Narrador
Pasaron dos días después de la reunión con la heredera Rinaldi, y Maximiliano aun seguía con la idea de que esta chica era la misma del club, y no estaba errado, era solo que no tenía como comprobarlo, al menos por ahora
Por suerte y por motivos de trabajo, estos tenían que reunirse de nuevo, para iniciar las labores juntos, y era allí, en donde el aprovecharía para bombardearla con preguntas sin rendirse hasta obtener la verdad
Maximiliano para ese dia pidió que no lo molestase apenas ella llegará, y tomando asiento en su lujosa silla, recargo sus codos en la refinada madera de su escritorio esperando que ella ingresara a su oficina para atacarla de nuevo; por desgracia esto no paso como el esperaba, por que llegando detrás de ella, Frank también la acompaño como su bendita sombra que no se separaba ni un segundo, y tomando asiento en un sofá algo alejado, se quedo en silencio observando a Barragella, como un león casando a su presa
El no era tonto y sabia cual era el plan de Nicandro al usar a Isabella como señuelo, y por mas respeto que le tuviese, el jamas permitiría que ella se acostase con otro tipo que no fuese el.
Lo cual era irónico, por que esto quería decir que Frank no estaba al tanto de las actividades de su prometida en el club nocturno de su amigo
El Ceo de la transnacional al notar esto, solo apretó su mandibula cuadrada con una ligera barba bien cuidado, y colocándose de pie un poco molesto por la presencia del intruso, se acerco hasta la diosa de cabello rojo como el color de sus labios, y estrecho su mano, antes de empezar el protocolo
—Tome asiento señorita Rinaldi
Moviendo sus caderas de un lado al otro, la mujer camino hasta la silla y tomando lugar en esta, luciendo un delicado vestido blanco ceñido al cuerpo, Maximiliano trago grueso al tenerla tan cerca y no poderla tocar; cada vez que la veía estaba mas que seguro que se trataba de ella, y así Isabella lo negara; su cuerpo, el cual recorrió hasta que se canso esa noche, decía lo contrario
—¿Quiere algo de tomar antes de iniciar? Para enviar a su hombre a buscarlo
Para el, era innecesaria la presencia del custodio en su oficina, pero para Frank... dejar a su prometida sola con Maximiliano, era como dejarla en bandeja de plata, lista para que la devorará
El no era tonto y la vez anterior anterior que estuvieron allí, Frank noto a Isabella nerviosa, lo cual nunca antes había pasado, sin mencionar que casi salio corriendo de allí apenas finalizaron, lo que quería decir que entre ellos pasaba algo más, y necesitaba saberlo
Isabella solo observó a Frank por sobre sus hombros al imaginarse que el se negaría a separarse de ella, y sonríendo algo incomoda, solo negó.
No por que el reaccionaria mal y la lastimaria a ella, por que si algo tenía claro Isabella, era que Frank era capaz de morir para salvarla; era solo que no deseaba una escena de celos frente a Maximiliano y que su fallada de mujer ingenua se viniese abajo
Maximialiano un poco incomodo por tener que charlar con el presente, solo enarco una ceja, y sin dejarlo de ver, regreso a su lugar
—Plan de trabajo, acciones y clausulas
Extendiendole tres carpetas a la mujer, los dos iniciaron su trabajo bajo la atenta mirada de Frank, quien parecía muy interesado en lo que hacia; el estaba allí solo con un objetivo... cuidar a Isabella; a el no le interesaba lo que pretendía Nicandro muy a pesar de este confiar en el ciegamente.
Sin mas, Isabella empezó a revisar las carpetas, las cuales le parecieron muy interesantes, en esta sociedad los unicos que perderían serían los Barragellas, quienes no solo se quedarían sin prestigio, sino también sin gran parte de su dinero, al colocar parte de las acciones a cargo de los Rinaldi; la chica tras asentir muy feliz por lo que veía, le estrecho la mano a Maximiliano, quien había dejado de lado sus intereses personales y se hallaba centrado en su trabajo
—Para mañana tendremos el primer cargamento... Me urge que lo exporten lo antes posible señor Barragella
Ellos pretendia hacer lo mismo que Andrew hizo por años, usar la transnacional de fallada para sus negocios ilícitos; Lo que ella no esperaba, era que el sobrino de Maximiliano ya había arribado a la ciudad en su avión privado, y que a este no lo engañarian tan fácil
—Perfecto... Pero antes que te vallas ¿Podemos hablar? A solas...
Recalcando esta última parte, Maximiliano observo al supuesto guarda espalda de ella, y colocándose de pie, Isabella aclaró su garganta antes de susurrar algo por lo bajo para que su acompañante no escuchase
—¿Digame señor Barragella?
Su voz se escucho muy similiar a la noche que la pasaron juntos, y empuñando su mano, Maximiliano se contuvo de besarla
—Maximiliano... Llamame por mi nombre, se que la noche que nos conocimos las formalidades quebraron a un lado, pero ahora quiero saber más de ti ¿Podemos salir mañana?
A isabella le parecia conmovedor que el se interesará por ella para algo mas que follar y sonriendole delicadamente, se metió en su papel de mujer delicada y abnegada, solo para captar más su atención
—Sigo insistido que me esta confundiendo señor Maximiliano, no se a que se refiere, pero si le sirve de consuelo... Esta a tiempo de buscar a esta mujer en donde la conoció
Colocando su mano sobre la de el, ambos sintieron un choque eléctrico que recorrió sus cuerpos hasta llegar a sus espinas dorsales y enarcando sus cejas el la detuvo cuando pretendió huir, tomándola de su brazo
—Se que eres tu Isabella... Tu cabello, tus labios... Tu cuerpo, los conozco, así que ¡Deja el juego!
Este absurdo comportamiento de niña asustadiza no lo gustaba a Máximiliano, es mas... le estaba empezando a hastiar, ella no era ni la muestra de la mujer segura e independiente que el conocío esa noche y justamente esto era lo que le gustaba de ella; que esa mujer sabia lo que deseaba y esta solo parecía querer correr
A Isabella le causo mucho morbo, que el se molestase en insistir, le daba a entender que le gustaba, por lo que sentía que estaba en buen camino, y desviando su vista a su brazo, hallo su fuerte mano aferrada a ella, lo cual le hizo sonreír
—Le insisto que esta equivocado, de igual forma espero que la encuentre
La chica solo guiño el ojo, con ganas de que el siguiera persiguiéndola, una follada mas en aquel club nocturno en donde debían de conservar sus identidades, no estaba nada mal y por supuesto, ella cedería a una noche con el mas que gustosa.
Tener a ese hombre recorriendo todo su cuerpo, era fenomenal y si el visitaba el club ese fin de semana en busca de ella, significaba que cada vez estaba más cerca de cumplir su objetivo
A Maximiliano en ese momento le pareció una grandiosa idea lo que decía, por desgracia su auto control se estaba yendo por un catre, y tirando de Isabella, la acerco tanto a el, que sus labios quedaron a centimetros, lo que ocasiono que casi de un brinco, Frank se colocara de pie, y caminara un par de pasos hasta el
—¡Alejate de ella! ¡Suelta a Isa!
El gruñido salio de lo profundo de su garganta, que de no ser por que ella estaba en el centro de ellos, el heredero de la mafia Costelo, le cae encima a Maximiliano, quien se hallaba molesto por su presencia y se caería a golpes con el, solo para sacarlo de su edificio y quedar a solas con ella
Isabella tratando de apaciguar la situacion, solo coloco sus manos sobre los pechos de ellos, mientras que una guerra silenciosa de miradas se llevaba a cabo, y observado a Frank le suplico detenerse, quien cediendo a su única debilidad se relajó un poco
—No paso nada... Ya estaba de salida... Vamos, Y señor Barragella... Acepte mi consejo
Si ella deseaba seguir su plan, tendría que buscar la forma de deshacerse de Frank, y si no lo lograba hablando con su padre; usaría el club como su otra salida
Ambos hombres continuaron observandose por unos segundos más antes de girarse Frank, y salir tirando de Isabella
Para Maximiliano ese hombre no era un simple guardaespaldas, su porte lo decía todo, sus tatuajes y la manera en como se coloco al verlo tan cerca de ella, le dejo claro que allí sucedía algo mas.
Su porte de mafioso, dejaba en claro que nadie lo querría entre sus filas y el simple hecho de llamarla Isa, dejo en evidencia que era más que simple guardaespaldas y jefa
Apenas las dos personas salieron del lugar, Maximiliano solo extendiendo su mano hasta su escritorio, y de este solo tomo su teléfono para marcarle a su amigo, el mismo que lo acompañó esa noche en donde conoció a Isabella
—¿Jeremias? ¿Como estas?
Por primera vez en mucho tiempo obedecería a alguien, y si ella misma se lo dijo era por algo, por lo que ese fin de semana iría hasta allí, solo con el fin de volverla a ver
*** ***
—Necesito que canceles todo, esta tarde me marcharé temprano... tengo un compromiso
Con la intencion de salir de la empresa antes de tiempo, para correr a prepararse, Maximiliano levantó su teléfono, solo para pedirle esto a su secretaria; quien muy asustadiza al ver que Alexander, el hermano su jefe llegar acompañado de otro caballero muy apuesto.
Apresurando su paso, apenas finaliza la llamada de su jefe, la mujer corrió a su oficina antes que los dos caballero, y colocándose de pie en la puerta, habló lo más rápido que pudo
—Señor... su hermano acaba de llegar con otro caballero
Ella no lo conocia, pero el otro tipo era el otro socio de la trasnacional, y por el cual mucho de los problemas legales casi hunden a la compañía.
Maximiliano tenia pensado en ese mismo instante tomar su saco para marcharse, pero deteniendo sus manos antes, solo exhalo el aire; el ya sabía quién era el otro caballero, de hecho en la última de visita de Alexander el se lo menciono, era solo que no lo esperaba en ese instante, menos después de los contantes choque que tuvieron estando Andrew en la cárcel
Con sus trajes característicos y apariencias de Dioses del olímpo, Andrew Barraguella y Alexander ingresaron a la oficina, y asintiendo Maximiliano, le tocó pedirle a la chica que se retirara
La junta seria larga, por lo que sabía que saldría de allí muy tarde, y muy a pesar de no quererlo, tendría que aplazar su visita al club
El sobrino de Maximiliano, solo frunció sus labios y introduciendo las manos en sus bolsillos, se preparo para emitir palabra
—Se que tal vez no me quieras ver... pero apenas salí fui por Alice y ahora... estoy aquí, para ayudar a levantar la empresa de nuevo
Para Maximiliano, lo que Andrew hizo fue imperdonable, arriesgar la trasnacional solo para jugar al ganster, lo cual solo los puso en la mira de la policia y aunque al final de cuentas no hallaron nada para embarcarlos, si perdieron muchos clientes y prestigios
El segundo de los Barraguellas, solo sonrió de lado y aferrando su mano en su silla de cuero, la cual estrujo intentando conterse para no golpear al hombre frente a él, que quería como a un hijo
—¿Recuperar Andrew? ¿Sabes lo mucho que nos afecto tu estadía en la cárcel por matar a ese tipo? ¡Eres una Mierda!
Esto lo dijo con un deje de ira, pero también de dolor, los tres eran muy cercanos, de hecho, la mayor parte de la vida de Andrew la vivió con sus tíos, por lo que estas palabras también le dolieron
—Las acciones se fueron a pique, nadie Andrew... Nadie, quería trabajar con nosotros por tener como uno de los Ceos a un asesino... ¡Mataste a un político! ¿Como quieres que la gente nos mire después de esto?
Todo esto era cierto y la ira hizo que Maximiliano gritara esto último, muy a pesar de Andrew haber matado a un político corrupto, esto no le quitase que fuese humano, y era por esto que todos lo repudiaban
Intentando mediar, Alexander fue quien dio un paso adelante y Elevando sus manos, le pidió a Maximiliano relajarse, lo cual no logró, por que lo exhalto más de lo debido
—Sabía que de los dos... Tu eras el más compasivo con el, pero jamas espere que estuvieras de acuerdo con sus cagadas Alexander... Se supone que el más cuerdo eres tu... ¿Por que lo apoyas después de lo que hizo?
Sinceramente, el hermano de el apoyaba a su sobrino, por cariño, de hecho de lo tres hermanos Barragellas; el era el menos duro, el pacifico, el enamoradizo, el que sufría y los otros dos; Maximiliano y el padre de Andrew, eran más severos este último más.
El rubio de sonrisa perfecta y barba recortada, solo liberó el aire de los pulmones y tras relajarse, continuo
—¡Por qué es mi sangre!... por que sabes que si tu y yo no lo apoyamos, su padre lo dejara sin acciones ¿Es lo que quieres? Maximiliano... lo hemos cuidado desde pequeño y nuestro deber es cuidarlo así ya sea un hombre... Así que madura
Esto para el hombre de ojos azules fue un golpe bajo, mencionar que era su sangre y que lo había cuidado, era algo que sabía, no lo había olvidado... solo que su resentimiento no lo dejaba pensar con claridad
—Perfecto... Trabajaremos los tres desde aquí... eso si, la sociedad con los Rinaldi no se disuelve... ¡Y tu!
Señalando a su sobrino, este solo se quedó en silencio a la espera de lo que diría su tío, y respirando pesadamente, finalmente cedió
Que si bien no lo visito en su tiempo como recluso, siempre le preguntaba a su hermano menor por el, quien lo visitaba muy seguido
—Más te vale que no la cargues de nuevo... por que sino... te juro que para la próxima te muelo a golpes
Andrew solo sonrió abiertamente, al notar que Alexander con sus palabras lo doblegó un poco, y tomando su saco, Maximiliano solo se lo coloco para salir de allí
—Me largo... mi chica de melena roja me espera, y si me quedo aquí, jamas sabré su nombre
Los dos caballeros se quedaron viendo un instante; Alexander sonriendo al ver que el hombre continuaba con la idea de buscar a la chica, y palmeando el hombro de su sobrino, le dijo
—Parece que se ha vuelto loco por una mujer, según quiere hacerla su mujer... espero que lo logre, tal vez se le quita lo idiota
Para ellos esto no era normal, Maximiliano en su vida, solo se había casado una vez, matrimonio que finalizó en un divorció escandaloso, y obsesionado... con una chica, la cual era su antigua secretaria, que a la final se quedó con otro hombre...Del resto su vida solo giraba en sexo sin compromiso, nada de amor
—Tengo que conocerla, si le coloca las riendas a esa bestía, se ganará mis respetos de por vida
Esto salio de la boca de Andrew, quien desconocia que la mujer de la que el hablaba, era la hermana, de dos de sus presuntas víctimas y hija de su peor enemigo, lo cual significaba que la guerra estaba por empezar