Narrador
—¡Isabella!
La voz del patriarca Rinaldi retumbo desde el balcón de su mansión, después de ver llegar a su hija de una noche de sexo salvaje, en donde un demonio de ojos azules recorrió todo su cuerpo y azotó su culo en más de una ocasión de manera deliciosa
—Buenos días padre, yo amanecí muy bien ¿y tu?
Con ironía pregunto isabella y viendo como el hombre mayor tensaba su mandíbula por su osadía, ingreso en la inmaculada mansión con pisos de granitos.
La chica apenas camino en el recibidor, noto que su padre hizo acto de presencia, descendiendo por las escaleras dobles con un semblante severo
—Espero que hallas disfrutado la noche, pero es hora de volver a la realidad...Mis hombres... lograron dar con Barragella y para nuestra desgracia, el tipo no se encuentra en América, pero sus tíos... si y que mejor forma de verlo sufrir, que desplomando ante sus ojos el imperio que por años construyó y cuidó, a pesar de solo ser una fachada
Nicandro desde la muerte de sus dos hijos, Estefano y Francesco enloqueció un poco y la sed de venganza no lo ha dejado vivir tranquilo, por lo que de manera desesperada, a buscado la manera de destruir a andrew y que mejor forma de hacerlo que por medio de su familia
—¿Y qué planeas hacer?
Pregunto isabella despojandose de sus lentes de sol y apenas lo hizo, un dolor glorioso se extendió por todo su cuerpo; el cual era el rastro de las maravillosas folladas con el desconocido, quien parecía un dios del sexo y por el cual, isabella daría lo que fuera, por saber al menos su nombre
—Acabar con sus tíos y luego ir por el
Sentencio Nicandro tomando una carpeta que se encontraba cerca de el, en una mesa de madera a un costado; y extendiendosela a su hija, le señalo que viera su contenido
—¿Cómo lo harás?
Pregunto abriendola y al reconocer, los mismos ojos azules que me hicieron gemir la noche entera, una extraña sensación de vacio se instalo en su vientre bajo; en esta oportunidad, por fin conoció el rostro del caballero
—El es Maximiliano Barragella, el tío de Andrew y encargado de la transnacional en esta ciudad... el plan es ganarnos su confianza para después incriminar la transnacional; ya sabes lavado de dinero o algo así... tengo que pensarlo...al quedar sin nada, Andrew tendrá que regresar a América y allí, será en donde actuaremos nosotros, para retomar nuestro reinado
Sentencio con malicia y su hija... Isabella se hastío de escuchar el mismo discurso, que ya parecía un monologo ensayado; su plan era tan patético según el criterio de la chica, la cual tenia mejores ideas
—¿Por qué mejor no le meto un balazo en la cabeza? Andrew vendría a darle el último adiós a su tío; y allí actuariamos nosotros retomando nuestro nombre
Sugirió de manera irónica, sintiendo cierto pesar al tener que despedirse de la polla deliciosa del demonio de ojos azules, que la veneró la noche entera, haciéndola alucinar
—¡Noooo!
Espeto nicandro un poco molesto al ver que su hija, no pensaba con cabeza fría y actuaba como una estúpida que no planificaba con claridad; acercándose a ella, solo la tomo del cuello y apretando este, le robo el oxígeno
—Todo se hará como yo diga... utilizaremos tu bello rostro y lo que tienes entre tus piernas para que Maximiliano caiga; y apenas confíe plenamente en ti.... ensuciamos su apellido y por consiguiente el de Andrew
El oxígeno abandonaba los pulmones de isabella y dando bocanadas de aire como un pez, busco aferrarse a la mano que rodeaba su cuello, el cual liberandola de manera brusca, la hizo desplomarse en el suelo, prácticamente desmayada
—Apegate al plan... sino lo quieres lamentar
Advirtió, alejándose de ella; y tratando de recuperarse, isabella permanecio en el suelo por unos minutos hasta que sus pulmones recuperaron el oxigeno robado
—Maximiliano es tu nombre
Susurro, feliz al saber el nombre del polvo más delicioso que tuvo en su vida
**** ***
El día había iniciado y con este la pesarosa rutina de Isabella, que no hacia mas que seguir las ordenes de Nicandro
—Hoy en la trasnacional Barreguella se agendo una cita, al parecer sus finanzas no están muy buenas después de Andréw estar preso un par de años; y quieren admitir nuevos inversionistas..
Caminando hasta donde se hallaba su hija, el viejo Rinaldi pellizcó su mejilla, la cual quedó algo adolorida por la presión que ejerció en su piel
—Es tu turno preciosa isabella... Es tu oportunidad para demostrarme de que estas hecha... que tan brillante eres y si de verdad, eres digna de ser mi hija
Una sensación de molestia se instalo en su pecho, al rememorar momentos del pasado, en donde su padre menosprecio su potencial, solo para seguir a ciegas los planes de sus hijos, francesco y Estéfano, que no fueron mas que un fiasco
—Tus labios carnosos, y tus ojos hermosos... serán la perdición de maximiliano
Llevando su dedo pulgar hasta los labios de su hija, los acaricio con cierta vehemencia y apartando su rostro; isabella, solo evitó pasar por momentos turbios de su pasado
—¿y si me niego? ¿si solo lo mato? Nos ahorramos muchos problemas
Estampando un jarrón que se hallaba a su lado, contra la pared; Nicandro dejo su postura muy firme de apegarse al plan, lo que solo ocasión que Isabella elevara su rostro de manera desafiante
Ella ya no era la misma niña asustadiza del pasado, que se dejaba mangonear de su padre y hermanos; ahora era una mujer decida, audaz y sensual; que no le temblaba el pulso para acabar con quien se opusiera en su camino
—¡Ni lo pienses! Sabes que te castigaré si es necesario
Una sonrisa burlona se dibujo en el rostro de la heredera Rinaldi, al escuchar la absurda amenaza de su padre, que no ocasionaba nada mas que gracia en ella
—Sabes que ya no te tengo miedo... Tanto tus hombres, como tu, saben de lo que soy capaz... Ahora... Si quieres que pelee el trono de la dinastía Rinaldi... Solo pidelo
Caminando de manera seductora, isabella tomo asiento justo frente a su padre y cruzando sus piernas, enarco su cejas de manera desafiante, lo que ocasionó que un ligero temor invadiera a nicandro
—Solo apegate al plan...Frank sera tu acompañante
Abriendo las puertas dobles de madera del estudio, de manera abrupta, ingreso su prometido frank, un hombre de unos 1,90 de alto, cuerpo fornido con parte de su brazo derecho y cuello completamente tatuado, alguien muy apuesto, pero algo estúpido, superficial y bestia para su gusto, que por obligación de su padre tenia que ser su comprometido
El plan de nicandro era juntar tanto a los costello, como a los Rinaldi en uno solo, grandes herederos de mafias extranjeras, dominando a América
—El fingirá ser tu guarda espalda, esto por que no confio en ti y se que a el, no podrás mandarlo
Graduando su respiración algo agitada por la molestia que ocasionó esa noticia, isabella solo asintió y colocándose de pies, solo camino hasta la salida, siendo seguida por Frank, que sin disimulo alguno no dejaba de observar su trasero
Al cerrar la puertas a sus espaldas, casi corrió hasta acercarse a isabella y llevando su mano hasta su glúteos, los masajeo sin sentir vergüenza, al ser observado por los hombres de los Rinaldi
La repulsión y el asco, invadio a isabella y solo tensando su mandíbula, se giro hacia el para detener su mano, antes de que este profundizara su toque
—Creo que aun no has entendido... Seras mi acompañante y el tocarme esta prohibido... Tendrás que ver como maximiliano, me coje en su oficina y tu... No podrás hacer nada para evitarlo
La ira turbo a frank y apartando su mano de manera ruda, tomo a isabella desde la base de su cuello, para acercarla a su rostro
—No dejare que eso pase...prefiero matarlo ¡Tu! Solo seras mía
Espetando con fiereza, frank se le quedo viendo a isabella, dejandole en claro que no estaba de acuerdo con lo que exigía nicandro y escuchando como alguien aclaraba su garganta a sus costados, el duelo de miradas al fin, finalizo
—Señorita isabella... El auto esta listo
Con cierto temor uno de los empleados se acerco a ellos, para notificarles que se podían marchar; el chico no era ningún matón, todo lo opuesto, solo un hombre trabajador que veía por su madre enferma y sus hermanas, que en ocasiones tenia que presenciar escenas sangrientas que lo hicieron guardar cierto temor y respeto por sus jefes
—¡Puedes marcharte!
Para evitar que frank arremetiera contra el chico por interrumpirlos, intervino isabella y zafándose de el, camino hasta el auto modelo clásico, color n***o, vidrios polarizados
—Solo obedece y no me causes problemas
Subiendo al auto uno al lado del otro, isabella le dijo a frank y tensando su mandibula, este musitó algo que ocasionó que isabella casi se viniese en vomito
—Solo... si tus gemidos son solos mios
Fingiendo no escucharlo, isabella desvío su vista por la ventana; lo que la tenia mas nerviosa era tener que ver a maximiliano después pasar una noche entera con el; cuando su costumbre era follar y marcharse, jamas compartir una cama hasta el amanecer con un desconocido
Deteniendo el auto a las afueras de la transnacional, isabella exhalo el aire de sus pulmones y observando el imponente edificio, rogó por que maximiliano no la reconociera como la chica del antifaz