Nos volvemos a encontrar

1865 Words
Los chicos estaban disfrutando el banquete,  el mismo  grupo de siempre  solo que ahora se les juntaron Steven y Miriam Lan, pero se le hizo un tanto extraño que Cecilia Noguera se les uniera. Pero talvez era por John, que parecía muy interesado en ella. La voz del anfitrión del evento resonó en el salón. Damas y caballeros estamos felices que nos puedan acompañar en esta ocasión tan especial, para dar a conocer el cambio de la directiva dijo Joshua Olivares. Cómo sabrán nuestras hijas, dijo señalándolas son nuestro más grande logro, nuestro orgullo Tenemos el honor de presentarles a las nuevas presidenta y vicepresidenta de Megament. Irene y Tamara Olivares un aplauso para ellas. Dieron un paso adelante, Irene tomó el micrófono. Agradeció a su padre y beso su mejilla se giró al público y hablo; Contaremos con la ayuda de la mejor abogada del país, Samantha Wolf acércate por favor. Las tres brillaban en el escenario, se veían hermosas deslumbraban, irradiaban energía y sensualidad más de un invitado quedó prendado por ellas. Después de un breve discurso todo quedó terminado, solo quedaba seguir disfrutando del banquete. Chicas, parece que ahora los van a atormentar más, dijo John. Parece que ya no van a tener tiempo para los fines de semana recalcó Jeremy. Tranquilos chicos tenemos que reajustar agendas, pero nada del otro mundo. Irene es muy diligente y haremos nuestro trabajo a cabalidad espetó Tamara. Se dividieron para retirarse estaban agotados descansarán este fin de semana para empezar de nuevo el lunes. Tamy, Tamy vamos a tener por fin algo de vida nuestros padres van a estar ocupados en el crucero. No te lo tomes tan en serio, sabes que ellos poco más y nos rastrean le contesto Tamara. Bueno será mejor irnos a descansar dijo Jeremy. Al llegar al estacionamiento de su edificio se bajó muy cansada y se dirigía al ascensor. ¿Por qué tan sola Samantha? La mencionada salto del susto al escuchar esa voz. ¿Qué hace usted aquí? ¿Cómo sabe donde vivo? Samy, Samy, estuve viéndote toda la noche esperando la oportunidad para hablarte. Nos volvemos a encontrar y mira en que circunstancias dijo Jorge Daniels, riendo malicioso, no se hubiera imaginado volver a verla peor en ese evento. Disculpe por importunar su trabajo de detective señor… Jorge Daniels se presentó, pero puedes solo decirme Jorge, solo tú puedes llamarme así… Samantha, creo que ya las formalidades entre nosotros están de sobra ¿verdad? Jorge, usted es uno de nuestros socios comerciales pregunto, Samantha con duda si era así tendrían que verse siempre. Si lo soy y uno de los más antiguos a decir verdad. Pero de eso no es lo que quiero hablar contigo, no tiene importancia en este momento. La agarro de la cintura y la apego a su cuerpo, se acercó a su oído y le susurro, lo importante fue que te encontré y ahora no te voy a dejar ir. La beso desesperado, un beso necesitado lleno de deseo contenido, lujuria y pasión. Tomo su nuca para profundizar el beso y apegarla más a él si es que se podía. Volvió a tener entre sus brazos a esta mujer, al recordar el suave y dulce olor a jazmines que tenía. Samantha se sorprendió, pero rápidamente correspondió el beso igual de ávida, lo necesitaba, lo había extrañado, entraron al elevador y llegaron a su piso. Se separaron y Samantha lo tomó de la mano y lo guio hasta la entrada de su departamento. Abrió y lo invitó a sentarse en la sala mientras ella preparaba unas bebidas, obvio un Whisky para Jorge y para ella una copa de vino lo había visto con un vaso de whisky el día que lo encontró en el bar, así que suponía que ese era de su agrado. Regresó a la sala y le entregó el vaso y propuso un brindis, —por nuestro reencuentro y sonrió coqueta. Jorge le correspondió y se tomó de una sola alzada su trago, él quería embriagarse, pero de esa joven, no de su bebida la quería a ella, quería su cuerpo, su voz, sus gemidos, poder tocar su piel, tenerla de bajo suyo gritando, su nombre quería todo ella. Se abalanzó encima de ella tomando su boca por asalto, con un gemido ahogado su boca fue invadida la lengua experta de Jorge se enlazó con la de Samantha, en una pelea que nadie iba a ganar, tan necesitados estaban del  beso estaban urgidos de más contacto  querían sentirse, sus cuerpos quemaban. Los brazos de Sam rodearon el cuello ajeno, las manos de Jorge tenían una danza entre sus brazos y espalda llegando a su trasero recorriéndolo y amasándolo con fervor. El mueble fue testigo de su desenfreno los gemidos de Sam, iban subiendo de tono las manos estaban danzando en sus cuerpos ya calientes el fuego en ellos los haría quemar, Jorge no pensaba solo quería fundirse en ella y no volver a soltarla. Al separarse del beso Jorge mira a la mujer y puede notar sus labios entre abiertos y rojos tratando de recuperar el aliento, rojo intenso en sus mejillas y temblaba entre sus brazos. Sin más bajo el cierre de su vestido y tira de su cuerpo repartiendo besos y lamidas desde la clavícula hasta tus rosados botones instando a dejarlos morados de tanto placer. Samantha se arqueaba al sentir esa lengua recorriendo su cuerpo, una corriente eléctrica emanaba desde su columna hasta sus pies dejándole espacios en blancos en su mente. Busco desesperadamente la boca del mayor parándose del mueble y sin separarse del beso lo guio a su dormitorio y paro frente a la cama, su mirada llena de deseo la dejo sin aire, paso sus dedos en el pecho del mayor y empezó a moverse alrededor de él. Quedando detrás safando el nudo de corbata y atándola en sus ojos, desabotono la camisa muy lentamente rozando su piel con la yema de sus dedos y la dejó caer dejando el torso bien formado del Daniels. Prodigando besos en cada parte de ese torso desnudo. Escuchando jadeos entrecortados y maldiciones. Se dio vuelta y se arrodilló frente a su bragueta y sonrió al verlo desesperado por atención, Samantha estaba disfrutando de hacerle esta tortura lenta pero placentera. Bajo el cierre del pantalón y saco la erección que rogaba por ser atendida y sin previo aviso la hundió en su boca, ayudándose con sus manos la tomó toda ganándose un fuerte gemido de parte del mayor. Ahh Saman… Samantha que bi… en lo ha..ces aggg - mmm. Jorge estaba deshecho en gemidos y jadeos roncos. Mierda dijo tomando el cabello largo de Sam. Ella siguió chupando y lamiendo ese erguido palo de jade que ya tenía un goteo pre seminal que la incitaba a seguirlo haciendo y darle más placer a su amante. Siguió con su trabajo chupando entrando y saliendo simulando embestidas, Jorge con sus dedos enredados en los cabellos de ella daba ritmo al movimiento, sintiéndose  perdido en esos momentos. Lo sacó de su boca con un sonido mojado “plop” siendo recibida por un gruñido al que no le tomó importancia, terminó de desvestirlo y desvestirse ella mismo y lo tiro a la cama quedando a horcajadas de él. Unto sus manos con lubricante y las paso por su v****a y ano, autopenetrándose con sus dedos  y derramando ese líquido muy frío en la potente erección de Jorge, alzando un poco sus caderas cayó de golpe encima de su m*****o, gimiendo al unísono uno de placer y otro de dolor. No espero acostumbrarse de la intromisión y comenzó con un vaivén lento y suave derramando algunas lágrimas en el proceso. Sintiendo extasiado Jorge posó sus manos en las caderas ajenas y penetro más profundo y con más rudeza dejándose llevar por la total lujuria del momento. Arrancó la venda de sus ojos encontrándose con la más bella imagen, Samantha encima de el jadeante y moviéndose en su eje sin ninguna pena, botando sonidos obscenos que eran la mejor melodía que había escuchado a lo largo de su vida. J…or g… ge Ahh, Jorge por favor llenarme de ti… M mm Eres tan grande, tan fuerte, más dame más de ti ahhh. Jorge invirtió la posición dejándola en cuatro, llegando más profundo. Ahhhhhhhhhhh tan bueno señor Daniels Sintió temblar el cuerpo de ella entre sus brazos, riendo al encontrar su punto dulce haciéndola gemir de placer y prodigando más golpes sobre la ya maltratada vulva, pero él no tenía ganas de terminar aún la había extrañado demasiado. Salió de ella alineando su pene contra el coño de Samantha tentativamente dando pequeñas embestidas simuladas, haciendo que Sam jadeara. Estaba perdida en esas sensaciones que él le provocaba, si él quería una orgía completa la haría, lo que más quería era complacer a ese hombre que le revolvía todo su mundo. Tomo el pote de lubricante en sus manos y lo derramo en su trasero haciendo que rodara a su entrada, se recostó en su espalda y le hablo a su oído, aguanta un poco pequeña voy a hacerte sentir aún más y mordió su hombro y lamió su espalda y regaba besos en ella. Sam estaba algo nerviosa el pene de su amante era grande, dolería un poco, pero estaba segura de que él la haría gozar al máximo. Poso sus manos en sus caderas y empezó a entrar lentamente en ella. Sam ahogaba sus sollozos en la almohada, sentía un dolor punzante pero al mismo tiempo excitante. Al verse todo a dentro empezó a moverse muy suave, tomo a Sam de los hombros la pego a su pecho beso cada lágrima en rostro. Empezó a moverse algo más rápido tenía el rostro de ella en sus manos y veía cada una de sus expresiones, haciéndolo aumentar las embestidas que se volvieron salvajes en un momento, uno de sus brazos la sujetaba de la cintura y su otra mano estaba en su cuello. Los gemidos de Sam eran altos, casi gritos salían de su garganta, su voz se había vuelto ronca de tanto gritar, pero no cambiaba nada de esto se sentía en la gloria. —Si J…Or…ge ahhh —Si, si, así —por favor, sigue ahhh ¿Qué es lo que quieres pequeña dímelo? —Lléname, lléname de ti —dame más, mucho más Sam movía sus caderas con desenfreno sin querer parar. Jorge embestía muy fuerte y rudo. Tenían un ritmo coordinado haciéndolos gemir a los dos en el impacto. La tiro a la cama y la giro quería verla de frente, ver cada una de sus expresiones Entro en ella subiendo sus piernas en sus hombros su vaivén estaba acelerado terminaría en cualquier momento, no era posible esta niña lo controlaba a su antojo. Por favor mi Daniels ten piedad de este cuerpo, has hecho lo que as querido conmigo dame un descanso por favor rogaba sin parar de moverse. SI quieres que me detenga cállate, ¡aunque tu cuerpo me dice lo contrario! Empezando a embestirla más fuerte llegando al clímax juntos con un sonido gutural saliendo de sus labios. Cayendo dormidos en el acto por tanta descarga de pasión 
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