El doctor revisó a Kendrick, su pulso, y signos vitales, luego tomó una muestra de sangre y la envió a examinar. —¿Señor Granndach? ¿Se siente bien? Cuando Kendrick abrió los ojos, le tomó mucho tiempo poder estar bien, hasta que al fin lo observó. —¿Qué me ha pasado? —Ha dormido mucho, el segundo enfermero me mandó a llamar junto con el señor Greg. —¿Qué…? ¿Qué me pasó? —Han pasado dos días, desde que dijiste que viajaríamos a Edimburgo —dijo Greg Kendrick se talló los ojos, no podía creerlo. —Pero, solo… recuerdo al enfermero, me inyectó una medicina y luego me dormí, es todo lo que recuerdo. El médico y el enfermero se miraron con duda. —Averiguaremos, ese hombre renunció hace un día. —Debo levantarme, tengo que ir por Shirley. —Tranquilo, Kendrick, ¿Pueden salir? Greg hizo