Capítulo 12. Las riendas de mi vida.

1496 Words
Caminé hasta él y Eduardo se quedó a mitad de camino, miré atrás y este me guiñó el ojo y fue lo más bonito que alguien ha hecho por mi, me hizo sentir que aunque se quedó atrás él estaría al pendiente de mi, así que decidí seguir caminando hasta llegar al hombre que me esperaba —Buenas noches Sra. Stiletto —¿ Que haces aquí? —Su esposo la mandó a buscar, la necesita en casa cuanto antes —Esto tiene que ser una broma, déjame aclararte algo niño, en primer lugar Henry no es mi esposo, en segundo lugar y no menos importante, dile a tu jefe que el no es nadie para mandarme a buscar cuando le plazca —Señora Mayo yo solo cumplo ordenes —Exactamente eso, ahora ve y cumple las mías, no voy a volver y punto —Si vuelvo sin usted, el señor me va a despedir, señora por favor tenga compasión y no permita que me echen mire que yo tengo una familia que depende de mi —Bien jugado ¿crees que soy tonta? Que no sé que estás mas solo que el perro de la vecina, la verdad es que Henry te ha enseñado muy bien, ah y ahora que sabe a donde estoy dile que sea un macho y que venga el mismo a buscarme —Como usted diga señora, al señor no le gustará nada esto —No me da ni el mas mínimo remordimiento por él, ahora quiero que te retires y me dejes en paz, Hey espera… una última pregunta ¿ Mis hijos están bien? —En perfecto estado señora —Gracias, eso es todo, ya te puedes retirar Me quedé parada frente al guardaespaldas y esperé hasta que este se subió a su auto y se marchó del lugar. ¡ Que fastidio! Así que cumpliste tu amenaza de encontrarme, pero no me vas a intimidar, esta vez te demostraré que no te tengo miedo —Disculpa —Hola de nuevo extraño, disculpa los inconvenientes —Descuida, te observé desde lejos y tenías todo bajo control, eres mi héroe —No te estés burlando, esto no fue más que un penoso momento —Creo que deberías volver y aclarar las cosas —No quiero volver, aquí me siento plena, aquí me siento yo misma, sin mentiras, sin tener que mostrarle a los demás algo que no soy —Entiendo a la perfección todos tus argumentos pero debes de pensar en que quizás si estés huyendo de la realidad, algún día deberás volver a casa y ese día te vas enfrentar con esa pared que nunca derribaste por completo —Quizás tengas razón en lo que dices, pero debes entender qué he pasado mi vida entera pensando primero en los demás, yo siempre he sido un segundo plano y hoy yo tomaré las decisiones de mi vida, no me importa si me topo con esa pared, algún día la derribaré y ese día sabré que sané y que soy diferente —Quizás tienes razón y perdón por meterme en cosas que no me competen pero me molesta cuando un hombre trata a una mujer como una más de sus propiedades —Eres un gran hombre, no te conozco mas de lo que me haz contado y siento que eres uno de los pocos hombres honestos y correctos que existe, me hubiese gustado conocerte en otra vida, serias alguien muy importante para mi —¿ Y por qué no ahora? ¿Qué nos impide ser amigos? —Nada impide que seamos amigos pero en este mundo tan machista sabes que muchos no creen en las amistades entre hombres y mujeres —Entiendo tu punto, pero también creo que de una bonita amistad puede nacer un gran amor —Tienes razón, siempre tienes razón ¡ja! Necesito ir a mi habitación para cambiarme esta ropa mojada o me voy a resfriar —Si te enfermas yo te cuido —Gracias pero no querrás verme toda enferma y tirada en una cama, me pongo terrible —Estoy dispuesto a correr el riesgo —¿ Estás seguro de eso? —Como que me llamo Eduardo Miré fijamente a Eduardo y creo que estaba sonrojado, sus mejillas estaban enrojecidas, hasta se ve tierno —Eduardo espera… Eduardo redujo su paso —Dígame señora bonita —¿ Quieres ir a cenar conmigo? Digo si no tienes nada mejor por hacer —Sería un gran honor cenar con una mujer tan increíble como tú, por supuesto que acepto, no todos los días una hermosa mujer me invita a cenar —¿ A las ocho esta bien? —A las ocho está perfecto, me iré a cambiar y nos veremos en el lobby Caminé despacio hasta mi habitación, entré cerré la puerta y me recosté de ella un momento, no puedo creer que a mi edad esté sintiendo estas cosas, me siento como una adolescente Cálmate Mayo qué no vas a salir en una cita real, es solo una cena… Me paré frente a la maleta, la abrí y me quedé mirando que podría ponerme para una cena que no representa nada importante, mmm… ¿ El vestido rojo? No, es típico de estoy desesperada y necesito un hombre en mi vida, descartado ¿ El vestido azul? No, ese es muy sexy y le contará a Eduardo que no he tenido sexo en años, llamaré ese atuendo el grito desesperado Me senté en la cama desilusionada por no haber encontrado algo que se acomode al momento, me levanté y me fui a duchar, quizás una buena ducha me de nuevas ideas, Minutos mas tarde… Con el pelo todo mojado, y la toalla a medio torso, Mayo caminó y volvió abrir la maleta, sin pensarlo dos veces cerró los ojos y seleccionó lo primero que sus manos alcanzaron Un atuendo medio extraño pero bonito Toc, toc… —¿ Quien? —Soy yo ¿ya estas lista? Ya pasan de las ocho Mayo frunció el seño y miro hacia la pared donde había un reloj colgado —No había visto el reloj ¿me regalas cinco minutos más por favor? —Te regalo los que quieras. Pensé que te ibas arrepentir Eduardo sonrió a media luna —¿ Por eso viniste hasta aquí? Creíste que iba a ser tan inmadura he iba a cancelar sin decirte nada —No, nunca pensé de tal manera ¿sabes que? Mejor te espero abajo como quedamos, no te quiero presionar —Está bien, ya bajo ¿ Será que estoy haciendo mal en aceptar salir a cenar con Eduardo? Apenas llevamos días de conocernos y no quiero entorpecer las cosas, esta amistad que estamos forjando no la quiero tirar a la basura, y soy una experta en romper cosas que están en su lugar ¿y si mejor no bajo? Si no bajo entonces quedaré como una adolescente inmadura… ¡ Al diablo! Me puse una ropa casual y bajé al encuentro de Eduardo Lo vi a lo lejos y mientras me acercaba a él este se le brotaban los ojos —¡ Hey! ¿Estas bien? —Perfectamente— si tan solo supieras lo que estoy empezado a sentir por ti —No te ves bien— ¿será que me veo mal con esta ropa o con el pelo todo mojado? ¡Ay caray! —Es que nunca había visto a alguien tan sencilla, hermosa y delicada a la ves —¿ Te estas burlando de mi? —Jamás, de verdad estas muy hermosa, aunque pareces alguien con mucha plata, eso es malo, quiere decir que no podemos irnos caminando —No entiendo a que te refieres con mucha plata, si hasta parezco una mendiga —Por estos lados suelen ser personas muy amables, pero también hay una que otra mal intencionada que solo están para hacer daño, tú no eres de por aquí se te nota desde lejos, llamarás su atención y tu ropa no parece de mendiga, es todo lo contrario se ve fina y cara —Me estas asustando ¿Por qué no se supone que yo soy quien te llevará a cenar? Yo fui quien te invitó —Lo sé, pero como todos los lugares quedan cerca en el pueblo pensé que me ibas a llevar caminando por eso te hice el comentario —Esa era la idea, quiero ver todo lo lindo de este lugar y eso solo se logra observando despacio —Y eso está bien, pero hasta que no te conozcan bien no podemos arriesgarte, así que te hago yo la invitación, hermosa Mayo ¿cenaría usted conmigo? —Por supuesto que si, eres increíblemente especial ¿y a donde me vas a llevar? —Es sorpresa —Pero adelanta algo, además no soy muy amante a las sorpresas— ¿y si me lleva a un lugar inapropiado? O a una cena romántica con velas y flores y todas esas cosas… —Te daré una pista, saldremos del pueblo
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