capitulo 11

2141 Words
  Con ayuda de mi padre logre bajar de la ambulancia, mi padre tomo la silla de rueda y esta vez con ayuda de algunos enfermeros bajo a mi madre. - ¿Vas a usar la silla de rueda? -le pregunte a mi padre. -Súbela a la habitación, yo llevare a tu madre en mis brazos-obedecí las palabras de mi padre. Los enfermeros que venían con nosotros en la ambulancia me entregaron una bolsa, me imagino que dentro estaba la ropa de mi madre, y sin esperar nada más se marcharon. - ¿Padre ya llevo a nuestra madre a la habitación? -me gire para mira el dueño de aquella voz. Mis hermanos se terminaron de bajar del auto, y se acercaron a mí. -Ahora mismo deben estar en la habitación-dije con una leve sonrisa. -Me alegro de escuchar eso-Marcos me quito la silla de rueda de mis manos- ¿Ahora nos vas a decir lo que paso? Mire a mis hermanos, todos estaban observándome. Me había mantenido todo el tiempo en el hospital callada, aunque mis hermanos estaban muy curiosos al saber que era lo que había puesto a nuestra madre en esa situación. No les dije nada, sabia que si ellos se enteraban en ese momento de angustia iban a enojarse y gritar, y lo último que quería era que los demás se enteraran de nuestros problemas familiares. -Está bien-pasé mis manos por mi rostro-Hace algunos días conocí a Arturo en la universidad, desde que lo conocí sentí esa química que jamás había sentido con alguien-Mónica alzo sus cejas asombrada-Hoy nuestro padre me llamo, me acuso de que le había copiado los dibujos ganadores de la competencia de joyas, yo jamás hice eso. Luego me pregunto que si alguien había visto mis dibujos y aunque dudé le dije que el único que observo mis dibujos fue Arturo. - ¿Fue él? -pregunto Manuel. -No lo sé, no se quien fue-grite algo frustrada. Mis hermanas se acercaron a mí y me abrazaron. -No te preocupes, lo bueno es que nuestra madre esta fuera de peligro, Papá fue demasiado lejos poniéndole demasiada importancia a esa competencia, parecía como si le faltara dinero-las chicas se separaron de mi-buscaremos al culpable y vamos hacer que de rodillas nos pida perdón a toda la familia. Los cuatros me miraron con una sonrisa. -Gracias. -Mejor subamos, nuestra madre despertara pronto-Marcos sostuvo la silla de ruedas con ambas manos y empezó a caminar hacia dentro. Nosotros los miramos, y sin mencionar alguna palabra empezamos a subir hacia la habitación de nuestra madre. Cuando llegamos a esta, nos llevamos la sorpresa de encontrar a nuestro padre arrodillado y entre lágrimas pidiéndole perdón a nuestra madre, quien ya había despertado. -Soy el peor esposo y padre que existe, no le creo a mi hija y le grito a mi esposa-mi padre sostuvo la mano de mi madre, pero enseguida la quito-No los merezco. Mi madre lo miro con lastima, y trato de abrazarlo, pero se detuvo al vernos en la puerta. - ¿Desde cuándo están ahí? -nos preguntó nuestra madre haciendo que nuestro padre también nos mire. -No escuchamos nada, ni mucho menos vimos algo-se excusó Mariel. Mi madre se quedó paralizada al vernos, durante unos segundos se nos quedó viendo, pero en cuanto su trance termino trato de levantase. -NO-gritamos al unisonó. Todos nos acercamos a ella y la volvimos acomodar en la cama. -Recuerda que el doctor te dijo que no puedes levantarte por unos días, solo puedes moverte en la silla de ruedas, nada de hacer esfuerzos-le recordó Mariel. Ella se mordió el labio frustrada. -Esta bien-luego de hablar nadie hablo, estábamos disfrutando del silencio que provenía en la casa. Hasta que una bebe decidió romperlo. -Martina acaba de despertar-nos dimos cuenta de que la pequeña lloraba en su cuna. Papá tomo a la niña entre sus brazos y la acerco hacia nuestra madre. -Al parecer tiene hambre-deduje algo insegura. -Estas en lo cierto-mi madre movió la bata del hospital y saco uno de sus pechos dándole de comer a Martina de este. La bebe se durmió segundos después, mis hermanos se fueron marchando luego de hablar del horario en el que cuidaríamos a la bebe para que nuestra madre lograra descansar. -Luego de que la cuide le toca a Manuel-les explique mientras dejaba a la bebe en su cunero. Mis hermanos asintieron y salieron de la habitación. -Yo voy a salir a buscar a tus abuelos, se enteraron de la notica y están muy preocupados-mi padre tomo su abrigo-cualquier cosa me llamas. Asentí. -Vete tranquilo. Mi padre tomo las llave del auto y salió de la habitación, aunque en la casa había mas de tres choferes disponibles por extraña razones, a mi padre siempre le gustaba ir a recoger a mis abuelos en persona. Empecé a pensar las razones, pero fui interrumpida por mi teléfono. -Hola, habla Melody. -Voy de camino a tu casa ¿Ya estas lista? Mire la hora de mi celular, ya casi eran las ocho de la noche. El día paso muy rápido. -Mi madre esta enferma y la estoy cuidando, no puedo ir a cenar contigo-mi voz sonó como un leve susurro. -Entiendo, esta bien-iba a decir algo, pero me colgó. ¿Se habrá enojado? - ¿Con quién hablabas? -Con Arturo-respondí enseguida. Luego me di cuenta de mi error. Mire hacia al frente observando la sonrisa pícara de mi madre. -Ya es turno de Manuel de cuidarme, ve arreglarte y divierte-propuso mi madre. -No puedo-me negué a su petición. -Le diré a tu padre que tuviste que salir a casa de Maribel por una tarea de mañana, el no dirá nada-mi madre saco su sonrisa más manipuladora. -Está bien-solté y Sali de la habitación corriendo-Manuel es tu turno-grité hacia la sala atrayendo a Manuel. -Voy enseguida-Manuel salió de su habitación y entro a la de nuestra madre. Corrí hacia mi habitación, y me di una larga ducha sacando toda la suciedad y por cierto las malas vibras que traía mi cuerpo el día de hoy. -Escogeré el azul-tomé mi conjunto de mi armario y lo puse encima de cama-Ahora avisarle a Arturo. Agarre mi teléfono y marque su número. - ¿Qué paso? -Te estoy esperando en mi casa-le dije entusiasmada. -Voy en camino mi c*****o-escuche como dejaba caer varias cosas-Espérame, llegare en cinco minutos. Tras decir eso me colgó. Tome el vestido y lo puse en mi cuerpo, deje mi cabellos suelto y agarre los tacones más bajo que tenías. -Estoy lista-me grite a mi misma en el espejo. Abrí la puerta de mi habitación y en cuanto iba a salir, me detuve en seco al escuchar la voz de mi padre. Corrí nuevamente a mi habitación y me encerré en ella. Al parecer debía saltar de nuevo por la ventana. Tomé mis zapatos entre mis manos y con todo el cuidado posible empecé a bajar. -Lo que hago por amor, que estúpido-me regañe a mí misma. Seguí bajando y cuando sentí que estaba muy cerca del suelo; salte, lo malo fue que yo no veo muy bien de noche que digamos. -Ay-grite alterada esperando caer en el suelo. -Te tengo-abrí mis ojos un poco nerviosa ¿Arturo? - ¿Cómo entraste? -le pregunte mientras me posicionaba en el suelo. -pues…te vi bajando de la habitación por una soga y salte la pared, no pensé que eras capaz de hacer eso-me explico con una risa burlona. -No sigas hablando, mejor corramos-tome su mano y Sali corriendo hacia donde logre ver su auto aparcado. - ¿Por qué corremos? -Mi padre no sabe que Sali-entre en su auto y me coloque mis tacones. -No conocía esa parte rebelde tuya-admitió el mientras encendía el auto. -No conoces muchas cosas de mí que digamos-dije observándolo. Soltó una risa un poco grave, su risa era muy atractiva. -Quería preguntarte algo-dije tratando se sonar seria. El no dijo nada, solo se concentró en conducir. - ¿Alguna vez me traicionaste? -enseguida el auto se detuvo. - ¿De qué hablas? -Al parecer en la competencia de joyas hubo trampa, creen que les copié el dibujo al ganador; cosas que jamás hice, así que mi padre me dijo que tal vez alguien los vio y se lo vendió al ganador-solté un suspiro-pero solo tu viste mi dibujo. - ¿Crees que fui yo? -sonaba muy enojado-Jamás me atrevería hacerle eso a mi novia-enarque una ceja al escuchar eso. -No soy tu novia-le deje claro. -Aun no-encendió el auto y manejo por unos minutos más-pronto lo serás, ya llegamos. Estaciono el auto y salió para abrirme la puerta. -Después de ti-sostuve su mano y Sali del auto. - ¿Dónde estamos? -pregunte curiosa viendo un puente de candados. -Estamos en el puente de los enamorados-respondió con una sonrisa. Camine hacia el frente encontrándome con un corazón hechos de pétalos de rosas. ¿Este lugar? Lo conozco muy bien. - ¿Qué piensas? -interrumpió Arturo mis pensamientos. -Nada-negué en cuanto se me salió una lagrima-Esto es muy hermoso. -Lo es-dijo mirándome-Es muy hermoso. Me acerqué al centro del corazón y sostuve entre mis manos un ramillete de rosas blancas, esto era perfecto. - ¿Desde cuándo me conoces? ¿Llegaste a conocerme en la secundaria? -me gire para ver su expresión. -No, te conocí cuando entraste a la universidad, te vi en una foto y pues desde ahí empecé a acosarte-admitió viéndome. ¿Sería verdad? -Si tu lo dices-deje de hablar al escuchar los fuegos artificiales. ¿Por qué siento que ya vi esto? O que simplemente ya llegué a vivirlo. Miré hacia los fuegos artificiales y me sorprendí al ver mi nombre en uno de ellos. -No dejes de mirar-Arturo movió mi rostro para que mirara hacia el frente. Un ¨ ¿QUIERES SER MI NOVIA? ¨ Alumbro el lugar. - ¿Me darías el honor de ser tu novio? -mire Arturo quien estaba agachado sosteniendo un anillo-Te doy este anillo con la promesa de cambiarlo por uno de compromiso y con el pasar de los días, lo cambiare por uno de matrimonio. Empecé a llorar, miré el pequeño anillo y cuando pensé en darle mi mano las palabras de mi padre se hicieron presente. ¨ tienes prohibido acercarte a él¨ ¨jamás te dejare estar con ese tipo¨ - ¿Melody? -Los pensamientos se esfumaron al escuchar la voz de Arturo- ¿Aceptas? Lo siento papá. -Claro que quiero que seas mi novio-me baje hasta su altura y lo bese. Duramos unos segundos besándonos, me detuve al sentir el metal frio pasar por mi dedo. Luego nos fuimos a cenar a un restaurante cercano, Arturo no dejaba de sostener mi mano, me veía con amor, me sentía tan querida entre sus brazos. -Debo llevarte a casa, no quiero que mis suegros se enojen contigo-asentí entrando al auto-No debo darle una mala impresión. Si supieras lo que piensa mi padre de ti. -Claro, debemos hacer una cena para toda la familia, muero por conocer a tu familia-le Conte muy emocionada-cuéntame un poco de ellos. -Mi padre era abogado-el encendió el auto y empezó a conducir- murió en un accidente de trafico mientras se dirigía a su trabajo hace unos años, mi madre es dueña de una floristería muy famosa en Francia-termino de decir. -Con razón te gustan las flores-le mencione. -No mas que mi c*****o-coloco su mano libre en mi muslo, haciendo que me estremeciera al sentir su contacto con mi piel. -Ya llegamos-estaciono el auto y abrí la puerta- ¿No se te olvida algo? Mire mi ropa confundida, y luego mire al auto. -No creo. -Acércate -volví a entrar al auto y me acerque a el-Adiós-en cuanto termino de hablar presiono sus labios contra los míos en un dulce beso-Nos vemos mañana. Sali del auto toda sonrojada, y corrí hasta mi casa. Abrí la puerta lo mas sigilosa que pude, camine hacia las escaleras, pero la luz siendo encendida me asusto. - ¿Dónde andabas? -pregunto mi padre. -Sali a dar una vuelta con Maribel-baje mi mirada. - ¿Y por que te acabo de ver saliendo del auto de aquel hombre? -No es lo que piensas, estábamos aburridas y lo llame a el para que me trajera-explique tratando se sonar segura. -Y le agradeciste con un beso-dijo mi padre en tono burlón-Si son novios tienes hasta mañana para terminarlo o te arrepentirás de tus acciones-me sorprendí al escucharlo tan enojado. -Esta bien-corrí hacia mi habitación y me tiré a la cama. Mientras me colocaba mi pijama me llego un mensaje, no me sentía feliz ni mucho menos entusiasmada, debo concentrarme en enseñarle a mi padre que él no había hecho nada malo, pero cuando leí aquel mensaje mis ojos se llenaron de ilusión, y no sabía que responde. -Te amo-decía aquel mensaje, y si, era de él.
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