Malas decisiones

2562 Words
Pov Bella Apenas ingrese de nuevo a mi casa, me desplome en mi amplio sofá, mis manos temblaban y mi llanto nublaba mi visión. Harrison era una mierda y de la peor calaña, pretendía que yo aún estuviera casada con el, mientras paseaba y disfrutaba a sus anchas de su hijo y de su amante. ¿En que siglo pensaba el que vivíamos? ¿Acaso nos encontrabamos en el medio oriente, que los hombres podían tener varias esposas? Me parecía estúpida su forma de pensar, aún así jamás me quedaría de brazos cruzados mientras me jodia la vida, más de lo que lo había hecho por todos estos años. —¡Bella, cálmate! esto no te hace bien, recuerda tu tratamientos, las hormonas, tu metabolismo no está normal del todo Megara se acerca a mi, un poco más calmada, tratando de consolarme, pero era inútil, tal vez podía ser eso...las benditas hormonas me estaban haciendo exagerar la situación, pero lo que sí tenía más que claro, es que con Harrison jamás volvería —Iré por algo para que tomes, así te calmas un poco Dijo mi amiga antes de irse a la cocina, ella se quedo toda la tarde conmigo y para cuando cayo la noche, la ira había cesado y solo el dolor de la traicion de mi esposo, me azotaba por completo, quería olvidar, por un momento despejarme y sentirme libre, pero eso para mí, era imposible —Bella ¡Levantante! tenemos que arreglarte, recuerda que hoy en la noche es la reunión de la facultad, todos nuestros antiguos compañeros estarán allí, claro tu con tus compañeros ñoños en computadoras y yo, con los mejores abogados del país Enarque una ceja, al parecerme extraña la propuesta de mi amiga, días anteriores se había negado a asistir al evento y yo, como Harrison se opuso y ella no iría, no insiste en asistir, además de eso en esas reuniones solo se veía alcohol y nuestras ex compañeras fingiendo la vida perfecta que ninguna tenía, solo vivían de aparecías, mientras sus casas se desmoronaban en problemas —¡Noooo! ¿Estas loca? ¿Te imaginas la humillacion que pasare si ya todos se enteraron lo de harrison? ademas alli habra mucho alcohol y en mi estado ese es el peor consejero Me negué enseguida, en la facultad me destaque por ser la chica con el futuro prometedor y regresar y quedar al descubierto como la cornuda del año, era algo vergonzoso; Ademas yo no solía tomar muy seguido, pero cuando lo hacía, tendía a actuar diferente y mi apetito s****l aumentaba más de lo normal —Pues, te levantas y te preparas, nadie sabe nada, además ¿que pueden decir? ¿que aparte de que te graduastes con honores de la facultad, eres una genio en computación y pionera en la rama? Nadie, ni siquiera el otro tipo ¿Cómo es que se llamaba? Megara trono sus dedos intentando recordar el nombre de uno de mis antiguos compañeros, quien también era muy inteligente —whating... no lo recuerdo bien, apesar de ser el otro super dotado, no te llega a los talones, además nadie se a enterado de la traicion del imbecil de Harrison, así que no tienes excusa Espeto con un deje de molestia, en la facultad tenia una leve competencia con el hijo de nuestro rival en el mercado, Artur Wright, pero eso ya era pasado, jamas habia vuelto a saber de el y nuestra rivalidad se limitaba a nuestras marcas Meg un tanto desesperada me halo y me llevo a rastras a mi habitación y cómo si estuviera en su propia casa empezó a sacar vestidos de mi closet para escoger uno, para el evento de esa noche —Usaras este y yo....Este Luego de tanto revolver me tendió un diminuto vestido rojo, demasiado revelador para mi gusto, espalda descubierta, de tirantes grueso, que dejaba prácticamente mis piernas desnudas y solo cubría, la parte delantera de mi pecho y era más corto de lo que alguna vez me atrevería usar en mi vida —Meg...Estaré desnuda Espete indignada colocando la prenda sobre mi cuerpo y me pareció un pecado tener que exhibir tanta piel, lo más probable es que atraería un par de miradas vestida de esa forma y no de buena manera, tenía la manía de comprar vestidos atrevidos que en algún momento me gustaría usar, pero debido a Harrison y sus prejuicios, jamás lo hacia —Te lo pones, desde que lo adquiriste en aquella tienda no lo has usado, ya es tiempo de que exhibas ese hermoso cuerpo que ha perdido, el perro de Harrison Señaló empujándome al baño, ciertamente tenía razón, ese vestido lo compre en mi cumpleaño anterior y un día intenté colocarmelo, pero luego de una mirada de muerte de mi esposo jamás me lo probe de nuevo, de hecho apenas lo vio, culpo a Meg de callejera y de ser una mala influencia para mi, cuando en verdad jamás se tomó el tiempo de conocerla, ella era todo lo opuesto, reservada, muy correcta y por lo general no tomaba, era algo alocada en ocasiones, pero solo conmigo; debido a su profesión de abogada era poco el tiempo que tenía libre para andar de fiesta en fiesta, cosa que no sabia harrison, ya que cada vez que se colocaba el tema de conversación de Meg, el lo evadia y empezaba a hablar cosas nada agradables de ella —Es verdad...Harrison que se valla al infierno Espete tratando de convencerme a mi misma de usarlo y Meg solo aplaudió al aire dichosa por mis palabras. *** *** Un par de horas después... Meg y yo, luego de pasar horas preparandonos para el reencuentro con nuestros compañeros de la facultad, despues de 12 años de ser egresados, nos dirigimos a un restaurat al sur de la ciudad algo exclusivo, en donde solo personas de alta élite tenían acceso, aparte de eso, los organizados del evento reservaron el lugar solo para ex estudiantes, y es que no era por nada, pero la facultad de la cual egresamos, era una de las mejores del país, aparte de eso, el tener el apellido Hitman era una ventaja. Mi padre Alberth Hitman, era el pionero en innovación y creación de tecnología informática, no existia quienes nos hicieran frente en la rama...Bueno a excepción de uno, pero esos imbéciles no entraba en competencia, no ahora... Después de la linea que lanzaron el año pasado, la cual fue un fiasco y el apellido Wright, quedó sumergido en el fondo del mar. Mi amiga y yo tomamos asiento en una mesa cercana a la salida, en donde luego de conversar un poco pedimos un par de tragos para iniciar, la decepción y el dolor aun carcomia el fondo de mi alma, aun así, me dispuse a disfrutar de la noche. Un par de ex compañeros se acercaron a nosotros para saludar, entre estos, stephy Martin, quien de manera despectiva observo a Meg y luego se giro hacia a mi para expresar de manera frívola —Algunas cosas nunca cambian, la becaria y la ñoña siguen siendo amigas La odiaba, era la popular porrista de la promoción, la tipica plastica, quien todos adulaban, mientras que yo era la cerebro en computadoras y Meg... bueno ella estudio con sacrificio y se graduó destacando como la mejor de su año. Meg sonrio de manera maliciosa y colocandose de pie, elevo su mano y la impacto en la mejilla de la mujer que ya no lucia para nada sexy como en el pasado, stephy llevo su mano a su mejilla indignada, mientras que abría su boca como un pez buscando algo de aire. —Y definitivamente las perras jamás dejan de serlo Espeto mi loca amiga, por desgracia no pude evitar contener la risa y solté una carcajada enorme frente a stephy quien lucia fatal luego de la bofetada, durante años Meg y yo habíamos sido humilladas y que el destino nos diera este encuentro, solo podía significar una pequeña redención a los innumerables momentos amargos causados por ella. La mujer ofendida se alejo de nosotras espetando un monto de barbaridades que ignoramos por completo y Meg y yo solo nos dispusimos a conversar como soliamos hacerlo, la mayoría de los chicos habían cambiado mucho, algunos crecieron profesionalmente, dandose a conocer, mientras que algunos se habían divorciados o estaban en proceso, como sería mi caso muy pronto. A la distancia en la barra, un hombre de ojos grises, porte imponente y barba bien cuidada, no dejaba de observarme, su mirada me pareció conocida, pero debido a los años y que algunos habíamos cambiado demasiado en cuanto a nuestros físicos, nos era imposible saber a ciencia cierta de quien se trataba. Me mantuve conversando con megara, hasta que de pronto un mesero se acercó a nosotras y nos ofreció un par de tragos, los cuales, era invitado por el caballero que no me quitaba la mirada de encima, desgraciadamente aún no lo reconocía, por lo cual preferí ignorarlo, mientras que ambas intercambiamos miradas y continuamos conversando hasta que de pronto el caballero volvió a enviar un par de tragos más Una enorme sonrisa surco en los labios de Meg, quien después de darme un leve golpe en mi costado, sugirió de manera pícara. —Deberías agradecerle en persona, no te quita la mirada de encima, al parece el vestido te queda mejor de lo que pensé, y algo de sexo con ese dios griego no te haría daño Me sonroje por su comentario y preocupada por mi apariencia desvíe mi vista a mi cuerpo y al observar el diminuto vestido me sonroje levemente. —No Meg, me muero de vergüenza ¿que pensara de mi? Me gire de espaldas al caballero, muerta de la pena, cualquiera que me veía, pensaría que era una divorciada desesperada por una nueva víctima, Meg solo rodó los ojos y luego de golpearme levemente me incitó —¿Que tiene de malo eso? ambos son adultos y pronto serás una mujer divorciada, además de eso... Una noche ardiente con ese muñeco no te hara daño Sugirió de manera lujurioso y senti mis mejillas arden cuando la idea no me disgusto, en eso tenia razon, pronto me divorciaría ¿Podia hacerme daño algo de sexo casual? me pregunte a mi misma, mientras miraba sobre mis hombros, al hombre a mis espaldas —Te recuerdo que harrison te engañó con tu "Amiga" y liberar tensión es bueno para tu salud Espeto subrayando comillas al aire, ya que ese tema era algo delicado para ella, cuando monica llego a mi vida desplace a Meg por mucho tiempo, me olvide de ella y empecé a meter a monica en mi casa, el cual fue mi peor error, por que fue allí que se enredo con Harrison. No quería seguir en el mismo lugar ya que conocía a mi amiga y sabía que no sé detendría hasta que la obedeciera; Alisando mi vestida me coloque de pie y de manera rígida camine a la barra en donde se encontraba el caballero de ojos grises y mirada penetrante Antes de espetar palabra alguna, aclare mi garganta, me sentía nerviosa y además de eso, el caballero se encontraba algo distraído, por desgracia no me vio llegar a su lado y al notar mi figura delgada junto a la mesa, elevo su vista recorriendo mi cuerpo entero hasta llegar a mi rostro. —Gracias por las bebidas.. Susurre en voz baja muerta de vergüenza por la manera tan coqueta en la que vestia y también por un par de pensamientos pecaminosos que llegaron a mi cabeza cuando me acerque al hombre, quien lucia mucho mejor de cerca, el por su parte solo sonrío de lado observandome directamente a los ojos, me sentía nerviosa al estar casi desnuda, y por la manera descarada en la que me observaba, era más que obvio que colocarme un vestido tan revelador no fue una gran idea. —Ahora con permisos, me retiro Dije al notar que no habia emitido palabra alguna, me senti un tanto estupida por llegar a su lado y lucir tan desesperada por algo de atención, girandome me dispuse a regresar a mi mesa, desgraciadamente antes de lograrlo sentí su firme mano rodeando mi muñeca, asi que algo impactada desvie mi mirada al punto en el que nuestras manos se enlazaban y luego a su rostro, en el cual se percibía una minúscula mueca que parecía una sonrisa. —¿Por que te marchas tan rápido? ¿No te gustaría tomar una copa? conversar un poco no nos hará daño Sugirio de forma coqueta con voz gruesa e inevitablemente cada bello de mi piel se erizo, el hombre era imponente, masculino y muy sexy, al desviar mi mirada a la mesa en dónde estaba, note a Meg haciéndome señas para que aceptará su invitación Con una leve incomodidad asenti, no queria regresar con mi amiga y que me reprochara por rechazarlo, tomado asinto en un banco a su lado, este pidió un par de bebidas, las cuales empezamos a tomar conversando un par de trivialidades Nos centramos tanto en nuestras charlas que cuando menos acordamos, ya habíamos tomado un par de tragos y megara conversaba muy animada con un antiguo compañero, quien en sus tiempos de gloria fue su crush, minutos después, los vimos marcharse tomados de la mano, parecía que mi amiga disfrutaría mucho esa noche y que después de un par de años, su fantasía de llevar a la cama a uno de los chicos más guapos de la facultad se cumpliría. —Al parecer megara la pasará sensacional Sugirió de manera divertida el hombre a mi lado mientras se colocaba de pie, ordenando su traje, disculpandose se retiro al baño por unos minutos, ocasion que aproveche para ir a retocar mi maquillaje, por suerte este estaba a escasos metros y algo desolado, así que con toda la calma del mundo coloque mi bolsa sobre la encimera del lavado, mientras ordenaba mi cabello. La puerta a mis espaldas de pronto se abrió y por esta ingreso el hombre que estaba hacia unos minutos a mi lado, di un leve respingo al tomarme por sorpresa su repentina aparición pero al notar que se trataba de un antiguo compañero, que debo resaltar no identificaba exctamente quien era, me tranquilice un poco, su mirada descarada recorrio mi cuerpo hasta detenerse en mi labios, quien dando un par de pasos se coloco de pie frente a mi. Me sentía tentada a besarlo y todo esto se lo debía a las hormonas, recortando el espacio entre ambos, rodee su cuello con mis manos, la respiración de ambos se hizo más agitada, antes de unir nuestros labios en un beso frenético, el libido empezó aumentar haciendome perder la razón y para cuando reaccione, me encontraba de piernas abiertas sobre el lavado, mientras que el hombre de ojos grises me penetraba de manera frenética. Sus manos recorrian mis pechos mientras que no dejaba de besarme, me sentía malditamenta perra al cogerme a un hombre del cual no sabía ni su nombre pero ¿que podía hacer? el alcohol, las hormonas y un corazón roto, son las peores combinaciones. Y la prueba más factible de eso, fue que termine teniendo la mejor sesión de sexo de mi vida con un desconocido en el baño de un restaurante.
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