—¿Qué estás diciendo? —preguntó, su voz temblando ante la posibilidad que nunca había considerado.
—Lo que te dije —respondió él, su mirada intensa y decidida—. Eres mi mate, Electra. Si tú caes, yo igual. La conexión que compartimos va más allá de cualquier cosa que entiendas. Estamos unidos por el lazo de la diosa luna.
Electra sintió que el aire se le escapaba. Sabía que había tomado decisiones que podían llevarla a la destrucción, pero nunca imaginó que su final también significara el de James. Se suponía que iba a salvarlo, no a herirlo y menos a llevárselo entre las garras.
—No puedes estar hablando en serio, James. Me estas diciendo que...?— Electra se movia de un lado a otro pensando en todo lo que habia hecho para llegar hasta allí—. No,no,no, eso no debe pasar, esto lo he hecho por ti, Hanna, por todos James.
—Quisiera entender tu frustración Electra, pero no se en verdad que mas nos ocultas. El lazo de una alfa y su mate es tan fuerte que no se puede explicar.—. James suspiró cansado y se la quedo viendo a los ojos—. Han muerto muchos lobos solo por el rechazo de sus compañero, pero eso solo pasa con los mas débiles. Como alfa podria soportar el dolor, pero no creo que Raikan lo soporte y si él muere yo seria solo un cuerpo vagando sin nada porqué seguir viviendo.
Eran palabras mayores que calaban en lo profundo de Electra. Raikan era lobo interior de James y estaba muy inquieto, cada vez que hablaban del sacrificio de Electra se movia desesperado.
— Tienes que seguir adelante. Vas a sobrevivir, debes hacerlo. Entonces, ¿de qué sirve que me haya sacrificado? —Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, y la determinación que la había sostenido se tambaleó. No era justo; era una cruel trampa del destino.
James dio un paso más cerca, sus ojos brillaban con una mezcla de frustración y dolor.
—Electra, esto no es solo sobre ti. No quiero que te sacrifiques, no quiero perderte. Si el Fénix despierta, también lo hará la parte oscura que Gwyddyon quiere. Tienes que entender lo que está en juego aquí.
Ella sintió un escalofrío recorrer su espalda. El despertar del Fénix no era solo una bendición; traía consigo un poder que podía consumirla, y no sólo a ella, sino al mundo entero.
—Lo sé —dijo ella, su voz temblando—. Pero no puedo quedarme de brazos cruzados. Debo cambiar lo que sucedió, y eso significa enfrentar el destino que ya ocurrió. No puedo dejar que todo se repita. Tengo que parar esa guerra antes de que suceda
James apretó los labios, sus dudas pesaban en el aire.
—¿Y si al hacerlo, te conviertes en lo que temes? La oscuridad puede devorarte, Electra. Gwyddyon anhela ese poder y no dudaría en utilizarte como su marioneta.
—No será así —afirmó ella, aunque la incertidumbre la hizo vacilar—. Tengo que reunir a los que perdí, incluso a Akira. Él es esencial para cambiar el futuro.
—Otra vez él— murmuró el lobo con recelo
—Sí, otra vez él. El puede ayudarme pero necesito sacarlo de las montañas Novem Caudae sin que la mujer que está a su lado se entere.
—Mujer?— pregunto James pensativo.
—Hay una impostora con él, se hace pasar por la reencarnación de su amor destinado, se hace llamar Irlina y ser la hija de la familia principal de Ebrerton, la familia real.
James conocía la historia perfectamente, pero no habia escuchado que hubiera algo relacionado con eso que decía Electra.
—A ver más despacio, reencarnación?— Electra asintió observando la expresión de confusión de James que trataba de hacer memoria de aquellos libros que leía con relación al reino fantasma y del que suponía ya no quedaba nada.
—Sí, una reencarnación —repitió Electra con un susurro firme—. O al menos, eso es lo que ella afirma ser. Pero Akira está siendo manipulado, lo siento. Esa mujer no es quien dice ser, y si no hacemos algo pronto, todo se desmoronará.
James cruzó los brazos, sus ojos oscuros y serios. Escuchaba atentamente a lo que decía Electra. Podía sentir una conexión más fuerte entre ellos desde que Electra empezó a confiar más en él. Sabía perfectamente que lo que le sucediera a ella lo afectaría a él directamente y él temor de perderla lo debilitaba, a pesar de no querer admitirlo
—Y entonces, ¿cómo piensas sacarlo de las montañas? Peor aún ¿Cómo vas a entrar allí sin que ella o Gwyddyon se entereren? No podemos simplemente aparecer allí y esperar que esa impostora no se percate de ello. Si ella tiene algún control sobre el zorro, la situación podría volverse peligrosa —dijo James, tratando de mantener la calma.
—Lo sé —admitió Electra, sin dejar de moverse inquieta de un lado a otro—. Ella no puede verme, porque estoy segura que esta relacionada con Gwyddyon y ese misterioso hombre quien computo todo para hacer que lo encerraran en su propio hogar . Lo que no entiendo es, ¿por qué? Y además ¿qué tengo yo que con todo esto, como se relaciona conmigo?
La niña tenía un punto, pensó James. Habían muchos cabos suelto y era evidente que Electra trataba de hacerlos encajar de alguna manera, solo que aún no lograba hacerlo
—Tú no irás a las montañas Novem Caudae, lo haremos Derek y yo— Electra se giró sorprendida al escuchar a James, era una buena idea pero muy arriesgada y conociendo al zorro, trataría de matar a James y Derek.
—Agradezco que quieras ayudarme, pero por ahora debo encargarme de esto yo sola y…
—Escucha niña molesta, me importa una mierda si aceptas o no, se hará lo que dije y será mejor que dejes ese pensamiento que tienes sobre mi. — se acercó a ella quedando tan cerca que sus respiraciones eran agitadas en especial en Electra que se había pu roja—. Me crees tan débil que piensas que ese zorro tonto podría vencerme?
Electra estaba tan inmersa en observar los labios de James que no objetó en lo que había dicho, negó repetidas veces levantando la vista por escasos segundos volviendo a centrarse en los labios de James— James, no puedes ordenarme. No soy una niña a la que …
—Pues comportate Electra, como una mujer. — El lobo sonrió de lado al ver como la chica reaccionaba a su cercanía y simple toque— si ese zorro tiene otras intenciones, lo voy hacer pedazo niña de fuego— levantó el mentón de Electra y la besó con ternura, un beso apasionado donde le decía lo mucho que la deseaba y ella lo recibió gustosa devorando esos labios que le pertenecían por ahora porque el futuro podría ser cambiado pero no sabía si sería a su favor o no, así que disfrutaría de él en ese momento.
Se separaron luego de un.largo beso para buscar aire ,el la abrazó y ella recostó su cabeza en su fuerte pecho, escuchando el fuerte latir de su corazón .
Desde la cabaña se escuchaban voces que los pusieron en alerta .
—es Hanna?— James compuso rostro de seriedad y asintió
— y esta muy enojada.— se puso frente a ella y la vio con rostro neutro— estás lista para enfrentarte a ella ahora? Ha descubierto parte de lo que nos ocultas
Esa información no era lo que esperaba, si Hanna ya lo sabia, no sería fácil hacerla entrar en razón.
—No estoy lista para esto aún.— murmuró ella, y Hanna se escuchaba muy molesta y dolida.— puedes ayudarme James, sacame de aquí, por favor— le rogó al lobo.
—Tendrás que enfrentarla en cualquier momento Electra, ya sea ahora o más tarde, el resultado será el mismo.
—Claro que no, estará más calmada y se que me entenderá mas adelante.
James negó y tomó la mano de Electra la atrajo hacia él aún más y la abrazó
—Bien, irás conmigo hasta mi oficina. Derek nos avisara cuando ella esté más calmada— a Electra le pareció justo y se abrazo aún más a él.
Un momento después el ambiente había cambiado, ya no estaban en la cabaña si no en la oficina elegante de James.
Pero tendrían que ingeniárselas un momento después porque un momento después unos tacones resonaban en el pasillo que iba directamente a la oficina de James.
—tienes que esconderte,alguien viene y no deben verte aquí. — susurro con urgencia.
Electra no dijo nada y se escondió debajo del escritorio, se sentía extraña al hacer aquello pero no podían confiar en nadie por el momento, pues no sabía a quien tendría Gwyddyon observando.
Justo entonces, la puerta se abrió apenas un poco, y una voz suave y seductora habló desde el otro lado.
—James... ¿estás solo? —Era Celeste, la amante de James.
Electra contuvo la respiración, mientras la tensión crecía. James tenía que evitar a toda costa que Celeste la viera.
Será posible que Celeste no descubra a otra mujer en la oficina de James? O aguantará Electra ver la conexión entre ellos dos?