Lo escucho bajar las escaleras arrastrando los pies y eso me da la oportunidad de calmar mis nervios. No sé qué me atrajo a compartir mi experiencia . Ni siquiera sabía su nombre, solo que vivía en Virginia Beach y que recientemente había descubierto que le gustaban las chicas un poco más que los chicos. Supongo que no se lo había contado a nadie, excepto a mí. Hablamos intermitentemente durante unos días antes de que las cosas se intensificaran una noche cuando yo estaba demasiado drogado y ella demasiado borracha. Pero resultó ser una de las experiencias más eróticas de mi vida, y hasta hoy no se lo había contado a nadie. Ni siquiera Kate.
Nunca había sentido nada por una mujer antes o después de eso, pero algo en esa noche me hace preguntarme si hay un lado de mí que no he explorado. Q
