Quieras o no

1858 Words
Pov Bella —Meg... mi padre va a matarme Susurre a las afuera de mi casa paterna. Después del juicio Meg y yo, fuimos a comer algo y al caer la noche recibi un mensaje de parte de mi madre, que nos convocó a ambas a una cena familiar Nuestra ama de llaves, apenas noto que mi auto se detuvo a las afuera de la mansión hitman, camino a nuestro encuentro para ponerme al día con lo sucedido. —Señorita hitman... Dió un leve asentamiento, apenas baje de este y empecé a caminar al interior en compañía de mi amiga —Hace unas horas, estuvo aquí un caballero muy guapo, ojos claros, al parecer su padre está pensando negociar con los wright, por medio de una unión Mi mandíbula se desencajo al escuchar tal afirmación, no necesitaba ser adivina para saber que se trataba de Artur, lo cual deduzco por lo guapo y el apellido wright, al parecer que el hombre se halla marchado del juzgado sin despedirse, no es más que culpa de mi padre. Con una pequeña molestia solo me deshice de mi saco y se lo tendí a Greta, la mujer de mediana edad que tenía años a nuestro servicio y alguien de mi entera confianza, que me tenía al tanto de la vida de mis padres —Gracias Greta, ahora ¿Nos puedes dejar a solas? Pregunte antes de ingresar al amplio salón de la vivienda, no sabía exactamente lo que mi padre pretendía, pero debido a sus pensamientos retrogrados, no era algo que bueno. Apenas la mujer nos dejó a solas, frunci mis labios, se me hacía hecho algo extraño la desaparición de Artur del juzgado, pero ya sabía quién estaba detrás de eso —Sabes como es Albert, bella, ahora la pregunta es ¿Que quiere? Eso mismo quería saber, nerviosa por lo que me esperaba empecé a morder mis uñas, mi padre era alguien estricto al cual, había obedecido durante toda mi vida. Con un enorme nudo en la garganta me dispuse a entrar con el apoyo de Meg, quien aparte de ser una excepciónal amiga, siempre estaba a mi lado al enfrentar a mi parte, quien también la apreciaba como una hija —Bella... Megara, sigan, tomen asiento Nos guio mi madre a la enorme comedor, luego de recibirnos con un gran abrazo a ambas, me sentí nerviosa, se veía que sería una cena íntima, pero por la forma de vestir del personal de servicio deduje que tendríamos un invitado. —Mama... Llame su atención después de unos segundos a solas y que ella no emitió palabra alguna —¿Mi padre dónde está? La visión de mi mamá se desvio a la entrada, en dónde justo en ese instante ingresando Artur, vestido de manera casual Contuve la respiración, al verlo vestido de ese modo, el hombre lucía bastante tentador. —Buenas noches, hermosas damas Artur camino hasta donde se encontraba a mi madre, la cual saludo con un beso en el dorso de su mano, al igual que a Meg al cual sonrió, pero al llegar a mi lugar, se acercó a mi y depósito un casto beso en mi mejilla. Sentí como mi abdomen bajo se contrajo ante su aroma, el caballero lucía sexy con su voz gruesa, mandíbula cuadrada y ojos grises, sinceramente de no encontrarme sobria en estos momentos, caería de nuevo en sus redes Es que el era tan... tentador Luego de que mi padre aclarara su garganta a nuestras espaldas, Artur tomo su lugar, justo a mi lado, con sinceridad no entendí que pretendia Albert pero la presencia de wright no podía significar nada bueno —Buenas noches, ya que todos nos están reunidos, procedamos a dar inicio a la cómida. Me parecía absurda su postergación del asunto, la ansiedad me estaba consumiendo, por lo que algo molesta solo pregunte, apenas tomo su lugar en la cabecera de la mesa —Padre... Con todo respeto ¿Puedo saber a qué se debe toda este espectaculo de una cena? Sabía que era una osadía de mi parte retarlo de esta manera, pero la paciencia jamás a sido una virtud en mi, y ellos mejor que nadie lo sabían. Frunciendo su ceño, mi padre me dirijo una mirada de molestia y después de sonreír de lado, espeto —¿Ahora si estás ansiosa bella? me imagino que esa misma ansiedad fue la que te condujo, a una noche de sexo desmedido con wright... Forme un puño con mi mano, detestaba su manera arcaica de pensar, sinceramente lo amaba y sabía que el sentimiento era mutuo, pero eso no quitaba lo severo que podía ser. La mandíbula de Artur se tenso y luego de moverse incómodo intervino —Coincido con bella, no hay necesidad de este espectaculo, los presentes sabemos con claridad que clase de persona eres, así que dejate de rodeos Un incomodo duelo de miradas se formo entre ambos, la tension en el ambiente era palpable, por lo que luego de una intervención milagrosa de mi madre, mi padre suaviso su semblante —Bien.... Bella, tu y el señor wright se unirán en sagrado matrimonio. Mi mandíbula cayó al suelo ante tal mandato ¿Acaso tenía 15 años, que debía obedecerlo? Con la ira recorriendo mi torrente sanguíneo, me coloque de pie estampando mis manos en la mesa. —!Nooo¡ hace años me case con harrison por qué tú fuistes el principal partidario de un matrimonio entre ambos y como lo amaba accedí, pero con artur, esto no se repetirá. En el pasado, harrison y yo, duramos como novios un largo periodo, pero luego de mi padre saber sobre nuestra relación, insistió en un matrimonio, esto con el fin de mantener mi reputación, lo cual lamento en la actualidad. Albert solo sonrió con ironía, y arrojando la servilleta sobre la mesa refuto —¡No te lo estoy consultando bella!.. Tu Me señaló con desdén y molestia, la cual se percibia por su respiración agitada —Te casarás, quieras o no, ambos han deshonrado a mi familia y deben de enfrentarlo y no me hagas repetirlo... Por su tono de advertencia sabía que hablaba en serio y si me negaba, el encontraria la manera de obligarme. Respirando profundo regrese a mi lugar conteniendo mi ira, no tenía otra salida que obedecer, por su parte note, como Artur se enfureció, pero en lugar de refutar en contra solo mantuvo la postura, me parecía increíble lo lejos que podía llegar. La cena fue servida y en total silencio nos dispusimos a comer, no tenía ganas de hablar, y tanto Megara como mi madre se encontraban en la misma situación. —No te pregunté hija ¿Harrison a continuado molestándote? Pregunto Finalmente mi padre al notar que me encontraba molesta, en su lugar, solo desvíe mi mirada a mi cómida, la cual lucía más interesante que mi panorama exterior Sinceramente si lo habia hecho, después del juicio recibí un par de mensajes para nada agradables de su parte, los cuales decidí ignorar —No, al parecer entendió que es cuestión de tiempo para el divorcio El solo hizo un mohin en afirmación, por desgracia con tal revelación el apetito abandono mi cuerpo y sinceramente no quería permancer un segundo más allí —Con permiso... Espete colocandome de pie, quería caminar un poco tal vez, despejar la mente ayudaria, todo este estrés no le hacia bien a mi hijo, por lo cual tenía que relajarme. Meg a mis espaldas hizo una mueca de seguirme, pero en su lugar Artur se coloco de pie y me siguió al enorme jardín, que era conservado por mi madre. La verdad quería estar a solas, pero al ver que el seguía mis pasos no podía negarme —Bella... Escuche a mis espaldas apenas estuvimos alejados de la enorme casa —¿Que estabas pensando cuando accedistes a semejante locura? Sabía que el era parte de esto y lo deduje, ya que no objeto nada en contra, sabía que una unión sacaría su empresa a flote, así que esto le venía como anillo al dedo. —Sabes que con Albert no se puede negociar. Frunció sus labios, en eso tenía razón —Bella, no me dejó opciones, sabes que querramos o no, debemos casarnos. Lucía abatido, al parecer el tenía el mismo dilema que yo. —¿Queda claro que esto solo es por mi padre? Pregunte, no quería que el pensara que yo estaba detras de todo esto, el en su lugar asintio —Lo tengo muy claro... Ahora quiero saber cómo está Señaló mi nulo vientre e instintivamente lleve mi mano al lugar —Con todo el estrés del juicio no e ido al médico, pero esta semana ire sin falta Artur metió sus manos en sus bolsillos y asintiendo agrego —¿Puedo acompañarte? Después de todo... También es mío Una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios, parecía que después de todo si le importaba lo que sucediera y no solo le interesaba lo que le pudiera ofrecerle al culminar esto —El martes te espero. Los dos continuamos nuestro recorrido, hasta llegar al área de los Rosales, los cuales se encontraban extendido por grande parte del jardín, habían de varios colores rojos, blancos, amarillos, rosas. —Se ve que cuidan las plantas Aseguro, acercándose hasta una rosa roja que se encontraba muy cerca de nosotros, la cual desprendio con mucho cuidado de no lastimarse —No me gusta regalarlas, creo que solo se le deben obsequiar a los difuntos, pero me gustó para ti Dijo extendiendo la flor, me parecía algo extraño, aún así la tome con cuidado de no hacerme daño Los dos continuamos caminando hasta llegar de regreso a la enorme mansión, en dónde encontramos a Meg y mi madre en las puertas de esta, me sentía mucho mejor después de charlar un poco con Artur, el cual me hizo reír de sus ocurrencias —Veo que se llevan muy bien, y que después de todo un matrimonio entre los dos, no es una mala idea Agrego mi madre, señalando la rosa en mis manos con una enorme sonrisa; entre los dos, ella siempre fue la más dulce y comprensiva, en cambio mi padre, era el severo —No estoy en contra de eso señora hitman, es solo que me parece algo prematuro un matrimonio, su hija y yo, no nos conocemos muy bien, aún así, cumpliré con mi deber Artur no lucía muy contento con el compromiso, pero tampoco se veía muy renuente. —Por eso no hay problema, pueden hacerlo después de la boda. Meg a su lado soltó una enorme carcajada y después de observarla con molestia, está guardo silencio. —Bella, lo siento... tengo una cita justo ahora y me gustaría que me facilitaras tu auto ¿será que la puedes llevar Artur? Le pregunto en esta ocasión a él, el cual asintio, sabía que ella era una arpía y que aliada con mi padre eran lo peor No me molestaba marcharme con el, pero detestaba que ella se prestará para todo este show, y al día siguiente ella me las pagaría
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