○○◘◘••♥♥♥••◘◘○○ Fernando se relame sus labios y se acerca más a mí. Siento su aliento sobre mi rostro, dejo de respirar y siento mis ojos secos por no parpadear. Sus labios quedan a milímetros de los míos… Suelta una carcajada y se aleja de mí. —No, chiquita… Tú buscas amor y en eso yo no creo —dice como si no hubiera hecho nada. «¡Lo voy a matar!», le doy una mirada asesina a la que me responde con una sonrisa de falsa inocencia. —Bueno, está bien… si quieres practicar besos y tal vez otras cosas, con gusto te ayudo —. Me guiña un ojo. Cojo uno de los cojines de la sala y se lo lanzo por la cabeza. —¿Por qué eres así? — Aprieto la mandíbula y él como siempre, se divierte de verme estresada por su culpa —. Todo para ti es broma. (…) Después de estarlo ignorando algu