Pov de Artur wright
—¿Estas seguro de esta locura?
Pregunto Fernando con su mirada acusadora, detestaba que me tratara de ese modo, parecía que estuviera hablando con un niño y no con su jefe; con frustración lleve mi mano a mi rostro queriendo masajear mis cienes, el dolor de cabeza parecía no querer cesar y si continuaba, sentía que mi cabeza explotaría, últimamente estaba sometido a mucho estrés y este estado se habia hecho normal en mi.
—¿Que otra salida tengo?
Espete con molestia, sabiendo que no tenía muchas opciones, la empresa por la que mi padre habia trabajado durante toda su vida, se iría a la quiebra por mi culpa
—Mejor que nadie sabes que las finanzas están para el carajo, y si continuamos de ese modo, en 6 meses tendremos que declararnos en banca rota.
Mis malas decisiones empujaron al imperio familiar al borde del abismo, lo cual lamento, desgraciadamente es muy tarde y solo con sentirlo no solucionaría nada
Por supuesto fueron decisiones pésimas, pero debida a mi nula experiencia y una vida desmedida de fiestas, lleve lo único que me quedo de mi padre al borde del abismo
—¿Y crees que cooperando con los Hitman lo lograrás?... Sabes que es una estupidez
Sabía que volvería con su sermón, por lo que un poco irritado me coloque de pie, quería que cerrará la boca, pero Fernando era muy insistente, al notar que pretendía marcharme sin prestarle atención, retomo el tema, está vez con una pregunta un tanto estúpida
—¿No crees que es mejor admitir que lo haces por ella y no por lo que obtendrás cuando esto termine?
La charla con Fernando se empezaba a tornar incómoda, detestaba que me conociera tanto, aún así; jamás lo admitiria, no le daría el gusto
—No, y... Mejor, guarda silencio.
La señorita Hitman de manera audaz logro enredarme en todo su teatro, al parecer sin desearlo quede atrapado en una disputa entre marido y mujer. La cual a mi parecer era una estupidez, los Hitman eran una familia muy poderosa y adinerada, que un divorcio no los afectaría en nada
¿Por qué no solamente negociaban, repartian los vienes matrimoniales y así se deshacian del desdichado?
Desgarciadamente, sus cimientos arcaicos veían un divorcio como el fin del mundo; si en realidad supieran que es la mejor solución o al menos para mí
—Tengo que irme, la señorita Hitman me espera, así que mejor cierra la boca y nos vemos luego.
Con la intención de marcharme, tome mi saco del perchero, solo faltaba una hora para que la seción iniciará y si tardaba más hablando estupideces con Fernando, el tráfico me haría llegar retrasado, desgraciadamente antes de salir a la puerta de mi oficina mi amigo espeto algo que hizo que mi mente empezará a divagar en un tema del cual no me gusta hablar
—Perfecto Artur, pero... ¿Sabes algo? A mí no me engañas y se que sigues enamorado de ella, es solo que tu pensamiento machista no te deja admitirlo
Me gire solo unos instantes para observarlo con ira desmedida, detestaba que mencionara eso, cuando solo el, como mi amigo lo sabía
—No me mires así, recuerda tu matrimonio con Estela, mejor que nadie sabes que si ella regresa tu mentira se va al retrete
No entendía que ganaba con mencionarla, solo su nombre bastaba para que mi día soleado, se tornará gris, estela era esa mancha negra que quería borrar, ese pasado tormentoso que detestaba y solo mencionarla, hacia que la irá contenida, saliera a la luz.
Observandolo con molestia rodeé mi torso con mi saco y luego de ajustarlo a mi cuerpo, salí de allí, más molesto que de costumbre.
Parecía que Fernando en lugar de ser mi amigo, era mi maldita consciencia que me recriminaba todo, no había aspecto de mi vida que no conociera, nisiquiera a Estela la olvidaba.
A todo lo que mi Tesla n***o daba conduje por las transitadas calles de la ciudad, un par de días antes nos habíamos reunido con Megara, la cual luego de diseñar un caso bien argumentado, me pasó el diálogo que diría para defender a Bella del imbécil de Harrison.
En cuestión de minutos, mi fabuloso auto se detuvo a las afueras del juzgados, al parecer había llegado justo a tiempo, ya que a las puertas de este, encontré a una Bella un poco nerviosa
—Creo que llegue a tiempo
Dije a sus espaldas y al girarse encontré a la misma chica que años atrás moría por besar y que por fortuna en una noche de copas, la hice susurrar un par de veces mi nombre.
—Aun es temprano... gracias por venir
En respuesta bella solo mordió su labio inferior, parecía que de verdad estaba asustada y empuñando mi mano, me contuve de besarla frente a varios de los presentes
*** ***
Minutos más tardes...
—¿Está seguro que usted y la señora Hitman no sostenían una relación clandestina?
El imbécil de harrison parecía sordo, en ocasiones anteriores le había mencionado lo mismo, pero el muy idiota parecía no querer escucharme, molesto empuñe mi mano, conteniendome de no golpearlo por tal insinuación.
Me parecía increíble que una mujer tan hermosa como bella se halla enredado como un abogado de quinta como el, el muy estúpido, no sabía nisiquiera a quien tenía a su lado, bella era una mujer brillante, empoderada, excelente negociante y una gran diseñadora de sistema, cualquier hombre con sentido común se sentiría maravillado de tenerla como su esposa... En su lugar el imbécil solo la engaño.
!Siii¡ Soy un acosador...
Luego de la noche de copas, en dónde terminamos en el baño del restaurant, me tomé la molestia de averiguar su vida, en un inicio pensé que bella le había Sido infiel, pero días después de que el hombre que contrate investigó, descubri que fue lo contrario y quién falló primero fue el.
Información que le proporcione a Megara en total secreto, al parecer bella no se sentia cómoda con el tema, pero al notar que Harrison no le dejo más salida, tuvo que recurrir por ayuda
—Le repetire de nuevo... ¡Noooo! Tenía más de 10 años que no sabía de ella, claro a no ser por las noticias que usualmente la menciona como pionera en la rama.
Comente está vez observandola a ella que se encontraba hundida en su asiento, mientras que los presentes no paraban de murmurar, parecía que estuvieran juzgando a un criminal y no que estuviéramos en un juicio por un divorcio.
—Entonces...
El muy imbécil junto sus manos intentando fingir calma, la cual no le funcionaba, ya que lucia obstinado al ser humillado ante toda una audiencia por su infertilidad.
—¿Usted insinua que solo en una noche, logro embarazar a la señora Hitman?.
El continuaba queriendo colocar a bella como una cualquiera y eso de verdad me enfurecía, de no ser por lo que el le había hecho, bella nisiquiera hubiese volteado a verme, el alcohol, mas el despecho fue lo que la condujo a mis brazos, lo cual es lamentable.
—Asi es, solo una noche basto para que ella quedará en estado
Aclare mi garganta antes de continuar, lo más probable es que quisieran borrar mi testimonio después de lo que diría, pero tenía que humillar a este idiota, como el lo quería hacer con ella
—Al parecer el único culpable de que ella no tuviera un hijo era usted, ya que conmigo solo bastó una vez...
Sonrei un poco ya que su cara se contorsiono a una de furia
—Ahora está embarazada, la señora Hitman y yo, tendremos un hijo
El rostro de Harrison se torno de color rojo y luego de empuñar su mano, objeto.
Objecion que acepto el juez, por ser una insinuación directa
—Gracias señor wright, puede bajar del estado
Dijo el juez conforme de mi testimonio, no sé si ayude, lo único que sabía era que ese hombre empezaba irritarme y eso solo podía ser lamentable para el, por qué no descansaría hasta quitárselo a bella de encima
*** ***
El juicio finalmente termino y como una manada, todos los presentes abandonaron la sala, parecía que el chisme jugoso habia terminado y ya no tenían nada más que ver en el lugar
—Espero que esto funcione bella, por qué sino, todo este escándalo será en vano.
Dije finalmente cuando solo estábamos bella, Megara y yo, me parecía un tanto vergonzoso estar involucrado en este chisme, pero no tenía otra salida, si quería de su ayuda, tendría que hacerlo
—Lo hicistes excelente Wright, solo tenemos que esperar y luego de la prueba bella será una mujer libre.
Hasta a mí me agradaba la idea, Harrison era un verdadero soquete, que no merecía nisiquiera un hola, de alguien como ella
A mis espaldas se escucharon un par de pasos, los cuales a mi parecer eran extraño, algo alerta me gire para mirar, pensé que podía ser harrison que regreso para molestar, pero no fue así, ya que el que se encontraba a mis espaldas de brazos cruzados, era el viejo Albert, el cual me observaba no muy contento
—Todo tiene una explicación papá
El duelo de miradas que inicio apenas nos vimos quedó interrumpido por la voz de bella, que se escuchaba, asustada, parecía una niña queriendo explicar una travesura.
—Eso lo discutiremos luego bella, yo solo necesito un momento a solas con el señor wright O acaso ¿se negara? Será una discusión de hombre a hombre
Me causo un poco de gracia sus palabras ¿por qué me negaría? no le tengo miedo si es lo que cree, así que sonriendo un poco, respondí
—No tengo problema con ello señor Hitman
De manera despreocupada, introduje mi mano en mis bolsillos, no tenía nada que temer, Albert y yo, éramos dos hombres y si él tenía algo que decir, no tenía problema en escucharlo, de igual forma el tendría que hacerlo conmigo.
Ambos en total silencio salimos de la sala, escoltados por dos de sus hombre, los cuales eran altos y fornidos, aún así, estos no me intimidaron, sabía defenderme muy bien y si él viejo Hitman quería iniciar una disputa, con gusto empezaría
—¿Que es lo que necesita decirme?
Pregunte cuando ambos nos detuvimos al borde de las escaleras a las afueras del enorme tribunal
—¿Tantas mujeres y tuvistes que meterte con mi hija?
Espeto con indignación, los años habían pasado y el albert imponente habia envejecido un poco, el viejo Hitman no era ni la sombra de lo que fue en su juventud
—En mi defensa... Solo paso, bella y yo, estamos bastantes grandes, y usted mejor que nadie sabía que esto tarde o temprano pasaría
Tanto mi padre como el viejo Albert, sabían de mi atracción por bella desde hacía años, solo era cuestión de tiempo para que algo parecía a esto ocurriera
—Pense que te rendirias, al parecer tu padre te conocía muy bien
El viejo por primera vez suavizó su semblante y una pequeña sonrisa se dibujo en su labios luego de apoyar su mano en mi hombro, no diría que no me asusté, pero al parecer al viejo no le molestó tanto como pensé que entre su hija y yo, pasara algo.
—Asi es señor Hitman... ¿O como tengo que llamarlo?
Pregunte sonriendo de regreso, nuestra disputa se limitaba a las marcas, relativamente nos llevábamos bien, aunque para la sociedad y parte de la familia Hitman, los writing y los Hitman, nos odiabamos a muerte, lo cual era mentira.
—Un momento...
Elevo su dedo para señalar
—Ante todos, nos odiamos, solo algunos saben que tu padre y yo nos llevábamos bien, referente a lo de bella...
El viejo Hitman lucía preocupado.
—No puedo permitir que la sigan humillando Artur, había pensado algo, pero no sé si tú accedas
Dijo con un poco de preocupación, lo cual también me alarmo
—¿Que has pensado Albert?
Desde hacía años lo trataba, por supuesto, el no era tan cercano a mi como a mi padre, pero igual lo trataba con confianza
—Me gustaría una unión, luego de que bella se divorcie, ella no puede ser madre una divorciada... Artur, nuestras marcas son pioneras, una unión sería algo sensacional ¿te imaginas?
Me tomaba por sorpresa su propuesta ¿por qué alguien como los Hitman querrían una unión con nosotros que nos encontrabamos en banca rota? por lo que tratando grueso respondí
—Albert... sabes que mi situación no es la mejor
El conocía muy bien mi condición, los dos nos movimos en la industria y en esta, algo como una situación crítica de una empresa, no pasaba desapercibida, en su lugar el solo sonrió y volvió a palmear mi hombro
—Eso lo sé Artur, pero aquí el punto no es eso, mi hija te necesita y no solo para quitarse a la peste de harrison de encima, sino; por su hijo y también por la empresa, hay muchas cosas que no sabes y si me aceptas un trago, te las contaré
Me parecía la oferta más tentadora que había recibido en mi vida, una unión con los Hitman me salvaría de la banca rota, pero... Desgraciadamente yo no podía casarme con bella, no al menos hasta que solucionará unos asuntos
—Albert...Yo, no puedo
Intenté deshacerme de él
—¿Enserio me rechazaras?
Está vez el viejo centro su vista cansada en mi de manera intimidante
—¡Chicos¡ lleven su auto, el ira conmigo
Le ordenó a sus hombre empezando a caminar, dejándome detrás de el, si algo tenía Albert es que no se daba por vencido y sabía que el no desistiria hasta que me casará con bella o dejaría de llamarse Albert Hitman