Recuerdos calientes

1182 Words
Samantha, no podía apartar de su mente ese revolcón que tuvo con el extraño del bar, el recuerdo en cada parte de su cuerpo, cada beso y cada caricia quisiera poder volver a encontrarlo y repetir la dosis de la medicina que le hace falta. En sus cortos veinticinco años nadie la había hecho estremecer así, y mira que tenía cómo comprobar —este hombre tenía algo de magnetismo, que la atraía a su recuerdo y deseara querer más, pero no iba a rebajarse si él quería tendría que buscarla, por algo le dejo su número. ¿Verdad? Iba a hacerse del rogar aunque estaba muy ansiosa porque la llamara, sus citas seguían siendo un fracaso o era talvez que estaba con la mente en otro lugar. No sabía que la otra parte involucrada estaba igual o peor que ella. Jorge estaba un poco desesperado, habían pasado dos semanas desde que tuvo a esa joven en sus brazos, quería verla y sentirla de nuevo, quería llamarla, pero no era tan fácil que le iba a decir. ¡Hola! ¿Quieres follar hoy? Imposible no sabía que hacer se estaba volviendo loco. Trataba de concentrarse en el trabajo, solo así podía olvidar cada pensamiento no tan sano. Lo había intentado hace unos días con una modelo de esas que se le ofrecen siempre, pero no sintió nada en lo más mínimo, la mujer ella bella y tenía un cuerpo de infarto, pero no era la misma que él quería necesitaba a esa muchachita ¡que fastidio! Un sonido de su celular lo saco de su tren de pensamientos. —Señor Daniels, enviaron una invitación de la empresa Megament para un baile de presentación de la nueva directiva. —Presentarán a quien va a ser el sucesor del Ceo de la compañía, el banquete será el fin de semana confirmo su asistencia o no. Si confirma mi asistencia, —necesito distraerme talvez en ese baile encuentre alguna distracción y saque de mi mente a esa muchacha. ¡Ahhhh! Que frustrante porque es tan difícil, era solo una noche de pasión nada más, ¡pero qué noche fue! ¡Ahhhhh ya no recuerdes! Tomo un trago de whisky no estaba nada bien. **************************************************************************** Tamara se removió en su cama, olvidándose que estaba acompañada o mejor dicho no pensó en encontrar aun a Zack en su cama al despertar, pero hay estaba este hermoso ángel/demonio en su cama con una calma en su cara que nadie pensaría de lo que es capaz. Al sentirla moverse, poco a poco abrió los ojos. —Buen día, Tamara te invito a desayunar, te lo debo se rio y se levantó de la cama, preguntando con los ojos donde era el baño. Tamara señaló una puerta y se quedó anonadada viendo ese cuerpo esbelto totalmente desnudo en su departamento, pensaba seriamente en que no le molestaría ver ese cuerpo así en su departamento unas cuantas veces más. Se asearon y salieron a desayunar conversaron mucho se rieron y concordaron que fue una de las mejores citas que han tenido. —Tamara, llamo Si contesto ella. ¿Te puedo invitar de nuevo en algún otro momento? —Conozco unos bares muy buenos, no hay necesidad de quedar en nada solo somos “amigos” ¡verdad! —Talvez complacientes, pero amigos si tú quieres, dijo Zack besando su mano. Estaba complacida con él, unas cuantas veces más no haría daño, solo era sexo nada más. Bueno Zack no esta nada mal la propuesta, podemos ir cuando tengamos tiempo, somos “amigos” no hay nada de malo en salir a un bar. Mi madre va a estar muy feliz al ver que por lo menos una cita salió bien, aunque no como ella quería, pero salió bien después de todo. —Quien sabe Tamara, solo el tiempo lo dirá sigámonos conociéndonos ser “amigos” será bueno para ambos, así no nos presionaran con lo del matrimonio. —Solo establezcamos reglas, nuestra “amistad” se basa en salidas y sexo si uno de los dos encuentra a alguien más interesante, solo nos comunicaremos eso y se acaba el sexo, la amistad no. ¿O talvez ninguna de las dos? Hay que ser claros desde ahora, así nos ahorramos muchos dramas ¡entiendes verdad Zack! —¡Claro que si! Y me parece perfecto así no habrá confusiones, solo será sexo y del bueno ya veraz, dijo mordaz y riendo muy sensual. Esto no va a acabar bien, pensó Tamara este Daniels es muy pervertido, es como el fuego y ella sabía quemarse sin lastimarse o eso pensó. Llegaron a la cafetería, rápido y casuales caminaron desde el departamento. Este es uno de mis lugares favoritos, sirven unas tostadas francesas de infarto y claro que yo muero por ellas, es lo que más como. Y te voy avisando no creas que soy muy delicada o débil eso jamás lo veraz, como mucho y bebo más así que no te sorprendas, talvez estás acostumbrado a esas niñas tontas de mamá y papá, pero yo no soy así ¡soy muy real! ¿Entiendes el punto? Pregunto Tamara. —Lo entiendo muy bien, ahora pregunto ¿por qué creíste todo lo que escuchaste de nosotros? Tamara iba a contestar. —Antes de que contestes estas en lo correcto, los Daniels vienen de una larga tradición familiar por eso habrás escuchado de las estúpidas reglas que tenemos, lo que la gente no sabe es que nosotros o sea nuestros padres y tío nos separamos de ellos hace muchos años, ellos no querían que nosotros no disfrutáramos la vida tal cual es y no con restricciones. —Por esa razón mi hermano y yo salimos a estudiar al extranjero hace años y aprendimos mucho, ya que nuestros padres acortaron su ayuda para que podamos valernos por nosotros mismos, y claro que lejos hicimos lo que queríamos sin límite, pero con responsabilidad. —Lo que si es verdad es que no toleramos mucho el alcohol, seria en rangos normales y… Tamara reía a carcajadas ¡es en serio! Pues no tomes jamás conmigo lo digo en serio, no lo hagas nunca. Y es más con mi grupo de amigos tampoco, pero más con Samanta Wolf ¿la conoces? Zack asintió. Ella puede tomarse una destilería completa sin pestañear y no le coge absolutamente nada, solo cuando ella quiere o cuando está demasiado triste ¡ella sin duda no tiene competencia! —¿En serio puede tomar tanto? Mi hermano es más resistente que yo, pero jamás he visto a alguien que pueda tomar tanto, dijo asombrado Zack. La camarera llegó con sus desayunos, Tamara pidió dos tostadas francesas con jugo de naranja y café. Zack solo pidió un revoltillo con tostadas, y café. Pues veo que come poco dijo Tamara por eso tienes ese cuerpo escultural, comento riendo. —Sonrió, lo que yo veo es que tú comes para agrandar ese bello trasero con esas curvas de infarto dijo Zack. Ese desayuno terminaría en el departamento, porque era fin de semana el ejercicio es bueno cierto.
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