Desorientado
Me senté en una esquina del sofá en un vano intento por alimentarme, (mi estómago crujía), pero mi mente divagaba en un sin fin de emociones, sin embargo opte por llenarme con unos cuantos bocados, acción que no pude culminar al desmoronarme en lágrimas, sentía cada partícula de mi ser desvanecerse, los sueños que había estado forjando y puliendo, en un instante naufragaban ante mis ojos, la impotencia me acongojaba al no poder cambiar las marcas del destino que llegaban al afrontar las malas decisiones del pasado.
Todo inicio con mi absurda búsqueda de ser amado, había culminado con varias relaciones que dejaron grandes marcas en mi espíritu y seguía persistiendo en encontrar aquel ser extraño que pusiera mi mente a divagar, con un amor apasionado y lujurioso, de esos que rara vez encuentras en la calle, aquellos que describen los libros y sobresalen en las novelas, allí, allí la encontré................
Su apariencia era irrelevante para esta historia, ella, ella me flecho en aquel instante, solo puedo describir como sus ojos compenetraron los míos, su sonrisa me elevo a aquel cielo lleno de esplendor, estaba frente a quien me enamoraría sin medida, perdería mi cordura y soltaría las ataduras de mis cadenas forjadas a través del tiempo .......
Yo, un ser rebosante de rabia, dolor, ira por la vida, en un mundo insípido y sin sentido, amoldado como cualquier vasija vacía.
Hasta este punto, se que tanto como yo deseas conocer su nombre.................
Elisabeth, tenía los ojos más brillantes y opacos que puedas imaginar, ¿pero como seria esto posible? Sus pupilas de color amarillo extasiaban a los transeúntes que deambulaban por el lugar, al rededor de ellos sus círculos eran enmarcados con un color oscuro, lo que en pocas palabras llamaríamos ojeras, Elisabeth no dormía, tenía ciertas dependencias que no eran de mi agrado y aquello era reflejo de su ser, pero, escuchar su voz y oír tocar sus composiciones hicieron un plus a esos encantos físicos que todos al fin al cabo admiramos en otro ser.
Nuestras miradas se localizaron como dos extraños en su primer encuentro, nos dimos un leve beso en la mejilla y caminamos a grandes pasos para llegar a mi hogar, lugar donde jamás espere citar a una flamante dama, pero como todo en la vida no se hace de acuerdo a nuestros planes, los caminos que nos llevaron largos años más tarde a seguir en nuestro reencuentro hicieron parte de este inicio que estaba predestinado en nuestras vidas.