Capítulo 19. El reencuentro

1061 Words
Terminamos el día tomándonos unas copas de vino en la terraza de uno de los restantes mas populares de Francia y la llamada mas esperada de todo el día al fin llegó Mi celular no dejaba de sonar, es Henry, no le contesté entonces llamó al seguridad que nos ha seguido todo el día —Señora Mayo tiene una llamada —Es Henry, ignóralo, al llegar a casa hablaré con él, no quiero que nos dañe la noche este vino está muy rico y en compañía de Nancy mucho mejor —Usted sabe como reacciona el señor cuando no se le hace caso —Una pregunta joven… ¿Cuánto tiempo tienes trabajando con Henry? —Cinco años señora —Bien déjame hacerte otra pregunta y quiero que me respondas con sinceridad tomando en cuenta el estado malhumorado de mi ex marido ¿Alguna vez te ha pegado o faltado el respeto de alguna forma? —No señora, jamás, el señor si se exalta y grita como todo el mundo cuando se molesta pero nunca ha faltado a nuestra moral —Muy bien, entonces ve y dile que hablaré con él cuando yo llegue a casa, no ahora, me acabas de confirmar que no te pasará nada —Pero señora… —Ya te dije muchacho hazme caso El chico retrocedió unos pasos y se marchó, el mesero que se encontraba sirviendo la cena se quedó mirándome fijamente como con ganas de decirme algo —¿ Necesitas decirme algo? —Es usted mi ídolo señora, que carácter el qué tiene usted —Gracias, gracias, eres muy amable —Oiga señora por cierto, alguien le envió esto… El mesero me estaba entregando una nota que decía: “Nos vemos en quince minutos en el estacionamiento, no te preocupes por tu guardaespaldas, ya me encargué. Eduardo” Mis ojos querían salirse ¿Cómo que Eduardo? Esto es imposible —Nancy Eduardo está aquí, o eso dice la nota y quiere que nos encontremos —¿ El Eduardo del que me contó, ese Eduardo? —Si ese Eduardo, pero temo que sea una trampa de Henry —No lo sabrá si no se levanta de esa silla y va a su encuentro, vaya señora, yo la espero aquí y cualquier novedad me avisa —Gracias Nancy, ya vuelvo… Me levanté de la mesa y confiada caminé hasta el estacionamiento, me detuve y miré a todos lados pero no veo a Eduardo en ninguna parte, decidí darme la vuelta para volver al restaurante y fue cuando escuché su voz —Señora bonita Me voltee y si es él —¿Y esta sorpresa? ¿Qué haces aquí? —Tranquila te responderé todas tus dudas, antes debes venir conmigo —No puedo, dejé a Nancy allí en el restaurante y no me puedo tardar mucho —Solo serán diez minutos te lo prometo —Está bien Tomé a Eduardo de las manos y caminamos hasta su auto, nos subimos y este solo me abrazó desprevenidamente —¿ Y eso? —Solo te extrañé, perdón por venir así y sacarte de tu zona de confort pero no podía pasar un día más sin saber de ti, sin verte, sé que estás casada y que tienes muchos problemas ahora pero quiero ser ese apoyo que nunca has tenido, déjame estar a tu lado Mayo, te lo pido de favor, no me vuelvas alejar —Eduardo no sé que decir, estoy muy sorprendida nunca pensé que vendrías hasta aquí por mi, tampoco sé cómo me encontraste —Vine a la ciudad a recoger a mi hijo que llegó de un viaje, la panadería qué está frente a este restaurante es una de las favoritas de él y decidimos hacer una parada, me desmonté del coche y te vi en la terraza entonces pensé en cruzar a verte y hablar de frente, mejor dicho hablar de mis sentimientos, lo que me hiciste sentir en pocos días —¿ Estas loco? Esto me va a causar mas problemas del que ya tengo con mi familia, el seguridad nos va a delatar cuando vea que Nancy esté cenando allí dentro sola —Ya me encargué de tu seguridad y por Nancy no te preocupes que tiene muy buena compañía —No entiendo —Mi hijo está con ella ahora —¿ Tu hijo? Que le dijiste para que acceda a esta locura —Nada mas que la verdad, que me enamoré de una mujer increíble que vive en un infierno y que la quiero rescatar para llevarla a conocer las estrellas En esos momentos me sonrojé y sonreí, es que como me puedo negar a sentir algo bonito por este maravilloso hombre, debo aceptar que me gusta y que me hace sentir cosas que jamás había sentido antes, esto es una locura —A mi edad no debo permitirme volver a soñar, es todo lo opuesto, debo de tener mis pies sobre la tierra y dejar de creer en fantasías —Que pena que pongas de excusa la edad, eso es lo mas absurdo que he escuchado, mientras estés viva tienes el derecho de amar a quien te plazca, la edad no importa Mayo y pues veo que será mucho mas difícil cambiar tu manera de pensar, perdóname si te he incomodado, creo que fue un error venir hasta aquí, es mejor que me marche —Debes de entenderme, ponte en mi lugar, llevo años al lado de un hombre que no es mas qué un dictador, no me puedo salir tan fácil de un lugar donde está en juego mi salud emocional y mis intereses, he contribuido con cada logro de Henry, cada peso que ha ganado también me pertenece, no me puedo ir y dejar todo lo que he construido a base de sufrimientos y humillaciones —No tienes que seguir dándome explicaciones de tu vida ya entendí que el único que está ilusionado soy yo, así que lo mejor es que me vaya por donde vine —No sé ni porqué estás molesto, al final nunca te di esperanzas de una relación, ese beso que nos dimos aquella noche fue un error, yo estaba ebria así que no cuenta —No estoy molesto querida Mayo, solo te expreso lo que pienso, de verdad de todo corazón te pido que me disculpes y que puedas obtener esa paz que siempre has anhelado
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