Capitulo 18. Un poquito de esperanza

1048 Words
Abrí los ojos y estaba confundida tenía la esperanza de que esto fuera un sueño, miré a todos lados y es solo mi cruel realidad esa de que empecé a huir el día en que Henry me faltó Me puse de pie, caminé hasta mi closet y empecé a tirar todas las prendas de vestir al piso, “si Henry quiere jugar pues jugaremos” Me cambié de ropa y tomé de uno de los cajones la tarjeta negra, esa tarjeta que contiene una fortuna, nunca la había tomado por consideración al idiota de mi marido pero esos tiempos ya se terminaron, jugaré el juego de Henry y me voy asegurar de ganar Salí de la habitación decidida a no volver a llorar Nancy, Nancy ¿estás en casa? —Señora Mayo ¿es usted? ¿Regresó? —Por supuesto Nancy y esta vez lo hice para quedarme, que gusto verte otra vez mi querida amiga —Señora pero si el gusto es todo mío, no sabe lo mucho que la extrañamos en esta casa que no es nada sin usted —Gracias querida, Nancy necesito que le digas a las demás empleadas que suban hasta mi habitación y saquen absolutamente todo de mi closet, que no dejen nada —Perdón señora estoy algo confundida ¿a que se refiere con todo? Ah ya entiendo, usted quiere que lavemos toda la ropa, la planchemos y la volvamos a poner en su lugar —No querida, nada de lavar ni mucho menos planchar, lo que quiero es que saquen todo incluyendo los zapatos y lo donen, las regalen se las queden entre ellas no lo sé, lo que quiero es ver ese espacio totalmente vacío en cuanto llegue —Como usted diga mi señora, descuide que yo misma haré todo eso —No, tú vas a venir conmigo porque iremos a las mejores tiendas y mas caras de Francia gastaremos hasta que ya no podamos más —¿Está usted bien Mayo? ¿Dónde usted me dejó a mi señora? —Aquí estoy Nancy y volví para acabar con mi etapa de debilidad y sufrimiento y que mejor que unas compras —Si señora como usted diga Nancy se quedó asombrada ya nunca antes esto había sucedido, yo siempre era la que mantenía la economía del hogar equilibrada sin hacer compras innecesarias, pero eso se terminó —Nancy vamos o se nos hará mas tarde y quiero volver antes de la cena Salimos al estacionamiento y mi hijo al parecer estaba en casa ya que su auto continua aquí estacionado quizás esperando a que yo bajara para continuar con la conversación absurda —Nancy vamos antes que salga Andrés, no estoy para seguir escuchando estupideces —Si señora, pero el joven estos días que usted no estuvo se comportó extraño, venía a casa y solo preguntaba por usted se daba la vuelta y se marchaba —Yo te explico más tarde el porqué de su comportamiento Continuamos el camino y como era de esperarse uno de los seguridad de Henry nos seguía, tan bello mi esposo, teme qué yo me le pierda otra vez Llegamos a la primera tienda, entramos y todo lo que se me cruzaba en medio lo tomaba y lo llevaba hasta la caja, mientras mas caras mejor —Señora Mayo ¿sabía usted que esta tienda es una de las más costosas? Lo sé porque lo vi en una revista —¿ Que vestido te gusta Nancy? O mejor dicho ¿Cuáles son los que mas te gustan? —Pero señora… —Sin decirme que no por favor, anda vamos a medirte unos trajes qué vi allí en aquel pasillo, ya te dije que no sientas pena alguna, déjame hacerte sentir bien y especial porque lo eres —Está bien señora, su marido se va a morir —No me importa nada de eso, puede hacer lo que le plazca y no dejaré que me afecte ¿sabes por qué? Porque se metió con lo más sagrado que tengo, mis hijos —No entiendo señora ¿que hizo el señor Henry esta vez? —Está manipulando la mente de Andrés y eso es cruzar la raya —Lo siento mucho, usted no se merece tener esta vida es usted una persona increíble y muy noble como para recibir solo sufrimientos y amarguras de la vida —No te preocupes Nancy qué yo estaré muy bien, esto es solo un amargo trago que con el tiempo se convertirá en uno dulce, creo que muy pronto le llegará su castigo a Henry, a veces me pongo a pensar y no encuentro en que momento fue que ese hombre dulce y de buen corazón se convirtió en ese monstruo de hoy, no encuentro que fue lo que hicimos mal en esta vida para que lo bonito que vivimos se haya convertido en una pesadilla —Cuando conocí al señor él era una bella persona, se preocupaba por sus empleados, compartía con nosotros hasta jugaba a las cartas pero todo eso se fue borrando con el tiempo —Ya no hablemos de temas del pasado que nos ponen tristes, vamos ahora a la tienda de la esquina qué tiene unos vestidos hermosos —De acuerdo señora, vamos Señora le puedo hacer una pregunta un poco indiscreta —Si adelante —¿ A donde usted pasó esos días que se fue de casa? —En un pueblito hermoso, con gente hermosa y maravillosa, un día de estos te voy a llevar para que lo conozcas —Mm… se nota muy feliz cuando habla del pueblo y su gente, ni será que hubo alguien por ahí que la dejó pensativa —No seas mal pensada, si hay alguien pero es solo un amigo, uno muy bueno por cierto, de esos que ya no se encuentran en la vida —Sus ojitos están brillando ¿acaso le gusta ese joven? —Sabes que nunca te mentiría, eres como una segunda madre para mi y pues si, ese hombre se llama Eduardo y me gusta mucho, esa persona me da paz y me hace sentir segura de mi misma, no se como explicarte lo que siento cuando estoy a su lado —Yo se que es ese sentimiento, eso es amor señora Mayo.
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