Electra sabía que estaba caminando por la cuerda floja intentando cambiar el destino.
Cada vez que reescribía el tiempo, cada vez que torcía los hilos del futuro para salvar a quienes amaba, una parte de su ser se desmoronaba. Pero no había vuelta atrás. Estaba dispuesta a continuar, a sacrificarlo todo, incluso si ello significaba perder lentamente su parte de ella. Lo único que la mantenía en pie era el firme convencimiento de que su lucha valía la pena.
Sin embargo, en lo más profundo, Electra temía perderse por completo a sí misma. Sabía que jugar con el tiempo no era algo que una persona normal pudiera soportar eternamente. Pero ella no era normal, y eso también la aterraba.
Mientras tanto, Hanna, su verdadera confidente, no entendía por completo lo que estaba en juego. Electra la había protegido, había mantenido en secreto los verdaderos costos de reescribir el destino. Pero el momento de la verdad estaba cerca, y cuando Hanna lo supiera, ¿cómo reaccionaría? Electra temía que su amiga no pudiera soportar el peso de la verdad. ¿Podría Hanna comprender el sacrificio que ella hacía por todos ellos, o la juzgaría por atreverse a manipular el curso del tiempo, desafiando las leyes que mantenían el equilibrio?
La oscuridad que caía lentamente sobre ellos era demasiado grande para una sola persona. Electra sabía que su poder, por mucho que lo desatara, no sería suficiente. No esta vez. Gwyddyon seria mas fuerte que antes y todo se debia al cambio en la línea del tiempo, Electra tendría que superar esa fuerza para poderla vencer y así salvar a sus amigos y al mundo entero.
Pero no solo eso, también tendría su lucha interna con el Fénix oscuro la otra parte de su poder que era mucho más fuerte que antes.
Ella pensaba todo aquello mientras caminaba hacia el arroyo a donde minutos antes se había dirigido James. El lobo se veía pensativo pero era confuso lo que percibía de él ya que no estaba acostumbrada a sentimientos como esos. Estaba recostado de un árbol mirando hacia el caudal de agua cristalina que pasaba con calma una que deseaba tener con él en ese momento.
Sabía que Electra lo había seguido, y rogaba que no se acercara más, sus sentimientos en ese momento eran confusos y estaba entre seguir a su corazón o a su deber, aunque ambos estaban en el mismo camino. Proteger a su compañera eterna cueste lo que cueste.
—Por qué me seguiste hasta acá,debiste seguir con los demás— le dijo cuando la sintió cerca
—Pues no se, solo sentí que debía hacerlo. Te vi preocupado— James la miró de reojo, aun serio. No quería verla a los ojos y mentirle descaradamente.
—Estoy bien, no tienes que preocuparte.— Electra sonrió decaída y se sentó a la orilla del arroyo.— Que le piensas decir a Hanna y a los demás?
—De que hablas exactamente?— le respondió con otra pregunta, aunque sabía perfectamente a lo que se refería. Lo que en realidad le extrañaba era como es que el creía saber algo.
James sonrió de lado acelerando el corazón de Electra, ella giro la cabeza con rapidez intentando disminuir el fuerte latir de su corazón y disimular el sonrojo de sus mejillas.
—Olvidas que eres mi mate. Puedo sentir lo que sientes, incluso si no proteges tus pensamientos, también puedo escucharte— se sento a su lado sin verla a los ojos mientras seguía viendo el agua correr—. Desde el momento en que dijiste que tu objetivo era cambiar el destino de todos, supe y no sólo yo, también Derek y puedo jurar que también los magos, que tuviste que sacrificar algo.
—Eso no es importante, no tiene relevancia en estos momentos. —. Suspiró y lo miró fijamente sonriendo con ternura—. Lo importante es cambiar lo que vi y vivir parte de lo que no pude allí.
—Que no es importante? ¿ Cómo vas a vivir esa parte que mencionas si mueres?— Electra giro a verlo con evidente miedo en sus ojos, James le sostuvo la mirada
—No se de que hablas, no moriré tan fácilmente James. — le respondió con simpleza pero estaba sorprendida ya que no sabia que el la pudiera leer tan bien.—. Nadie va a morir, puede que te hayas confundido con relación a mis pensamientos y sentimientos.
—No me mientas tan descarada, Electra. — murmuró con tal intensidad que la dejó inmóvil por unos segundos—. Se perfectamente lo que estas haciendo, pero recuerda que a mi no me engañas, desde que llegamos de rescatar al brujo tonto, lo pude notar, sentí como el poder que llevas dentro te está consumiendo poco a poco, se está tragando tu vida, y si continuas así perderás la primera batalla, Electra.
Electra trago en seco, y desvío la mirada al arroyo, sus Aguas corrían con tanta calma que contrataba con la tormenta dentro de ella.
—No pensé que lo notarías— murmuró en voz baja—. Pensé que tendría más tiempo para ocultarlo. Te pido que no se lo menciones a los demás, y se que no quieres involucrarte de más. — lo miró sonriendo con tristeza.
James soltó un respiro casi cansado, .
—Por qué dices eso, que no quiero involucrarme? Has escuchado algo de lo que te he dicho?— pregunto frustrado.—. Eres mi mate, no entiendes que me mata lo que te sucede, ahhh?
— No tienes que gritar James, estoy justo a tu lado— lo miro mal cuando el levantó la voz .— y no puedes decir que te preocupas por mi, si tienes pensado rechazarme
James se quedó callado un momento sabía que ella había sentido todo sus sentimientos contrariados, estaba intentando controlar la tempestad de emociones que lo invadían en ese momento. Pero la idea de rechazarla ya no era tan fácil de hacerlo, siendo sincero ella no era humana, aun así era peligrosa para todo el mundo, solo quería defenderla hasta que ella pudiera terminar lo que llegó hacer.
—No voy a rechazarte Electra— trato de que su voz se sintieran suaves pero firmes.—. Me importas más de lo que imaginas, si es cierto que he dudado de sí debería quedarme a tu lado, pero descubrir que te podría perder me esta consumiendo por dentro— se puso frente a ella y tomó sus manos dentro de las suyas y las acarició— pensar en ello me esta matando
Electra se sentía incapaz de sostenerle la mirada y simplemente bajó la cabeza, sentía un nudo en la garganta, un torbellino de sentimientos que la tenían abrumada. Sabía que James la protegería y lo que más temía era perderlo como ya lo había hecho antes, pensar en ello hacia que le doliera el corazón.
— Lo sé James, y agradezco tu preocupación— respondió luchando por mantener la voz firme.—. Pero esto es algo que debo hacer, no hay marcha atrás y no quiero que sufras por mi culpa, ni tu ni los chicos.
—Yahh, pero que crees Electra? No soy solo un espectador en tu vida, soy parte de ella niña y te guste o no estaré aquí para protegerte de quien sea y de lo que sea.
Al escuchar esas palabras Electra se volvió a verlo, en sus ojos brillaba la emoción, la intensidad de su mirada la desarmaba, la hacían cuestionarse de si sus decisiones eran las correctas. No quería solo morir sin llegar a besar y saborear sus labios con más esmero, sin preocupaciones.
—Pero yo…—de detuvo, incapaz de articular lo que realmente sentía. Ese miedo de perderlo todo la paralizaba totalmente.
—Nena, escuchame— se acercó aún más a ella—. No estás sola en esto, los chicos, Hanna y sobre todo yo voy a arriesgarlo todo por ti,así que no me mientas más, porque me siento excluido.
—James, no se lo que vaya a pasar más adelante. Después que cambie todo y siga su curso esta vida que conoces, no sé si estaré aquí para verlo y tú tendrás que seguir adelante sin mí
James se puso de pie y se frotó el pelo desalvorotandolo, esta niña lo desalmaba por completo, lo enojaba y frustraba a tal punto que sentía que se ahogaba con tantas emociones negativas.
—Al parecer no lo has entendido, si mueres Electra yo también lo haré.— Electra no entendía a lo que se refería, pues sabía que si le dolería pero no que literalmente el moriria.
—Vas a sobrevivir, será duro al principio pero lo soport…
—No Electra, moriré. Y si no lo hiciera mi lobo lo haría y yo sin él es como estar muerto. —interrumpió James,la miró fijamente sosteniendo la mirada de la chica y repitió—. Si mueres, yo también moriré
Las palabras de James calaron en lo profundo del ser de Electra y se repetían en su memoria una y otra vez. La gravedad de su afirmación la golpeó como un torrente de agua helada.