Narrador
Caminando los mas rápido que sus pies con tacones punta de aguja se lo permitían, isabella llego hasta el elevador de la transnacional Barragella y recargando su espalda en la fría pared del pasillo, respiro aliviada, al ver que maximiliano no la había seguido
Al parecer las luces tenues del lugar, la musica a alto volumen y el antifaz que portaba la noche anterior, no le sirvió de mucho, por que maximiliano apenas la vio, la reconoció y esto quedó en evidencia, al ingresar a su oficina y verlo perplejo
Ella también estaba nerviosa, no todos los días se tenían frente a un hombre como el, que no sólo era apuesto, sino que también follaba como los dioses, lo cual era para ella, una gran cualidad; por desgracia, algo mas que sexo entre ellos, no era posible, ya que el era el blanco de su plan; por supuesto no es que eso para ella importe, por que para isabella, las relaciones no son mas que tonterías sin sentidos, es solo, que le hubiese fascinado disfrutar un poco de el y su maravillosa manera de follar, antes de destruirlo
Alcanzandola, frank, se detuvo algo agitado a su lado, y frunciendo el ceño de su frente, inició las preguntas irritantes
—¿Paso algo? ¿Por que has salido así, sin esperarme?
Abarcando su espacio personal, su prometido la acoso, e impactando sus manos en su pecho, isabella solo soltó una excusa para justificar su nerviosismo
—No paso nada... El plan esta en marcha y la asustadiza señorita Rinaldi, captara la atención de maximiliano, solo debemos esperar
Parecía estar muy segura de lo que haria, no era la primera vez que su padre la usaba para un plan como este, la gran diferencia ahora, era que este hombre le gustaba a ella.
Isabella exhalo el aire de sus pulmones y apenas las puertas dobles del elevador se abrieron, esta ingreso
—Vamos por Dubois... Este idiota piensa que se burlara de mi, de alguna manera debe pagarme el dinero que nos tiene, y darle un refugio para el y su madre... Así sea una bodega vieja
Cerrando sus puertas, Frank asintió, y llamando a los hombres de los Rinaldi, les pidió llevarle su hienas a Isabella, la cual deseaba tener a su lado al momento de torturar al heredero Dubois
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—¡Apresúrate Miguel! nos vienen siguiendo
Con agitación y gran temor, Milena Dubois arrastraba a Miguel, su hijo, por los matorrales que rodeaban la antigua bodega de Isabella, la cual en ocasiones usaba para torturar a sus víctimas; sus manos se hallaban llenas de sangre; ya que acababa de herir a un agente de la policia en medio de su huida, aunque no fue de muerte, si era un delito grave que pagaría si lograba salir con vida de alli
Avanzando un par de kilómetros, madre e hijo, llegaron hasta un auto que tenían listo para huir en caso de emergencia, escondido entre el espeso bosque, y abriendo las puertas de este, Milena ayudo a Miguel a subir, ya que los golpes de Joaquín Dominguez, lo habían dejando bastante mal herido, la mujer arrojo el morral lleno de dinero a la parte de atras de este, lo rodeo y cuando estaba a punto de subir al lado del conductor, una arma se poso en su cabeza
—¡Hola preciosa! ¿A donde vas con tanta prisa?
La voz delicada y sutil de isabella Rinaldi, resonó por toda la área boscosa y haciendo que Milena se girara sobre sus talones, le hizo frente finalmente.
Tanto la mujer como el hombre, pensaban que podían salir huye de los Rinaldi, por desgracia cuando Miguel se involucro con ellos, jamas imagino lo peligrosos que podían llegar a ser y que su vida pendía de un hilo si queria ser mas listos que ellos
—¿Pensaron que se escaparían? .... Trae el bolso
Ordenándole esto a Frank, isabella solo enarco una ceja, y avanzando de manera amenazante; Costelo abrió este y descubrió su contenido
Varias fajos de dinero, saturaban la bolsa y sacando una paca, el hombre los llegó hasta su nariz y los olfateo con cierto placer por el dinero, el cual para el no era nada, al provenir de una familia adinerada, quienes amasaron su fortuna, a costa de traficar drogas con los Rinaldi
—Creo que esto es suficiente para saldar la deuda..
El prometido de isabella le señaló el fajo y sonriendo de manera maquiavélica, en su cabeza retorcida, se imagino las mil y una manera para hacerlos sufrir por intentar burlarse de ella
—¡Traiganlos a los dos!... Creo que me divertire un poco con ambos antes de darles un final decente
Ordeno la heredera de los Rinaldi, y sacando a Miguel a rastras del auto, se los llevaron a un lugar desconocido.
Si algo tenían los Rinaldi eran que detestaba la traición, y este acto del heredero Dubois era la prueba viviente de este, el cual pagaría con su vida el y su madre
Sujetando a la mujer y a su hijo, los hombres los ataron a una silla y colocándose frente a ellos, lo poco que la tenua luz los dejo ver, Isabella se desprendió de la chaqueta de su traje, con tanta elegancia que parecía una gasela, una podrida, debido a su nefasta vida
Esta era la parte favorita de su trabajo, joder a las personas que faltaban a su palabra; y a Miguel lo haria pagar con sangre
—¡Fiuuuu! Veamos que tienes por aquí
Observando las uñas de Miguel, con su demencia al máximo; Isabella tomó su dedo y doblándolo hasta arriba, el hombre grito por en dolor que ocasionó esa lesión
—¿Te lastime? ¡Opppsss! Lo siento... Pero apenas iniciamos... Después de todo no eres mas que un llorón Miguel y cobarde
Elevando su mano isabella, le pidió a uno de sus hombres que le tendieran un corta habanos, con el cual jugaria un rato y rebanando uno de los dedos de Miguel, inició con su juego
—¿Listo señor Dubois? Apenas iniciamos
Apoyando sus manos en los costados de la silla, isabella empezo a torturarlo hasta que quedó inconsciente producto del dolor, parte de su cuerpo había sido cortado, en varias secciones, esto sólo para verlo suplicar y cuando se cansó, se quedó maravillada con lo que había hecho
Pecho, piernas, brazos, oreja y dedos, habían sido cortados, estas últimas mutiladas
—Tu padre quiere saber donde estas ¿Que le digo?
Acercandose a ella Frank, después de casi terminar con el joven, esta rodó los ojos por lo fastidioso que solia ser su prometido y tirando el rebana habanos a un lado, empezó a limpiar un poco de sangre que llevaba en su rostro
Por su parte, Milena seguía consciente, por supuesta hecha un mar de lágrimas al ver a su hijo al borde de la muerte siendo torturada por una hermosa mujer, que de diosa no tenia mas que el rostro
Para isabella, la mujer era una hipocrita, cuando al necesitarla llegaron hasta ella, pero ahora que estaban saldando su deuda clamaban por clemencia, cuando aun le debían la mitad del dinero
—¡Eres una maldita perra! Mi esposo te hará pagar por lo que le has hecho a mi hijo
Isabella, antes de llegar hasta que Frank se detuvo al escuchar la maldición de la mujer y girándose, solo ladeó su cabeza y sonrió abiertamente, provocando que se dibujásen pequeños hoyuelos en sus mejillas
—Tal vez lo sea... Pero creame ¡Una maldita perra se queda corto para lo que soy! Así que si no hubiese querido que esto le sucediera a su bonito hijo, no han debido involucrarse conmigo... ¿Quiere ver una perra? ... Pues conocerá a mi Kitty
Haciendole señas a uno de sus hombres, de uno de los rincones oscuros del lugar, estos sacaron una hiela adulta, hembra; la cual portaba un hermoso collar de diamante regalo de su ama isabella, el animal caminaba con delicadeza en sus cuatro patas y al postarse ante su ama, elevo su cabeza para que esta la acariciara
Isabella sonriendo solo se coloco en cuquilllas y abriendo sus brazos rodeo con estos al animal, quien se coloco manso ante su presencia
—Mi bella kitty... ¿Como has estado? Mama estuvo ocupada, pero como eres una linda nena... ¡Mira lo que te tengo!
Señalando a Miguel bastante herido, la hiena dejo ver sus dientes, emocionada cuando el olor a sangre impregnó sus fosas nasales y quedándose inmóvil, espero la orden de su dueña isabella; quien la tenia bajo su poder desde que era una niña, cuando Frank se la obsequio en un intento desesperado por conquistarla
—Te lo comerás a el y si ella llora mucho... te la regalo también
Le susurro al animal en su oído y como si está entendiese, mostró sus dientes, soltando un chillido un tanto agudo.
Esta era una de las marcas de isabella, su manera de torturar, primero mutilar parte del cuerpo de sus víctimas, y luego permitir que su pequeña hiena los devorará en vida, lo cual le producía cierto placer.
Miguel se hallaba inconsciente producto el dolor pero cuando sintió, las mordidas del animal, queriendo desprenderlo de su ropa, reaccionó y empezo a gritar; de todo esto era lo que mas disfrutaba isabella ver a su hermosa cachorra finalizando su trabajo y saciando su apetito, lo cual era algo normal
—¡Pidele que lo deje y te entrego mis joyas!
Desesperada por salvar a su único hijo, Milena grito con desespero ofreciendo lo poco que le quedaba y soltando un silbido, Kitty se detuvo inmediatamente y dejo su presa a un lado, sin dejar de mostrar sus dientes.
Por mas hambre que tuviese ella era muy fiel a isabella quien la protegió como si fuese su bebe y fuese la situación que fuese, ella la cuidaba con su propia vida
—¿Joyas Milena? ¿Tengo cara de que? Si algo me sobra es eso... Creeme tu no tienes nada que me interese
Ciertamente tenía razon, a pesar de ser destronados por Andrew Barragella, quien se posicionó cómo el mayor contrabandista del país, al usar su trasnacional de fallada, aun así, los Rinaldi tenían tanto dinero como para vivir el resto de su vida sin mover un solo dedo
Por desgracia, Si existía algo que ella jamas había tenido en su vida, y esto era... amor; Isabella no compartió con su madre, sus hermanos solo eran una bazofia que la usaron en su niñez para algo mas que jugar, y su padre... Este era un triste perro que solo los veía como peones en un juego de ajedrez, lo cual era fatal para ella y es por esto que era así
—¡Bon Appetit mi kitty linda! Deja algo para enviar a su familia
Girándose en sus talones, isabella solo salio de la vieja mansión, a donde trasladaban a sus víctimas cuando querían jugar un poco; y Caminando hasta su auto, ella elevo su mano para que uno de sus hombres se acercase.
Como siempre, Teo era el mas diligente de todos y bajando su rostro en una reverencia, espero su orden.
—Desastes de ellos... Ya sabes, nadie vio nada... Te estaré esperando en casa, para coordinar el cargamento de telas, en donde enviaremos la droga...
Este solo asintió y girándose, después de despedirse, pretendía marcharse pero ella lo detuvo
—Solo confió en ti... Recuerda que si esto falla... la guerra iniciará
Refiriéndose a su padre, esta le pidió encargarse del asunto personalmente; si algo tenía seguro Isabella es que si fallase, Nicandro rebanaria su cabeza, y no es que le temiese, por que si por ella fuese se desharía de el con sus propias manos; Era solo que no se sentía lista para asumir el mando de la organización siendo tan joven
Sin más, Teo solo se marchó, y dejando a su jefa sola a la espera de Frank, todo su cuerpo se erizo cuando llego de la nada
—¡Te ves tan sensual en tu faceta de perra... que me Prendes!
Tomándola de la base de su cuello desde la espalda, costelo susurro esto cerca de su oído, y apretando sus manos, isabella se contuvo el asco que le produjo tener sus manos cerca
Frank era un hombre atractivo, peligroso y caliente; que en definitiva follaba bien, pero jamas sentiría algo por el, su personalidad era tan tosca y ruda que en ocasiones la hastiaba, sin mencionar que quería follarla a cada segundo, lo cual la aburría
—¡Control Frank! Estamos frente a nuestros hombres y por mas perra que sea, no quiero tener sexo en este asqueroso lugar
En realidad todo era una farsa, si por ella fuese lo haría hasta en un auto, si se trata del dios del sexo ojos azules; solo era que Frank no le producía mas que repulsión
Algo renuente este solo arrastro su lengua desde su mejilla hasta sus labios y besándola de manera asfixiante, la liberó cuando la erección en sus pantalones empezó a clamar, por ser libera y hundirse en su coño
—El fin de semana te esperare en casa... Me tienes olvidado
En eso tenia razón, isabella últimamente estaba muy alejada de el, de no ser por Nicandro ella ni siquiera lo vería, pero su padre insistía en volverlo su puta sombra.
Moviendo sus sensuales caderas, isabella solo abrio la puerta del auto que los llevaria hasta su casa, y colocándose unas gafas oscuras inicio su recorrido a la mansión Rinaldi, en donde el ogro de su padre sediento de venganza, la esperaba