. —En Noruega tuve a mi disposición una psiquiatra. Fue mi compañera durante todo ese tiempo, diría que la descripción que tengo de Olivia es de alguien brillante y pragmática. Pudo persuadirme para tenerme como su paciente. Al decir esas palabras mirándome fijamente de pronto tuve un sentir extraño en mi pecho, como si se tratase de algún presentimiento. —Me contenta que hayas… —¿De veras te contenta? porque tu mirada no refleja eso. Pese a que no refería palabra ante su pregunta lo que pronunciaba me hacía sentir más temor de perderlo. —Forjamos una sólida amistad aparte de ser su paciente. —Es tu amiga entonces. —¿Porque balbuceas y hablas de esa forma? ¿Qué ocurre? —Es solo que…—el temor y todo lo que estaba afectándome me hizo levantar—. De alguna manera pienso que ella podría parecerte más interesante. —¿Más interesante? —Quiero decir que… quieras tenerla contigo siempre y que lo nuestro acabe. Esperando una respuesta de su parte solo podía comprobar como sus ojos verdes se clavaban sobre mí para seguidamente dirigirse a la puerta y salir del departamento. Su actitud me dejaba confundida, ¿que podría estar pensando para que actuara de esa manera? ¿Acaso había hecho mal en referir esas palabras? *************** Mientras conducía no podía concebir como ella pensaba de esa manera. Como sentir que podía reemplazarla cuando es irreemplazable. A pesar de lo sucedido con Olivia desde que supe de Evannia todo cambio para mí. Con ella descubrí que el sentirse atraído por otra persona y llegar a amarle no tiene nada de malo, diría que es una experiencia gratificante. Dada mi falta de experiencia por no saber cómo actuar ante esta situación que se me presentaba decidí dar algunas vueltas. No quería volver a tratarla mal, no lo merecía. Sin embargo, el hecho de encontrarla en los brazos de Polanski me enfurecía, ese sujeto se aprovechaba de cualquier circunstancia para estar a su lado. Compenetrado en esa serie de pensamientos que de alguna manera me bloqueaban, la voz en la llamada entrante que recibía provocaba que prestara la debida atención. —¡Zayn, cuanto tiempo!—saber que era ese sujeto el cual desde hace un tiempo no tenía contacto alguno seguía pareciéndome molesto. —¿Qué quieres? Sabes que sigue pareciéndome molesta tu presencia. —Pues que lamentable porque estas a poco de verme, deberías detener el auto o te estrellaras—acatando sus palabras al instante veía un auto en medio de la calle como si hubiese estado aguardando. Tras haber bajado del auto venia hacia mí con una sonrisa como si realmente le agradara verme. —Cómo es posible que continúes odiándome siendo mi primogénito y la copia exacta de mí. —Lo que me parece insólito es el hecho de que continúes rastreándome. Siguiéndome como si fuese necesario hacerlo. —Es mi deber aunque conociéndote quizás también lo haces, lo digo por Evannia, de seguro incorporas rastreadores para poder ubicarla ¿o me equivoco? —Son mis asuntos lo que haga. ¿Cuándo te devuelves a Birmingham? —Lamento desilusionarte, no me iré, al menos no por los momentos. —¿Cómo es eso posible? ¿No se supone que tienes deberes reales? —No más con eso, debo informarte que formalmente renuncie a mis funciones reales asi que ahora podre dedicarme a asuntos de verdadera importancia, lo cual se resume a ti y a tu madre. —No me incluyas, no pretendo fingir ser una familia feliz junto a ustedes. —¿De veras sigues siendo el mismo? Una vez te advertí que si mantienes esa tonta actitud perderías a Evannia. —Eso no pasara, me marcho. —Permíteme acompañarte, quiero sorprender a Rose que volví nuevamente. Luego de meditar si podría soportarlo durante el trayecto termine accediendo. —Roger, síguenos en el auto—ante esa orden podía percatarme que su empleado asentía, también comprobaba que el equipo de seguridad que por lo general lo acompaña esta vez no estaba a su lado, algo que me parecía curioso y que a través de sus palabras develaba la causa. —Al parecer notaste la ausencia de la seguridad. Descuida, estaré bien, tu bisabuela cree que se saldrá con la suya dejándome desprotegido, algo que no le daré el gusto.
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