Los días trascurrieron en un silencio total, mis noches eran angustiosas, replicaba en mi estéreo el mismo número musical que desataba mis tristezas, me levantaba casi a medio día, tomaba cualquier alimento a la vista que sobresalía en la cocina, para ocultarme de nuevo en mi cuarto, donde convivía con mi soledad.
Tome el móvil en una mañana alumbrada, decidido por mis pensamientos irracionales, le escribí:
- Hola bella; me gustaría volver a vernos, mi casa está sola normalmente, la próxima semana ingreso en la tarde, así que tendré el espacio de la mañana para hacer un compartir, espero tengas un buen día....
Unos minutos después, el móvil replico, era ella...
- Me encantaría afirmo, llevo algunas botanas y un refresco, nos vemos el próximo lunes, finalizo.
Entre el trabajo y los quehaceres diarios el tiempo fue más llevadero, mi corazón se agitaba en las noches y mi mente se dispersaba en el día.
Esa mañana olvide organizar el lugar, aunque ella entró sin ningún prejuicio, nuestras voces llenaron el espacio, sonreíamos y profundizábamos en temas que para la sociedad parecen irrelevantes, me sentí por primera vez en esta vida mundana un ser completo junto a ella, con el paso de los minutos nos fuimos acalorando, puse mi mano en su bello rostro para acariciarle lentamente, acción que pude notar le agrado por completo.
Mis labios rozaron los suyos y una chispa disipo los nervios, mi mano inquieta, acaricio su larga cabellera, su cuello y lentamente toque sus pechos, baje por su cintura hasta alcanzar sus enormes caderas y al fin, al fin pude acariciar su trasero, cosa que deseaba más que nunca, su pantalón interrumpía mis ligeras acciones para llegar a tocar la profundidad de su cuerpo.
Ella por su parte delicada y tierna, se abstuvo de ir más a fondo, entrelazo mi cuello para darme un acogedor y dulce abrazo, detuvo mi dorso un instante, pero mi testosterona estaba a mil, (y aunque no quiero justificar mis actos, ese impulso era latente, pues llevaba meses sin sostener una relación s****l), tome su frágil cuerpo y lo puse en mis caderas, llevándola cargada en mis brazos.
Sutilmente la puse en mi cama, siguiendo mis instintos arrebatados, me despoje de mi camisa para quedar totalmente desnudo de la cintura para arriba, mis botones ya estaban desabrochados, así que para intensificar más el entorno me dirigí a su cuello lamiéndolo, posteriormente volví a sus placenteros labios, para dar inicio a un beso apasionado, mi elemento empezaba despertar, suavemente mis caderas se fueron moviendo de atrás hacia adelante, sentía su agitada respiración....
Quería más, necesitaba saciarme, entre cada roce llegaba gemidos de placer, así que me aleje para poder vislumbrar su rostro una vez mas, quede estupefacto, su mirada penetro la mía y mi cuerpo se detuvo, todo a mi alrededor se oscurecía y el silencio me perturbo la mente, algo se apoderaba de mí, cada bello que me componía se iba elevando, sentí una extremidad acariciar mi cuerpo, despertó el terror de mi alma, en un vano intento queriendo despojar este insípido frasco, sus largas uñas me apuñalaron las costillas, las lágrimas rodaban por mi rostro.