Inconsistencias…
Al mudarnos a otro departamento fue más cómodo para mí porque llegaba más rápido del trabajo y podía irme más tarde de lo que estaba acostumbrada. Era más amplio y tenía una vista preciosa. Además de una terraza donde podía tomar el sol si deseaba.
Me sentía muy contenta, trataba de ser muy cariñosa con Sandor, yo estaba poniendo de mi parte para que todo fluyera perfecto. Las dos primeras semanas no dejaba de sonreír y tenía mucha confianza en mí, me sentía hermosa… Pero de un momento a otro la convivencia con Sandor se tornó igual o peor que antes.
Me empezó a pedir que lo ayudará a ascender en la empresa porque al parecer un puesto importante quedaría libre porque quien lo estaba ocupando se mudaba a Miami, Estados Unidos. No estaba en mis manos ayudarlo pero aún así lo recomendé con los gerentes, directores ejecutivos, y todos los que votaban para elegir a la persona que ocuparía ese cargo.
El día de la postulación estábamos todos los empleados presentes. Me senté a su lado esperando el momento en que lo nombraran. Ese día fue muy gris para mí, porque lo que menos esperaba yo era que el gerente de recursos humanos me postulara para la vacante. Lejos de emocionarme me asusté, no porque sea un cargo difícil sino porque eso sería un detonante en la casa porque Sandor quería ese puesto. Se acercó y me gruñó al oído:
ꟷ ¡Saca una excusa y que te saquen de esa postulación! ¡Víbora oportunista! Te dije que quería ese puesto y me traicionas. ꟷ Sus palabras tallaron hasta el fondo de mi corazón y tuve que salir al baño corriendo ¿Cómo era que mi esposo se había convertido en esa persona cruel? Lloré lastimada y el dolor no cesaba. Me fui a casa, no quería estar presente. Ese día estaba más sensible de lo normal.
Apagué mi teléfono y me tome una pastilla para dormir, las había comprado sin prescripción meses antes de regresar con Sandor porque no podía conciliar el sueño. Pero mi salud emocional mejoró y nunca volví a usarlas.
Hoy quería dormirme y olvidar la pena que estaba sintiendo. No sé a qué hora llego, sólo sé que las arcadas me despertaron, estaba de rodillas en el baño vomitando. Fui por un poco de agua con hielo para que se sintiera mejor, agarró el vaso y me echo el agua fría en la cara. Y me gritó:
ꟷ ¡Perra! ꟷ Quedé perpleja ¿Qué estaba pasando? ¿Qué debía hacer? Eran las preguntas qué me hacía. Estaba tan furioso que lo creí capaz de golpearme. Busqué el reloj y eran las dos y veinticinco de la madrugada. Agarré la cobija, la almohada y me fuí al cuarto de huéspedes, le puse seguro y me acosté con el corazón acelerado, no tenía ganas de llorar, estaba aterrada.
En algún momento el sueño me venció y desperté a la mañana siguiente un poco tarde. Cuando fuí a la habitación aún seguía dormido, procuré no hacer ruido, lavé mi cuerpo muy rápido y me vestí. Hice sándwich de huevo para desayunar y café con leche. Le dejé su porción en la mesa tapadito y me dirigí al trabajo.
Al llegar varios compañeros me saludaban y felicitaban. Entonces le pregunté a una chica:
ꟷ Oye Loreley al final ¿Quién quedó elegido para la vacante? ꟷ Me observa en interroga:
ꟷ ¿Me éstas tomando el pelo? Jefa ese puesto es suyo. ¿No recuerda que todos a excepción de su esposo y Lina votaron a su favor? ꟷ ¡Eso no podía ser verdad! Le aclaré que estaba descompensada del estómago y me había tenido que retirar. Ella me contó que luego de la reunión mi esposo se había ido con Lina y otros amigos a un bar.
Ahora debía tomar una decisión: aceptar el cargo o renunciar y quedarme en mi puesto, Era mayor responsabilidad y trabajo aunque eso significaba también aumento de sueldo y muchas comodidades como transporte con chofer, viajes de negocios fuera del país, entre otros.
Estaba cómoda en mi oficina, llevaba todo en orden y al día, no tenía problemas con nadie a excepción de la rencilla que había agarrado Sandor contra mí. Pero debía hablar con él y si me lo pedía estaba dispuesta a renunciar a ese cargo.
Acabábamos de regresar de una gran ruptura y no quería estar en malos términos con él, aunque las groserías que me había dicho, estaban resonando en mi memoria.
Fuí directo a la oficina, me senté a procesar todo esto y entró la Ingeniero Lina. Tenía una cara de demonio con esas ojeras que aunque tratará de disimularlas con maquillaje igual se marcaban. Y de una forma prepotente me dijo:
ꟷ El jefe de recursos humanos te manda a decir que ya puedes pasar a firmar los documentos y desde hoy te mudas de oficina. ꟷ Me sorprendió la actitud en la que entró, ni por hipocresía saludo, entonces con un tono aburrido cuestioné:
ꟷ Ingeniero ¿Acaso hemos dormido juntas? ꟷ Me miró con desagrado y respondió:
ꟷ Es obvio qué no… ¿Por qué? ꟷ Creo que estaba actuando por celos porque acababa de enterarme que ella era quien se había ido con mi esposo y otros amigos, pero de forma indiferente respondí:
ꟷ Porque primero se saluda. Y dile al jefe que me dé una hora para pensarlo. No estoy convencida de aceptar. ꟷ Me hizo una reverencia, asumo yo que en son de burla pero no tenía ganas de prestar atención a sus pendejadas.
Mientras tanto seguía meditando ¿Debía o no debía? Y me entró una llamada de Sandor. ¡Ay Dios mío! Tenía miedo de responder, pero bueno hundí el botón y contesté:
ꟷ ¡Si! ꟷ Ya me imaginaba el resto de groserías que tendría para decirme pero bueno que más podía hacer yo. Y entonces habló:
ꟷ Stéphane, perdón por la forma tan absurda como te traté. Te lo voy a compensar te lo juro. Pero sólo te quería decir que aceptaras el puesto, tú te lo mereces amor, has estado trabajando muy duro en esa empresa. ¡Anda! Acéptalo… ꟷ Yo sabía que tenía que recapacitar, esa no era la forma de ser de él. Pero para poner un poco de tensión le dije:
ꟷ ¡Aún lo estoy pensando! Pero tú y yo tenemos que hablar. No estoy contenta con el trato qué me diste. Fuiste injusto y grosero. ꟷ Se quedó callado y no respondía nada, entonces añadí:
ꟷ ¡Después hablamos! ꟷ Le colgué y me extraño tanto el cambio de parecer. Porque esa oportunidad era beneficiosa para nuestra familia. Ya un poco más aliviada porque lo que él pensara era lo que me detenía, me dirigí a hablar con el jefe firme los documentos y ahora era Gerente general de CONEXRED.
Mudé mis cosas a la nueva oficina, desde la silla hasta el escritorio se respiraba comodidad. Había un reproductor y lo encendí, estaba sonando una canción de Carlos vives:
“Cuando nos volvamos a encontrar no dejaré de contemplar la madrugada, no habrá más llanto regado sobre tu almohada, no habrá mañana que no te quiera abrazar…
Cuando nos volvamos a encontrar ya no habrá tiempo para tristes despedidas, no habrá un instante que no adore de tu vida, no habrá una tarde que no te pase a buscar… Cuando nos volvamos a encontrar”
Y mi mente voló, recordé los labios de Amado junto a los míos y le puse más volumen al reproductor, también recordé que no le había respondido. Así que descargue esa canción y la puse en mi estado de w******p. Esperé dos minutos y chequee las vistas. Fue el primero en verlo y entonces le escribí.
Stéphane: Ví que estás en línea, te estaba pensando. ✓✓
Amado: Yo te pienso todos los días. Han pasado noventa y cinco días desde que te besé. ✓✓
Stéphane: ¿Llevas la cuenta? Dime la verdad ¿A cuantas has besado? ✓✓
Amado: Todos los días he estado soñando en que regresas a hablar conmigo. Eres la primera mujer que me embruja. ¡Veámonos! ✓✓
Estaba realmente loca, pero necesitaba un poco de adrenalina y es que con solo enviar esos mensajes mi humor cambio de inmediato. Cruce mis piernas y note que estaba mojada. Pero me entretuve empezando a poner en marcha la oficina.
Se acabó el día de trabajo, regresé a casa cansada y estresada, Sandor estaba tomándose unas cervezas en la sala, le saludé pero no me respondió. Fui por un vaso de agua y me senté a su lado. Entonces en forma muy diplomática dijo:
ꟷ Tu serás la que lleva esa oficina pero las decisiones importantes las tomaré yo, tú sólo vas a hacer lo que yo indique. Y ni se te ocurra traicionarme de nuevo. Y lo primero que harás será darme un aumento de sueldo. Eso es todo por ahora. Retírese que no quiero ver su desagradable presencia. ꟷ No fui capaz de decirle una sola palabra, ese era su plan, usarme para conseguir lo que deseaba, pero ¿De qué me extrañaba? Ya me había traicionado. Y lo peor es que yo había vuelto a caer en su palabrería.
Se merecía una lección, no había derecho para que ahora me tratará como si fuese una máquina dispensadora de dinero. Me fuí de allí con rabia, me metí debajo de la ducha y lloré. Cuando cerré la regadera me paré frente al espejo y me vi: Con ojeras, baja de peso, sin contar que el cabello se me estaba cayendo a manojos, que había empezado a padecer de insomnio algunas noches, había dejado de comer con fundamento.
Limpie mi rostro e hice un juramento:
ꟷ Ni una sola lágrima más a causa de ese desgraciado. Estoy en los mejores años de mi vida, no quiero entregarlos a él para que me use a su antojo. Pero tampoco me iré de su lado para ver cómo se destruye su vida. Busqué una tijera, eche todo el cabello hacía delante y lo corté. Agarré el teléfono y le respondí al padre amado
Stéphane: ¡Veámonos! ✓✓