—Señor Ronald, habla el sargento Hudson.
—Sargento, solo le diré esto y espero que no lo comente con nadie más, la que está delante de usted es mi esposa, asi que espero justicia en este caso.
El sargento empezó a sudar helado, no se esperaba que esa mujer qué parecía tan débil fuera la esposa de Ronald Wilson. Ella también iba a ser procesada por alteración al orden público, pero ahora debera de buscar la forma de Jacqueline no pueda salir tan fácilmente.
El sargento le devolvió el teléfono a Elena.
—No es necesario que continúe aquí, nosotros ya hemos tomado su declaración y es más que suficiente para condenar a la señora Jacqueline.
—Sabe, aunque quisiera a esa mujer tras una reja, creo que la cárcel es poco para ella, ¿hay alguna forma de que ella haga servicio comunitario en vez de prisión?
—Eso dependerá de la fiscalia, pero puedo sugerirle que lo tomen en cuenta.
Elena estaba saliendo de la estación para luego buscar un taxi, cuando ve que un vehículo muy peculiar para ella se estaciona frente a la estación.
Ronald se bajó del auto y fue hacia ella.
—Ya me he dado cuenta de lo que sucedió realmente, haré que esa mujer se pudra en la cárcel.
—No, no quiero eso, la cárcel seria unas vacaciones para ella, creo que lo mejor sería obligarla hacer algo que no le gusta y eso es acercarse a personas con escasos recursos.
—Entiendo, llamaré a la fiscal, para que le asignen servicio social.
—¿Qué persona no conoces? —preguntó Elena de forma sarcástica.
—No te conocía a ti, pero ya has llegado, no necesito conocer a otra mujer.
Elena no esperaba que él diera esa respuesta, se puso algo sonrojada.
—Sabes, hoy llegó una invitación a mi oficina, se trata de una recaudación para los niños desamparados, comúnmente solo envío u n cheque y nunca asisto, me gustaría que fueras en mi representación.
—¿Cuando es? —preguntó Elena, no tenía experiencia en estos tipos de eventos.
—El acto principal se realizará en treinta minutos, estamos cerca así que creo llegaremos a tiempo, luego yo pasaré por ti.
—No creo tener la. Presentación adecuada para un evento así.
—Te equivocas, luces perfecta.
Ronald condujo hasta el lugar del evento.
—¿Andas a mano los cheques que te he dado?
—Si, aquí ando dos, siento que es muy peligroso andarlo en la calle.
—Mira, el año pasado apoyamos con dos millones, nosotros nunca hemos dado menos que el año pasado, así que el resto depende de ti.
Elena se bajó del auto, en el evento solo estaban llegando personalidades importantes, ninguno tenía la necesidad de presentar la invitación, pero cuando llegó el turno de Elena fue detenida por seguridad.
—Lo siento, señorita, es un evento privado.
—Tengo invitación —elena mostró su invitación que venía en un sobre dorado.
—Lo siento, no la reconocí, pero no la retengo más tiempo, puede pasar.
Elena entró al lugar y empezó a caminar por los alrededores, hasta que llegó a una mesa.
—Buenas tardes, señorita, ¿a quien representa?
—Vengo en nombre del señor Wilson.
—Vaya sorpresa, comúnmente el señor Wilson solo envía un cheque por correo, pero este año decidió enviar a una representante.
La mujer toma un sobre y se lo entregó a Elena.
—Ingrese el cheque a este sobre, al final de evento los iremos abriendo.
—Entiendo.
Elena sacó uno de los cheques que Ronald había elaborado anteriormente, lo relleno y luego lo entrego.
—Espero que este año el señor Wilson siga siendo muy genereso con nosotros.
—Claro que lo será.
Elena empezó a deambular por los alrededores, pero nada le parecía interesante, cuando ella estaba a punto de retirarse algunos periodistas se acercaron a ella.
—¿Qué vinculo tiene usted con el señor Wilson?
—Según una fuente anónima usted es la esposa del señor Wilson, ¿es cierto eso?
—Si realmente usted es la esposa del señor Wilson, ¿por qué tanto misterios en su matrimonio?
Los periodistas no dejaban de hacer preguntas, hasta que apareció Ronald en el evento.
Los periodistas se acercaban a él para hacerle pregunta, pero no se atrevían a bloquearle el paso, llegando hasta donde Elena.
—¿Estas bien? —preguntó Ronald.
—Si lo estoy, no era necesario que entrarás.
Ronald ayudó a Elena que pudiera salir, pero los periodistas no dejaban de tomar fotos. Después de que ellos dos salieran entró Martín.
—Todos aquellos que se atrevieron a hostigar a la señora Rodriguez deberán de eliminar las fotos, si encontramos una sola foto o alguna publicación que tengan que ver con el señor Ronald o la señora Rodríguez conocerá las consecuencias.
Martín salió de ahí y fue directo al auto, siendo el chófer ese día.
—¿Tú lo has hecho? —le preguntó Elena a Ronald—. Por eso me enviaste aquí, para que los periodistas me bombardearan de preguntas.
—No he sido yo, si he llegado ahorita es porque una fuente de Martín en los medios le informó de que hay rumores de que mi esposa se había presentado en el evento de caridad y haría un importante donativo en persona.
—¿Como puedo creerte? —Si fuiste tú quien me pidió a último momento que yo fuera.
—Disculpe que interrumpa, pero estuve investigando y al parecer alguien que no estuvo de acuerdo que la despidieran fue quien lanzó el rumor a los medios.
Elene lo primero que se le ocurrió fue Michelle, pero luego estaban la la otra chica que quiso ocasionarle problemas ese mismo día.
—¿Tienes el nombre de esa persona?
—Si, fue despedida el día de hoy, fue una de las que quiso revisar el expediente de la señora Elena, al parecer alguien más le infundio el rumor.
—No entiendo con que fin hacen eso, al final no obtienen ningún beneficio —dijo Elena.
—Si lo hacen, algunas revistas les dan cierta cantidad de dinero si consiguen una noticia importante, si este rumor ya se propago no se podrá detener con facilidad —dijo Martín.
Ronald solamente se quedó callado pensando que hacer, el tenía una solución, pero depende también de Elena, aunque el hacer esto ocasionara más escándalo.
—Estoy segura que ahora querrás anunciar nuestro matrimonio.
—Si lo hago los periodistas te acosaran más seguido, necesitarás andar con algún escolta que pueda controlar a la prensa.
—¿Tengo oportunidad de escoger? Porque desde que comencé a trabajar contigo no tengo muchas opciones, vivo atacada muy seguido y prácticamente...
—Pondré un equipo de seguridad que estará cerca de ti, ellos evitaran acercarse mucjo, pero es importante que les indique donde estarás.
—Es lo que digo, no tengo opciones, siempre impones algo que aunque no esté de acuerdo debo de aceptarlo.
—Tengo algo que si quisieras que escogieras.
Ronald le paso un expediente a Elena, en este se encontraban varias casas, todas muy lujosas.
—No entiendo, pensé que tu tenias casa propia.
—Lo tengo, pero simplemente quisiera que nuestra familia tenga una casa nueva, que el lugar donde vivamos no te genere recuerdos dolorosos.
Elena quedó viendo a Ronald, ella en el tiempo que ha estado con él no se había dado cuenta de algo que haya pasado en alguna de sus casas, pero si él lo dice de esa manera es porque algo ha de haber pasado.
Llegaron a un salón de belleza, Ronald le dijo a Elena que ya tenía todo preparado y él esperaría afuera, para el evento de hoy él tenía preparado algo especial.