Al día siguiente, Kendrick miró a Shirley en el desayuno, sonrió al verla.
—Querido, ¿A qué hora volverás hoy? —exclamó Ava
—¡Qué te importa, Ava! ¿Para qué quieres saberlo?
—Por favor —dijo la mujer.
—A la hora que me dé la gana —dijo con desdén.
Saint rio, pero la sonrisa le duró poco cuando vio llegar a Kalani, le rehuyó la mirada.
Más tarde, Ava y Kalani estaban en la sala.
—¡Escribe esa carta! Cosas cursis y tontas, ese maldito paralítico será el hazmerreír, ya quiero ver su cara cuando sepa que todo fue una burla, quiero verlo llorar por ti y que sepa que todo es por mí, sufrirá por mi culpa.
Shirley estaba por ir a la cocina, cuando se encontró de frente con Ava Davidson, al mirarla sintió temor, vergüenza, recordó el beso de ayer con su esposo, y sintió pesar, sintió una
