Al día siguiente Gabriel tenía todo preparado, esperaba con ansía la buena noticia que el doctor le traía.
—Te veo motivado —le dijo Alicia a Gabriel.
—Lo estoy, solo es cuestión de minutos para que oficialmente Elena sea declarada como mi hija.
—Yo de ti no me alegraría tanto, recuerda lo que te dije ayer, ella no se parece en nada a ustedes dos.
El médico al fin llegó, toda la familia Wilson lo estaba esperando.
—Buenos días a todos, tengo los resultados de la prueba de paternidad.
El doctor hizo una pausa.
—Que los resultados no interfiera en el vínculo que tienen ustedes dos.
—Yo no quiero ningún vínculo con este hombre —expreso Elena.
—Hija, no digas tonterías, por favor.
El doctor abrió el sobre y leyó los resultados.
—La prueba de paternidad indica que entre el señor Gabriel y la señora Elena hay un índice de compatibilidad del 0%, por lo tanto no hay vínculo sanguíneo.
—Usted me mintió, usted me dijo de que habían buenas noticias.
—No le he mentido, pensé que al no haber vínculo sanguíneo estarían feliz porque no habría ningún riesgo con el bebé de la señora Elena.
—¿Cuál bebé? —preguntó Ronald.
—Conociendo los deseos de la familia, le realice una prueba de embarazo siendo esta positiva, felicidades, no hay riesgo momentáneamente con su bebé.
—¿Seré Bisabuelo? Voy a ser bisabuelo.
Gabriel estaba muy contento de que sería bisabuelo.
—Abuelo, detente, ¿por qué hablaste con el doctor? —preguntó Ronald.
—Yo me imagino porque, quería asegurarse que Elena sea su hija. tanto que había preparado comida y reporteros, los encontré adentro de la casa —dijo Alicia
—Tenía derecho a...
—¿Crees que tienes derecho a decidir sobre mi vida? Agradezco que todo haya sido un mal entendido.
—Hay algo que si debería de informarle —dijo el doctor.
—¿Que sucede? —preguntó Elena.
—Comparamos su muestra con una en nuestra base de datos y es compatible con una, con la señora Alessandro, entonces si es hija de ella, pero no del señor Gabriel, más allá no pudimos confirmar a su padre.
—¿Alessandra tuvo otra hija? —preguntó Alicia .
—Quizás si sea de la familia Rodriguez,
—No entiendo porque no me dijo nada.
Los misterios seguían surgiendo.
—Ya que todo está resuelto y no tengo nada que ver con la familia Wilson, entonces quisiera que nos fuéramos hoy de aquí, no es un ambiente muy agradable para mí.
Un empleado se acercó a donde estaban ellos.
—Señor Gabriel, ha llegado un lote de ropa, indica que están listos para subir.
Todos quedaron viendo a Gabriel.
—Diles qué regalen toda esa ropa a una caridad, no será recibida aquí —indicó Alicia.
—Esa compra yo la hice para Elena, no puedes decidir sobre ella.
—Lo hiciste pensando que era tu hija, no lo es así que ni es necesario..
—Pero es mi nieta política, siempre puede recibir lo mío.
—¿Crees que te perdonaré el hecho de que has violado a mi madre? Eso siempre lo tendré presente —expreso Elena, pero quien miraba con desagrado a Gabriel.
—Se que lo que hice fue algo imperdonable...
—Dime algo, Gabriel, ¿como puedes dormir tranquilo pensando que le causaste tanto daño a una mujer?
Esas palabras dejaron sin palabras a Gabriel, la verdad es que se había olvidado de su hija por mucho tiempo y justo ahora que surgió el tema es que el la recordó.
—Tienes razón, no tengo motivo para decirte que hacer o como debes de ser.
Gabriel se levantó del sitio y se dirigió hacia el patio.
—Lamento que haya tenido que presenciar todo eso, pero la verdad es que mi suegro en ocasiones toma decisiones sin medir las consecuencias —le dijo Elena al doctor.
—No se preocupe, no haré ningún comentario al respecto, con respecto al embarazo de la señora Elena, le sugiero que visite a su ginecólogo o si lo prefieren les puedo recomendar uno.
—Le agradecemos por su ayuda doctor, gracias por cualquier eventualidad nosotros le llamaremos.
Alicia acompaño al doctor hasta la salida. Quedando únicamente Ronald y Elena.
—Estas embarazada y no eres mi tía, así que podemos continuar nuestro acuerdo según lo establecido.
—Estoy segura que en ningún momento consideraste finalizar ese acuerdo, pero si ya no hay más asuntos que atender, me gustaría que nos fuéramos.
—Solo debemos de dejarlo en claro al abogado, es necesario que se firmen los acuerdos de traspaso, pero ya que se demostró que no eres la hermana de mi padre y yo soy el heredero, no me gustaría que todo quedara a tu nombre.
—No, nada de eso es mio, no quiero recibirlo.
—Elena, eres mi esposa y por lo tanto debes de contar con tus propios recursos, así cualquier eventualidad no dependes solo de mí, no es que diga que no deseo que los utilice, pero mi vida en ocasiones corre riesgos y no quiero dejarte desprotegida a ti o a nuestro bebé que será un Wilson.
Elena sabía que no podría lograr convencer a Ronald de un cambio de decisión, pero así que prefirió no decir nada en contra de eso.
Al día siguiente Ronald y Elena se reunieron con el abogado, firmaron los documentos y todo quedó a nombre de Elena, y quien designaria al mismo representante para seguir dirigiendo las empresas, ella no estaba interesada en estar al frente de algo, no obstante, Ronald estaría vigilando que todo marchará correctamente.
Tras su regreso las maletas ya estaban listas, su madre quería que se quedarán más tiem, pero conocía a su hijo y no se lo concederá.
Alicia acompañó a su hijo hasta el aeropuerto, estaba ansiosa por conocer a su nieto, por mucho tiempo llegó a pensar que no lo conocería.
—Elena, cuida a mi hijo por mí, se que lo harás muy bien.
Para Elena pedirle eso era algo imposible, sabía que Ronald podría estar tranquila con ella por un tiempo, pero posteriormente se iba a aburrir de la ella y conseguirse a alguien más joven, por eso no le importó que el le diera la herencia de su padre.
Durante el viaje de regreso Ronald iba revisándo su computadora, pero no como si realmente no hubiera nadie más abordo.
—Ahorita que regresemos, ¿siempre seguiré trabajando para ti?
—¿Realmente quieres hacerlo?
—No quiero quedarme en casa sin hacer nada, no quiero sentirme inútil.
—No lo eres, también estas creando a nuestro bebé, pero si deseas trabajar hablaré con Martín para que se oculte tu identidad como mi esposa.
—Me parece bien, así podré trabajar tranquilamente con los demás sin sentir que obtengo ciertos privilegios.
El avión aterrizó y Martín estaba esperando por ellos, traía consigo un informe de los principales sucesos durante su ausencia.
—Sean bienvenidos, el auto está esperando —dijo Martín.
Subieron en el auto y Elena ya no se sentía tan incomoda de llevar a Ronald a lado suyo, Martín observaba desde el retrovisor qué había más cercanía en ellos dos.
—Señor Wilson, me acaban de notificar que la representante de Industrias Gamez se encuentra en la recepción.
Ronald no dijo ni hizo algún gesto sobre eso, se quedó muy quieto y en silencio.
—¿Quien es la representante de industrias Gamez? —preguntó Elena.
—Nadie importante.
—¿Nadie importante? Pero fue suficiente para dejarte en silencio. Martín, ¿como se llama la representante de industrias Gamez?
Martín quedó viendo a su jefe por el retrovisor, esperando que hiciera algún gesto, pero su jefe parecía ausente.
—Sabes que ahora yo también soy tu jefa y debes de responderme.
Ronald solo quedó viendo a Elena, pero no le negó la afirmación.