El olor a muerte era todo cuanto se percibía en aquel sitio nauseabundo, cadáveres de animales descompuestos era todo lo que saltaba a la vista en aquel bosque de pinos oscuros, Alexandre cubría su nariz con su fino pañuelo de seda, realmente odiaba estar aquel tan asqueroso sitio, pero necesitaba aliados para lo que estaba por venir. – Entonces, podremos ser parte de los O´Neill, siempre y cuando te ayudamos a acabar al futuro alfa de los Artigas, es una apuesta arriesgada, los Artigas no son compasivos con los que son como yo, prefieren alojar a humanos antes que a su propia especie, y los O´Neill son igual, dime niño bonito ¿Por qué deberíamos arriesgarnos por una manada que promete acogernos pero que seguramente nos desechara como basura luego de que matemos al otro niño bonito? – di