LAILA Una mujer sabía cuando de repente se metía en problemas. Y en este caso, mi instinto había sido correcto. La mirada venenosa que me lanzó la misteriosa mujer fue suficiente para que me muriera en el acto. Entonces, ¿quién es ella? Inquirió en silencio la voz en mi interior. ¿Por qué de repente recibí una fría bienvenida de esta mujer? Pero antes de que Nicholas realizara siquiera la presentación, otra mujer entró en la sala de recepción mientras descendía lentamente de la gran escalera. —Me ha parecido oír que llegaba un coche, Ione. —Mamá—, dijo Nicholas a la recién llegada con una tranquila sonrisa en su apuesto rostro. La elegante mujer al pie de la escalera se llevó las manos a la boca para disimular su asombro. —¿Nicholas?— Inquirió esperanzada como si pensara que Nicho