Martin y su amigo se acercaron un poco, con la intención de colaborar pero no se lo permitieron. Había movimiento en la parte baja del espacio por el que circularía el ascensor antes de derribarse y llegar al fondo casi hecho pedazos. No tardaron mucho para extraer tres cuerpos en camillas de hospital, paramédicos corrían para ofrecerle los primero auxilios de camino a un lugar de rehabilitación. Sus rostros estaban bastante lastimados como se supondría que estarían sus cuerpos bajo aquellos oscuros trajes de policía. —Demonios… —susurró el psiquiatra siendo inconsciente de su egoísmo momentáneo—. ¿En qué acabará todo esto? Necesito respuestas. Isabell despegó sin cuidado la aguja que traspasaba la piel de su brazo, se incorporó sobre el colchón, bastante aturdida un con un