—Gracias por cuidar a mi hermanita.
Margaret sonrió.
—Para mí ha sido un placer, Hailey es una niña muy buena, pero, por favor, que se vayan tus hombres, Cam, te has convertido en tu padre.
Cameron rio un poco, y luego les pidió que se marcharan.
—Mucho gusto, soy Saint Granndach, también le estoy muy agradecido POR cuidar a la hermana de mi prometida.
—¿Prometida? —exclamó Hailey—. ¿Te casarás con un príncipe? —exclamó sonriente
Kalani se puso roja ante sus palabras, y hundió la mirada, mientras los demás reían.
—¿Saben qué? Traeré té, tomen asiento en mi sala natural y los alcanzaré.
La mujer entró y Kalani la siguió para ayudar.
Kalani miró por un pasillo, se detuvo al ver esa fotografía.
—¡Shirley!
—¿La conoces? —exclamó Margaret impactada.
—Sí, ella trabajó conmigo en la
