El mismo día Dubái Bahir Tras unos minutos de una charla tediosa, exasperante, y desgastante con mi padre pude respirar con alivio, pero fue mejor cuando me encontré con mi piloto con su atuendo muy informal y muy guapo, dejándome a su merced mucho más, además sentí como sus miradas me derretían, o mejor dicho me apresaban, pues de cierta manera sus ojos marrones reflejaban tantas cosas, igual decidí aprovechar la oportunidad que me brindo al darme de cierta manera las riendas de nuestra cita. Decidí probar mi teoría llevándolo a recorrer los lugares donde podía conectarse con sus raíces y lo que me sorprendió era su sencillez, era como un niño pequeño mirando con curiosidad cada cosa, y preguntando, aunque no lo hacía por obligación, más bien estaba interesado en conocer a su pueblo.