Capítulo Trece En los días posteriores a la barbacoa, Robbie comenzó a pasar más tiempo con Colt. Fueron juntos al cine y salieron a cenar un par de veces. Colt se lo llevó de compras y colmó a Robbie de regalos, sobre todo ropa. —No deberías gastar tanto dinero en mí —se opuso Robbie. —Por supuesto que sí, pequeño. Tengo dinero, y quiero gastarlo en ti. Acéptalo y mantén la boca cerrada. Robbie hizo lo contrario. Abrió la boca para protestar. —¿Qué acabas de decir? ¿Me acabas de mandar a callar? —Estaban de pie en medio del centro comercial. —Sí, porque si no lo haces, vas a pagar las consecuencias. —¡Ah!, ¿sí? —Robbie puso las manos en las caderas, poniendo los brazos en jarras, mientras Colt se echaba a reír. De repente se puso serio. —Sí. —Se acercó a Rob