capitulo 10

2154 Words
    Mi cabeza palpito unos segundos, los suficientes para abrir los ojos. -Oh-me queje al levantarme. Mi cabeza está dando vueltas. Abrí los ojos despacio tratando de recordar lo que me paso. -Al fin despiertas-escuche que dijo alguien, abrí mis ojos por completo y note que no estaba en mi habitación. - ¿Dónde estoy? -pregunte desconcertada mirando a mi alrededor. Me encontraba acostada en una cama, y en una habitación que no conocía. Mire hacia al frente encontrándome con ¿Arturo? - ¿Cómo llegue aquí? -me removí en la cama, y aguantando el dolor de cabeza trate de sentarme. -Espera, no te sientes-ignore sus palabras y termine de acomodarme. Grave error, porque en cuanto me senté la sabana bajo hasta mi cintura; y ahí fue que me entere que estaba desnuda. -Dios-grite horrorizada mientras trataba de taparme con las sabanas- ¿Qué me hiciste? -Yo, nada-respondió algo ofendido. Me tape lo mas que pude y me levante de la cama. -Responde, ¿Cómo llegue aquí? -Llegue anoche al país, pensé en darte una sorpresa, pero no estabas en tu casa, así que te ubique con mi teléfono-empezó a narrar-luego de localizarte te encontré en un bar borracha y por supuesto; tirada en el piso-termino de hablar. - ¿Por qué estoy desnuda? -me pare en frente de el para mirarlo a los ojos. -Anoche te traje aquí para que tus padres no te vieran en tal situación. Cuando te traje empezaste a murmurar cosas-imágenes de mi tambaleándome hicieron que cerrara los ojos-luego empezaste a sentir calor y en menos de lo que esperaba ya te estabas desnudando, te lleve al baño y te tire a la ducha, pero estabas tan ebria que ni el agua helada de apagaba así que baje por unos hielos a la cocina-sus palabras hicieron que recordara la enorme vergüenza que pase anoche- ¿Recordaste todo? Asentí. Flashback Me sentía mareada, sentía mi cuerpo caliente y por supuesto dolor de cabeza. - ¿Arturo? ¿A dónde fuiste? -empecé a llamar a mi héroe. Mi guapo héroe. -Te doy cinco minutos para que vengas, tengo calor-tome el vestido mojado entre mis manos y lo saque de mi cuerpo. Camine por toda la habitación, me sentía tan mareada que me costaba mantenerme parada. -Ay-solté un quejido de dolor cuando caí al suelo-Estúpido tacones. Me resigne y los quites de mis pies. - ¿Melody? -me gire al ver como Arturo entraba apurado por levantarme del suelo. -Mi héroe a llegado-me tomo entre sus brazos y me deposito en la cama-Te mereces un premio por salvarme. - ¿Ah sí? -pregunto de manera provocativa. Me coloco un pañuelo frio en mi frente haciendo que el dolor de cabeza disminuyera. - ¿Qué quieres de mí? -quite el pañuelo de mi frente y me acerque a sus labios-te daré lo que quieras. -Hablemos de eso mañana cuando estés sobria, cobrare el favor mañana-trato de ponerme el pañuelo en la frente, pero lo tire lejos. -Me voy a dormir si me das un beso-el soltó un suspiro, pensé que no lo iba hacer, pero en cuanto lo miré acercándose a mí; hice un pico con mis labios y cerré los ojos esperando por él. -Buenas noche-dijo después de besar mi frente. Abrí mis ojos enojada. -Quería uno en los labios-lo tome por la camisa y lo acerque a mi-Uno de esta manera. Choque mis labios con los suyos, uniéndonos en un dulce beso me acerque más a él, con todas mis fuerzas trate de estar los más unida a él. Me moví en la cama cuando sentí como me correspondía el beso, me senté a horcadas de él. -Si seguimos puede que termines arrepintiéndote mañana- susurro cerca de mi boca, hice caso omiso a sus palabras y antes de que el volviera a decir algo quite mi sostén. -Aprovechemos la noche-lo tiré en la cama y de nuevo volví a capturar sus labios, esta vez el me correspondió muy rápido, esta vez el subió su mano por mi cintura deteniéndose en uno de mis pechos-no pierdas el tiempo, cariño. Volvió a tomarme de la cintura, pero esta vez para girarme y queda debajo de él. -Eres mi perdición-susurro. Fin del flashback - ¿Qué me hiciste? -le pregunte mientras una lagrima bajaba por mi mejilla-Dime la verdad. -Empezamos a besarnos, pero yo me detuve en cuanto noté que te habías dormido, desde el inicio jamás pensé en aprovecharme de ti-se movió algo inquieto por toda la habitación-debes creerme. - ¿Qué tanto llegaste a ver? - ¿Qué tanto llegue a ver? -puso una sonrisa coqueta-pues…-se acercó a mí y puso un dedo en mis labios que fue bajando por mi cuello, luego paso por el medio de mi pecho y se detuvo un poco más arriba de mi ombligo-lo suficiente para predecir lo hermoso que es tu cuerpo. Mis mejillas se calentaron. -No digas tonterías-exclame bajando la mirada-por cierto ¿Y mis amigas? -Una de ellas estaba un poco sobria así que las mandé con un amigo mío a sus casas-mordí mi labio. Empecé a buscar mi bolso, necesitaba usarlo. Tome el teléfono en una mano mientras la otra aun sostenía la sabana que cubría mi cuerpo. Y algo nerviosa empecé a marcarle a Maribel. - ¿Melody eres tú? ¿Estás bien? -escuche la voz agitada de Maribel. - Si soy yo ¿Qué pasa? -respondí de la misma manera. -Tengo dos noticias, una mala y la otra no muy buena, depende se ti cual quieres escuchar. -Dime la mala primero. -Esta bien. Tus padres alertaron a la policía por secuestro, al parecer creen que estas desaparecida-mis ojos se agradaron, dirigí mi mirada hacia Arturo el cual estaba muy tranquilo. -Iré enseguida, ¿Dónde está mi ropa? -dije apartando mi teléfono de mi oído para que Maribel no escuchara. -Esta en el aquella caja-señalo una caja color blanca que se encontraba. -Gracias-la tome como pude y corrí al baño-Entonces… ¿Cuál es la no muy buena? -pregunte acercando el teléfono al oído. -Karen al fin conoció Australia-fruncí el ceño al escucharla. - ¿De qué hablas? -Anoche Karen termino borracha, tomo sus papeles y se marcho del país, su padre y yo vamos del camino al aeropuerto. - ¿Cómo saben que esta allá? -Pues, el chico que nos trajo anoche se fue con ella, según él era más fácil llegar a Australia que a su casa-rio por su comentario. -llámame cualquier cosa-ella hizo un sonido de afirmación-tengo cosas que resolver, adiós. Colgué. Como pude me puse el vestido y los tacones, que, por cierto, no era la ropa que tenia anoche; el vestido me llegaba casi a los tobillos. -Estoy lista-Sali del baño encontrándome a Arturo hablando por teléfono- ¿Puedes llevarme a casa? -pregunte lo más bajito posible. El asintió. Espere por el durante unos minutos, hasta que por fin termino la llamada. -Vamos-tomo mi mano y me llevo hasta la salida. En cuanto subió a su auto no me dijo nada, conducía en silencio. Parecía estar enojado. -Lo siento por lo de anoche-me disculpe. -No hay problema, ahora que me acuerdo me debes algo-dirigí mi mirada hacia el-cenemos esta noche. -Por mi esta bien-mire por la ventana mientras una sonrisa se formaba en mi rostro. Entonces él no estaba enojado. -Pasare por ti a las ocho-me informo mientras se estacionaba. -Te estaré esperando entonces-murmure dejando un beso en su mejilla. Sali del auto corriendo y entre a la casa lo más rápido que pude. -Por fin llega señorita-María se acerco a mi-sus padres la andan buscando. -Puede decirles que estoy bien, subiré a darme una ducha-no espere que me respondiera, subí por las escaleras y me adentre al baño de mi habitación. Quité mi ropa, y abrí la ducha. Las gotas de aguas se deslizaron por mi cuerpo, los recuerdos de anoche caen pasan por mi mente. Aun no creo lo que estuve a punto de hacer. Sali del baño ya arreglada y caminé hacia la habitación de mi madre, pero me detuve al ver la niñera salir de esa habitación. - ¿Mi madre está ahí? -No señorita, esta en la empresa de su padre-enseguida note que algo malo había pasado, mi madre a penas tiene una semana de haber dado a luz. Me gire y baje las escaleras. -Señorita, sus padres la esperan en la empresa-maría apareció en frente mío-Es urgente. -Iré enseguida. Sali y tome mi auto, siento que algo malo se aproxima. En cuanto llegue a la empresa de mi padre, baje de mi auto y corrí por toda recepción hasta el ascensor. Los minutos parecían eternos y solo pude relajarme en cuanto llegué hasta la oficina presidencial. -Madre, Padre, ya llegué-me anuncié en cuanto abrí la puerta. -Por fin llegas-mi madre fue la que recibió-estaba tan preocupada por ti, ¿Dónde estabas? Se movió en su silla de ruedas. -Me quede en casa de una compañera, y se me olvido contactarlos-me agache para abrazarla-prometo no volver hacerlo. -Lo bueno es que esta aquí, sana y salva-me Sali de su brazo y camine hacia donde se encontraba mi padre, estaba serio y algo enojado. -Lo prometo-Lo abracé, pero lo sentí rígido. -Me alegra que estés a salvo-se separó de mi- antes de irnos a casa, tengo una pregunta para ti. -Te escucho. -Sobre los dibujos de la competencia ¿Se los copiaste a alguien? -negué-Se sincera. No sabía de los hablaba. - ¿De qué hablas papa? Yo jamás le he copiado a alguien-me excuse algo triste. -Pues al parecer, le copiamos los dibujos a alguien y perdimos por eso-me explico. - ¿Qué? Yo no le copie a nadie. -Entonces como los dibujos de los ganadores ganaron, las joyas eran idénticas-fruncí el ceño. -Ellos nos copiaron, jamás me atrevería a copiarle a alguien. -Yo tampoco creo que haya sido Melody, ella no seria capaz de copiarle a alguien-mi madre se puso en frente mío-tal vez alguien le copio a ella y mando los dibujos antes que tú. - ¿Quién crees que te copio? -pregunto mi padre. -No lo sé, no se los enseñe a nadie…-me quede muda al recordar algo-solo lo vio una persona. - ¿Quién? -Arturo, mi amigo de la universidad-mi padre se acerco furioso a su escritorio y tiro todos los papeles que estaban encima de él. -Desde ahora tienes prohibido acercarte a él, ¿lo escuchas? -mi madre se movió hacia atrás. - ¿Crees que fue él? -No lo creo, estoy seguro de que fue el-se acercó a mí. -El jamás se atrevería hacer eso, no creo que se atreva a lastimarme así después de todo el… - ¿El que? ¿Te gusta? Óyeme bien, jamás te dejare estar con ese tipo-mi madre tomo su mano. -Cálmate, no podemos elegir con quien ella puede estar-razono mi madre. -Soy su padre, y yo decido sobre esto-el se soltó de su agarre. -Y yo soy su madre, y si ella es feliz, no podemos meternos en su vida-grito mi madre. -Te recomiendo que no te metas katherin, yo se que le conviene a mi hija-mi padre se alejo de nosotras-yo soy el que toma la última decisión en estos momentos. -Ella también es mi hija, no sabes si aquel chico en realidad es el que nos copió, no tienes pruebas-soltó mi madre muy enojada. -Yo jamás me equivoco-mi padre se sentó en unos de sus muebles-Lo digo por algo, cosa que ustedes no deben saber, solo confíen en mí. - ¿Cómo quieres que confiemos en ti? ¿mintiéndonos? Todo el tiempo me mantuve callada, no pensé que las cosas se pusieran tan tensas. -No te atrevas a poner palabras en mi boca que jamás dije, no sigas llevándome la contraria. Mi madre bajo la cabeza y parecía pensar. -Haz lo que se te pegue la gana Sebastián-mi madre se giró en su silla de ruedas y con todas sus fuerzas salió de la oficina. Mi padre no se movió, solo se quedó ahí mirando la puerta. -Esta bien padre, confiare en ti, pero no te perdonare que hayas hecho que mi madre se enojara, a penas tiene una semana de haber dado a luz a tu hija-lo señale con el dedo-Y dejaste que se fuera sola, por esta razón me cuesta confiar en ti. Mi padre abrió la boca, pero no dijo, solo se levanto de su asiento y salió por la puerta. Me quede observando el desastre que había hecho mi padre, siento que me dice la verdad, pero no logro comprender. Si fue Arturo ¿Por qué lo hizo? Mi teléfono sonó y enseguida lo tome. -Señorita, le hablo para avisarle que su madre esta en el hospital-mi mano empezó a temblar-comuníquese con sus hermanos y vengan de inmediato. Sin esperarlo Sali corriendo, le marque a mis hermanos avisándoles. Si Arturo fue el culpable de esto, jamás lo perdonaría.                                                  
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