Las horas en la universidad fueron eternamente aburridas, el maestro de diseño gráfico ya me tenía mareada de tanto que habla.
Cuando mire la hora en mi teléfono me alegre tanto al darme cuenta de que ya era hora de por fin salir de la miseria.
- ¿Melody? -Me detuve en medio de la puerta al escuchar mi nombre.
-Eh…hola-alce mi vista y trate de adivinar su nombre.
-Tienes cara de que no me conoces. Mi nombre es William, yo era el que iba hacer tu compañero en la exposición que tuvimos ayer-Se presento con una delicada sonrisa en el rostro.
-Ah, ya recuerdo-Termine de recoger mis cosas-Es gusto volver a verte.
-Espera-me sostuvo el brazo en cuanto empecé a caminar.
- ¿Pasa algo? -pregunte girándome para verlo.
- ¿Tienes tiempo para caminar un poco por el campus?
-Claro-Me solté de su agarre y seguí con mi caminata, pero esta vez junto a él.
-Quería pedirte perdón por lo de la otra vez-soltó de repente.
-No hay problema, justo después encontré a alguien-dije mientras veía un árbol.
-Él te ama mucho, me dijo que desde hace años quería hablar contigo y que nunca encontró la oportunidad de acercarse a ti, por eso me suplico que te dejara estar con el-su comentario hizo que me detuviera.
- ¿De qué hablas?
-El chico con el que expusiste ayer, me pidió una oportunidad para acercase a ti-hice una mueca por sus palabras-Necesitaba contártelo, mi último deseo es que te enojes conmigo.
-Entiendo, gracias por decírmelo, me tengo que ir-me excuse y Sali corriendo.
¿Entonces él estaba detrás de todo esto?
Incluso le suplico a alguien para que lo dejara estar conmigo.
Cada día me sorprende más su forma de actuar.
-Melody, por fin te encuentro-mire a Maribel, quien estaba un poco agitada.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué estas tan agitada? -le pregunte mientras le pasaba una botella de agua.
-Te tengo que contar algo urgente-hablo en cuanto recobro un poco de energía.
- ¿Qué paso ahora?
-Vamos a la cafetería del frente, no quiero que nadie nos escuche-me tomo del brazo y terminamos de salir de la universidad.
Y como toda inmortal, cruzo la calle sin ver a los lados.
-Llegamos-me llevo hacia una silla y me sentó en ella-espera aquí, iré por unas papas.
Abrí mi teléfono y noté los múltiples mensajes que tenía por parte de Karen, me sorprendí al ver que tenía una llamada entrante de ella.
-Hola Karen-conteste de forma alegre.
- ¿Dónde estás? -me pregunto, sonaba algo enojada.
-Estoy en la cafetería que está en frente de la universidad-respondí.
-Espérame ahí, voy enseguida-al terminar aquella oración me colgó.
Mire mi teléfono riéndome, ¿Qué le pasa a la chica el día de hoy?
- ¿Con quién hablabas? -pregunto una muy curiosa Maribel.
-Con. -no me dejo hablar ya que de inmediato me interrumpió.
-Esto es para ti, tus papas, tu hamburguesa y por supuesto tu jugo de naranja-dejo todo en la mesa y luego se sentó ella.
- ¿No vas a comer? -ella negó.
-No tengo apetito, te quiero contar algo-se acomodó en su silla y luego me miro directo a las ojos-Estoy saliendo con alguien.
- ¿Quién es el afortunado? -deje de comer y dedique toda mi atención a ella.
-Sobre eso-se removió el cabello algo incomoda-promete que no me juzgaras.
-Al decirme eso me das más intriga, pero lo prometo-atraje el bazo de jugo y empecé a tomar de él.
-El chico con el que estoy saliendo es…-no logro mencionar el nombre ya que fue interrumpida por una rubia muy enojada
-Con que aquí estabas-Karen nos miró a ambas y se sentó junto a mí.
-Yo también me alegro de verte-le dije en cuanto se llevó mis papas fritas.
- ¿Sabes lo que me hizo la estúpida de tu amiga aquí presente? -negué bebiendo de nuevo de mi jugo-Sedujo a mi padre.
En cuanto escuché esas palabras escupí todo el jugo que estaba en mi boca en la cara de Maribel.
- ¿Qué? -Ojalá esto sea una broma.
Una terrible broma.
-Lo que escuchaste, la estúpida de Maribel enamoro a mi padre-repitió sus palabras.
- ¿Cómo pudo ser posible? Tu padre le duplica la edad a Maribel.
-Te explico; conocí el padre de Karen hace dos meses en una aplicación de parejas…
- ¿La aplicación de jugar dado? -la interrumpí.
-Eso mismo, luego nos conocimos y puedo decir que me enamore de él, luego de nuestra segunda cita me pidió que fuésemos novio y acepte, ayer hicimos una cena para hablar de nosotros donde Karen estaba presente.
-Entonces sales con el padre de Karen…interesante-me toque la barbilla y trate de sonar lo más seria posible.
-exacto, el problema está en que mi mejor amiga no puede salir con mi padre-grito Karen.
-No veo el problema, al contrario, siento que Maribel sería una gran madrastra-comente comiendo de mis papas.
-Yo no lo hubiese dicho mejor-Maribel soltó una carcajada.
-Cállate, no puedo creer que estés de lado suyo-soltó Karen casi llorando.
-Mi hermosa rubia, no puedo opinar en esto ni tu tampoco, si Maribel y tu padre son felices juntos, no queda de otra que aceptarlo, como ya sabes; tus padres se divorciaron hace más de diez años, tu padre cayo en una gran depresión al enterarse del engaño de tu madre, siento que es grandioso que por fin quiera darse una segunda oportunidad para amar-les comenté mientras la abrazaba-mientras ellos sean felices no nos queda más de otra que aceptarlo.
-No lo sé, aun me cuesta aceptarlo-miro a Maribel a los ojos-aunque se vea extraño, tengo que aceptarlo.
La platica entre la tres se había acabado, en cuanto Karen se levantó para irse, Maribel le suplico que la llevara. Al parecer quería encontrarse con aquel amor prohibido.
Eso fue lo que me explico Karen antes de irse junto a Maribel.
Antes de marchar charme escuche mi teléfono sonar, y con tan escuchar aquel sonido sabio de quien se trataba…Arturo.
Abrí mensajería y no estaba equivocada, ahí estaba su mensaje.
- ¿Qué haces? -decía.
Enseguida empecé a escribir.
-Acabo de almorzar-respondí.
-Yo estoy subiendo al avión, ¿me extrañaras?
-Ya te dije que no.
Mande aquel mensaje y espere el suyo, los minutos pasaron y ya me aburría esperar. Sali de la cafetería y me dirigí hacia la universidad por mi auto.
Fue segundos antes de que abriera la puerta de mi coche que recibí un nuevo mensaje de parte de él.
-Yo si te extrañare mi hermoso c*****o-decía aquel mensaje que hizo que me sonrojara al instante.
Apague mi teléfono y lo tire en mi coche, ¿A dónde aprendería el a ser tan romántico?