Termino de arreglarse y salió, Tamara Olivares llego a su destino y Zack Daniels tardo un poco ella estaba molesta porque su madre había aceptado la propuesta del Daniels mayor.
Cruzada de brazos esperaba en el café que se citaron, ya que los Daniels no bebían.
Zack llego y a Tamara se le iluminó la tarde un ángel entraba por esa puerta con una sonrisa hermosa plantada en su rostro como buscando a alguien.
Sonrió más al encontrar a quien buscaba Tamara, se puso nerviosa al verlo caminar hacia ella se sorprendió cuando la saludo.
—Señorita Olivares buenas tardes, disculpe mi demora acabo de llegar de viaje y me avisaron de la reunión como sabrá y verá dijo señalándose no estoy muy presentable.
Tamara se rio mentalmente ¡si eso es no estar presentable! Imagínate en mi cama sin ropa.
—Me presento Zack Daniels, un gusto.
Tamara estaba muda de la impresión y de sus pensamientos no tan decentes, no se esperaba que este Dios griego fuera su cita.
Buenas tardes, señor Daniels el gusto es mío, extendió la mano y sonrió.
No se preocupe acabo de llegar.
—Que bueno que sea así —dijo en un suspiro Zack.
—No se preocupe por lo que su madre haya hablado con mi padre, si usted no desea tratar conmigo no tendré inconveniente alguno.
—Ahora que si usted… quiere ¿podemos hacerlo? De muchas formas sonrió ladinamente, claro el conocernos.
Tamara Olivares negó y se rio, sabía lo que había tratado de insinuar el Daniels.
Pensé que los Daniels eran muy recatados y no tan atrevidos, con tantas reglas rigiéndolos poco más y pensé que fueran unos monjes.
—Ja, ja, ja— se rio Zack si desea señorita Olivares puedo enseñarle que no soy ningún monje y que me sé divertir a pesar de las reglas, hablo mirándola fijamente.
—Talvez el que seamos serios y que no nos rodeamos de muchas personas o salgamos poco nos haga blanco de muchas habladurías que fácilmente puedo demostrar que no son verdad.
Zack estaba fascinado con esta joven a pesar de ser un tanto menor o mejor dicho mucho menor a él, era bastante provocativa y su belleza etérea lo estaba cautivando. Razón tenía Santiago, en prevenirlo para no caer rendido a la belleza de la joven, aunque le contaron que ella tenía un carácter un poco explosivo no le daba miedo domar a esa gatita salvaje, más bien le excitaba la idea.
Tamara quedó deslumbrada por el rostro angelical, que se le presentaba en frente, pero estaba más que segura que sería un diablo disfrazado. A ella no la engañaban y eso le gustaba, poder descubrir cada faceta del Daniels —ese rostro de Jade fácilmente se lo imaginaba jadeante y rojo, le provocaba una lujuria total.
—Entonces empecemos que te gusta Tamara, cuáles son tus pasatiempos o tus gustos, ¿esa es la razón de esta reunión? Saber que nos gusta para ver si congeniamos ¡verdad!
Preguntaría lo mismo, pero no estoy interesada, a mí me gusta conocer a la gente poco a poco para hacer mi propio criterio de ellos sin necesidad de preguntar, solo observo y evaluó para después actuar, lamió la comisura de sus labios en forma provocativa.
Zack quedo embobado, esta joven le levantaba los peores instintos solo con un simple gesto, si seguía así no sabía en qué acabaría todo.
—¡Tamara! ¿Puedo llamarte así? Que tal si hacemos esto —salgamos de aquí vamos a otro lugar para conocernos mejor y saber el gusto de cada uno, tomo su mano y beso sus nudillos.
Ante esta acción Tamara se sorprendió, y sonrió complacida —no salió nada mal su cita por lo menos esta vez se divertiría.
Claro Zack, podemos ir a mi departamento a tomar unas copas, aunque tengo entendido que los Daniels no beben.
—No hagas caso de todo lo que escuches Tamara, mejor compruébalo tu mismo, río pícaro.
Entonces vamos, Quiero comprobar tu teoría.
Salieron del café y cada uno se subió a su auto, el Daniels Siguio a la Olivares a su departamento.
Subieron, Tamara lo invito a pasar cosa que Zack acepto lo que no espero Tamara, fue ser estampada en una pared apenas entraron al departamento y cerro la puerta.
Ya veo que no es todo como dicen, beso lujuriosamente a Zack las manos de Tamara subieron al cuello del mayor intensificando el beso, claro que su altura no ayudaba este hombre era muy alto.
Aflojo el agarre y se dirigió a la cocina y saco una botella de vino y dos copas con hielo, no es que no supiera que el vino no lleva hielo. Pero tenía otras cosas en mente, las llevo directo al cuarto para que hacer preámbulo si ambos sabían que iba a pasar.
Se sentó en la cama y Zack la siguio, sirvió una copa a Zack, otra para ella. —el ambiente se sentía caliente se empezó a retirar su saco y corbata para estar más cómodo y Tamara lo imito, se desabotonó la blusa dejando al descubierto su pecho voluminoso y seductor. Siguio con lo suyo no sin antes darse cuenta de la atenta mirada de Tamara en él, se acercó a ella terminando de desabotonar su blusa, ella se dejó hacer —Tamara empezó a regar besos en su cara y cuello mientras terminaba su trabajo.
Tomo un hielo de la copa y lo introdujo en su boca para besar a Zack el beso se tornó helado, pero el hielo rápidamente se derritió por la calentura de las bocas. Tomo otro hielo y empezó a pasarlo con su boca al cuello y pecho del mayor que soltaba jadeos de placer ante el acto.
Estaba muy complacida con los gestos y exclamaciones de este hombre.
Termino de retirar los pantalones Zack y agarro la copa para regarla en ese firme y escultural pecho. Empezó a lamerlo todo Zack estaba sorprendido y extasiado de lo que ella hacía, estaba perdiendo la cordura su m*****o se encontraba listo y empezando a doler en un rápido movimiento tiro a Tamara a la cama y saco su pantalón, braga y brasier dejándola totalmente desnuda. Se dedicó a repartir besos en cuello, clavícula, senos y abdomen dejando marcas que visiblemente mañana se verán, pero no importaba ese lienzo era suyo y lo iba a decorar a su gusto hoy no reprimiría nada.
Tamara gimió al sentir esos labios en su piel y el pequeño escozor que le estaban causando.
Zack ahhh, Ahhhh por favor
—¿Qué quieres mi gatita? Eres tan erótica bebe, nunca me imagine que fueras así de caliente.
Siguio repartiendo besos hasta llegar a su monte de venus, beso su v****a ya húmeda la lamia y besaba logrando una hermosa curvatura de parte de ella y un sonido muy grave de su garganta al introducir su lengua. Tamara enredó sus dedos en los cabellos finos del Daniels ayudando con el movimiento pélvico a esa caliente y húmeda lengua.
Detente… Zack… ¡Me voy a correr!
—¡Hazlo! Vente para mí, regálame tu esencia al escucharlo con esa voz ronca y sensual termino por correrse en su boca, Zack tomo todo su néctar y se levantó para darle un beso. Haría que se probará ella misma, esto excito de sobremanera a Tamara al sentir el beso salado y ardiente.
Zack se posicionó entre sus piernas y tomo un pote de lubricante untándolo en su falo para facilitarle el trabajo. Sabía que su amiguito no era nada pequeño, entro de una sola en ella sacando un fuerte jadeo en Tamara que derramo un par de lágrimas de placer, no espero a que se acostumbrara y empezó a moverse sin ninguna contemplación dando fuertes estocadas en la más joven sacando gemidos y jadeos a la mujer que coloco sus piernas en los hombros del mayor para profundizar la penetración, cosa que acabo con la poca cordura de Zack, dándole muy fuerte entrando y saliendo de ella hundiéndose hasta el fondo y tocando ese punto dulce.
Tamara eres tan caliente, tan apretada tan sensual para mí, Dios que rico .......
Aggg, Ahhh Zack más...... más maldición eres tan grande.
Siguieron así por horas probando cada posición imaginable, unas un tanto sadomasoquistas, pero eso era gozar en grande, terminaron rendidos al placer quedándose dormidos, pensando cada cual que salió muy bien esta cita ¡que talvez volverían a repetirla!
Talvez sería interesante intentar volver a verse, obvio como amigos nada más ninguno quería nada serio.