—No, no dije que así fuera—. Ella me señala y comienza a pasear lentamente por la habitación. —Pero me haces sentir cosas que nunca antes había sentido—. Ella se detiene y me mira. —Seguro, protegido, amado... especial... sexy...— Se detiene. —Me haces sentir como una mujer—. Ella retrocede hacia mí y deja que una tira de su vestido se deslice por su brazo, dejando al descubierto todo su hombro. —Me haces sentir que me quieres como tu mujer—. Trago ante sus palabras, odiando que me afecten tanto. ¿Qué me está haciendo? —No te estoy pidiendo una cita ni tu mano en matrimonio, Dominic. Pido un fin de semana y luego volvemos a casa y hacemos como si nada de esto haya pasado—. Se muerde el labio inferior y deja escapar un profundo suspiro. —Soy virgen y solo... quiero que mi primera vez signi