Capítulo Diez Dylan tenía solo ocho años la primera vez que disparó con una ballesta. A la edad de doce años, era un tirador experto que podía alcanzar, con precisión milimétrica, el centro de un objetivo a un centenar de metros. Sin embargo, la ballesta, su arma preferida, no era la única herramienta que tenía a su disposición para la lucha contra los vampiros. El cazar vampiros estaba en su sangre, por así decirlo. Su hermano mayor, padre, tíos y abuelo eran todos Matarianos. Las habilidades que Dylan había adquirido durante sus años de infancia y adolescencia temprana eran principalmente tácticas de auto-defensa, pero todo eso estaba a punto de cambiar. Ahora con dieciséis años, finalmente podía comenzar su entrenamiento real y entrar en el CMM. Campo Militar Matariano.