De vueta al Amor

La Foto

Por un lado yo (George) había perdido las esperanzas de volver a verla por lo que decidí después de tanto tiempo pensarlo Darme una oportunidad con otra chica de nombre Lourdes sin saber que por otro lado Maya estaba deseosa por volver a ver a quien ella consideraba era el amor de su vida, estaba ansiosa, esperando comenzar la universidad y regresar para encontrarnos.

Entro una nueva chica al salón de clases, Su nombre era Lourdes, ella comenzó a mirarme constantemente, cada vez que volteaba ya ella me estaba observando, fue algo raro, pasaron los días y empezó a coquetearme y sacarme temas de conversación, realmente la chica era agradable, tenía una sonrisa encantadora me la pasaba muy bien con ella, solíamos colocarnos juntos para todas las actividades que nos mandaban a realizar en el colegio, en las tardes nos reuníamos junto a un grupo de amigos para hacer las tareas y trabajos que nos mandaban hacer los maestros para la casa, poco a poco nos fuimos conociendo al punto que empecé a sentirme a gusto con ella, no era difícil enamorarse de ella, era una buena chica, siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás, le encantaban las matemáticas así que tuve un gran apoyo con ella, gracias a ella logre pasar los exámenes así como algunos de mis compañeros.

Pase varios días, tratando de encontrar el momento perfecto para pedirle que fuera mi novia, sabia por la manera como me miraba que sentía algo por mi o por lo menos le llamaba un poco la atención. Una tarde al salir del colegio me le acerque y sin pelos en la lengua me le declare y le pedí para que fuera mi novia, no podía seguir esperando más, a parte también había otro compañero de clases de nombre Antonio, quien también gustaba de ella, la cara que colocaba al vernos juntos lo delataba a parte que hacia todo lo posible para que no estuviéramos solos o desarrolláramos alguna actividad juntos.

Lourdes sentía un gran miedo hacia su padre, este la vigilaba constantemente así como contarle el tiempo de llegada a su casa, incluso en ocasiones la castigaba. No le dejaba tener novios ni relacionarse mucho con personas del sexo masculino. Planeamos entre todos realizar una fiesta para recaudar fondos para la graduación. Esta se realizaría después de salir de clases, Lourdes por supuesto llego acompañada de su padre y una de sus hermanas, el lugar se llenó en cuestiones de minutos.

No sé si lo que sentía por Antonio era celos o simplemente que no me gustaba su forma de ser. Lo vi caminar hasta donde estaba y sin pensarlo dos veces me dijo “sé que Lourdes y tu son novios ¿Qué tal si se lo digo a su padre esta misma noche?

Por cómo me hablo supuse que había estado tomando alguna clase de alcohol a escondidas, le pregunte que ganaría con hacer eso, Lourdes la pasaría mal de su padre enterarse, lo que más me molesto de esto es que él ya sabía cómo la trataba su padre y las ausencias que había tenido en el colegio en forma de castigo, pero esto a él no le importo, dio media vuelta y camino en sentido a la mesa donde ellos estaban, yo lo hale del brazo evitando que lo hiciera, su respuesta fue empujarme contra una mesa, de ese momento solo recuerdo que nos fuimos a los golpes y varios de nuestros compañeros trataron de separarnos. Solicitaron apagar la música y suspender la fiesta. Antonio aprovechándose del silencio en el lugar, volteo su cara hasta la mesa donde estaba Lourdes junto a su padre y le grito “Señor, este vagabundo que ve aquí es el novio de su hija, así que cuídela los dos le están viendo la cara”.

El señor se levantó de la mesa, le pregunto a Lourdes si era cierto y ella no le quedó otra opción que decir que si, la tomo fuertemente del brazo y se la llevo del lugar, mientras Antonio se reía al ver lo que había hecho. Mi madre camino hasta donde yo estaba, tratando de tranquilizarme. No podía entender porque había hecho eso. Al paso de los días, me entere que el Padre de Lourdes le abrió las puertas de su casa a Antonio, para que este visitara a su hija. Ahora todo lo que pasara en la escuela ya su padre estaba enterado. Ya ella no tenía la misma facilidad para salir y vernos, por lo que planeamos vernos a escondidas de su padre en las noches mientras él dormía.

Recuerdo que aquella noche Subí como pude hasta la ventana de su habitación y la ayude a bajar. Fuimos al lago, Entre risas y juegos entramos a bañarnos. Pude sentir su cuerpo caliente pegado al mío y sus piernas abrazar mis caderas mientras nos besábamos. El lago estaba casi para nosotros. Estaba oscuro y nadie podía mirar lo que ocurría. Ya nada podía evitarlo ambos nos deseábamos, la noche invitaba a comernos bajo las aguas. Fue un momento inolvidable. Ni su padre y mucho menos Antonio iban a lograr separarnos.

Odiaba cada vez que él llegaba con ella a la escuela y verlo conversar con su padre solo sabía que estaba haciendo todo esto para hacerme molestar. En este tiempo él ya había logrado que Lourdes confiara en él, eso era más que evidente, tenerlo metido en su casa a todas horas. Una mañana mientras esperaba entrar a clases, Antonio se sentó a mi lado “si Lourdes no va a ser mía, tuya tampoco va a ser, quiero dejarte claro que voy hacer todo lo que este a mi alcance para verlos separados, ¡prepárate!” —Puedes hacer lo que se te dé la gana, sangras por la herida al ver que no te hace caso. Déjame decirte que no me asustan tus palabras, y hagas lo que hagas no va a estar contigo. Tienes un desorden metal en tu cabeza y en tu triste vida —conteste

Estaba furioso, no aguante las ganas y le conté lo sucedido a Lourdes quién de momento no me creyó. Para ella le había agarrado idea a Antonio y quizás algo le había dicho primero para que actuará de esa manera. No le quedó de otra que aguantarse las ganas de partirle la cara. Lourdes estaba con él y no le iba a dar el gusto de separarlos. Sabía que golpeándolo con esto solo iba a ganar incrementar más los conflictos entre ellos y su padre menos lo iba a aceptar. Al fin y al cabo él tenía a su papa en el bolsillo y para este él era una persona irrespetuosa. Lo mejor era quedarse tranquilo si en verdad quería continuar con esa relación hasta encontrar la forma que lo aceptarán en la casa.

En una oportunidad Thais invito a George al supermercado a comprar unos artículos que le hacían falta para la cena. Cuando se encontraban en el área de panadería vio llegar a Lourdes junto a su padre y su hermana. Lourdes me saludo a lo lejos extendiendo su mano. Su padre volteo a ver para quien era el saludo y al ver que era yo no disimulo ni un poco y se retiró del lugar. Desde ese punto pude ver cómo les dijo para irse a otra tienda y caminar hasta el estacionamiento y subir al auto. Mi madre quien en ese momento observo todo lo que ocurrió. Coloco su mano sobre mi espalda, me acaricio y dijo con su voz dulce "no hagas caso hijo, lo hace solo para molestar. Si ella te quiere y tú la quieres aunque él se oponga ustedes van a estar juntos" estás palabras me hicieron sentir mucho mejor, ya venía de tener un episodio con Antonio y ahora esto. Saber que cuento con el apoyo de mi madre me hizo sentir muy bien. Ella tiene razón dentro de poco seremos mayores de edad y él no va a poder estar en todos lados con ella vigilándola. Debo confesar que me dio tristeza la acción del señor pero en algún momento estaré de protagonista a su lado y no solo de observador, mirándola de lejos.

Lourdes se había convertido para mí en una persona importante, No sé si era por su forma de ser, lo frágil que era para afrontar el problema con su padre yo quería ayudarla y hacerla sentir bien. Su padre generaba en ella estrés y tristeza, quizás porque era una chica de buenos sentimientos e inocente su padre se aprovechaba para manipularla.

Para nuestra desgracia luego de salir de clases, un grupo de compañeros se reían frente a una cartelera que estaba atrás del dispensador de agua. Esto me dio algo de intriga pues, ellos se reían a la vez que nos miraban, hasta que una de nuestra compañera nos dijo que viniéramos a ver lo que habían puesto en el lugar. Caminamos ambos hasta el lugar y esto no era más que una copia de la fotos que Lourdes y yo nos habíamos tomado días antes en El lago, en la imagen se aprecia donde ella y yo nos estamos besando. Era justo la hora del receso todos en la escuela habían visto nuestra foto. Para nuestra sorpresa alguien la había sustraído del cuaderno de Lourdes se había encargado de hacer varias copias y colocarlas en distintos lugares en toda la escuela para hacernos pasar un mal momento y a la vez ser la burla de muchos.

No podíamos creer

lo que estaba sucediendo. ¿Porque hacer una cosa así? Todos los compañeros

sabían cómo era la relación de Lourdes con su papá. Ella estaba muy asustada

pude verlo en su cara. Una vez vio la imagen se fue al salón de clases, sin

decir nada, mientras yo me quede intentando sacar la foto detrás del vidrio con

mis dedos y recolectar todas las otras copias. Ya los profesores se habían dado

cuenta de lo sucedido y me pidieron ir a la dirección para dar una explicación.

Para ellos eso era un motivo de expulsión. Fui por Lourdes al salón para ir y

al entrar la encontré llorando a su lado estaba uno de nuestros profesores.

Ese día fue fatal para los dos, vivimos horas de angustias en la dirección del plante. Mi madre llego primero al lugar a los pocos minutos el padre de Lourdes, quien no tenía ni la menor idea del porque lo habían hecho llamar. Lo primero que dijo al entrar era preguntar porque George estaba allí, ya estaba pre dispuesto a escuchar.

Lourdes al verlo entrar le atacaron los nervios — ¡discúlpame papá! no te lo había querido decir por temor pero estoy enamorada de él, somos novios desde hace unos días y esa es una foto que nos tomamos y alguien sustrajo de mi cuaderno y público en los pasillos para mal ponerme. ¡Discúlpame por favor no te enojes conmigo!

— ¡eres una descarada igual que tu madre! En eso volteo a mirar a George — y tú... ¿quién te crees para estar con mi hija? Escúchame algo no te quiero ver cerca de ella, búscate otra con quien jugar —dijo mientras apuntaba con su dedo índice.

En eso mi madre se levanta de la silla y empuja la mano del padre de Lourdes que me señalaba para atrás al mismo tiempo —a mi hijo no lo señalé y menos le hable así, usted no lo conoce ¡respete! —

—¡ni quiero conocerlo! ya sabe no quiero a su hijo cerca de mi hija, no puede ser nada bueno desde que anda inventando y no pendiente de sus estudios que es de lo que debe ocuparse — dijo el señor bien molesto mientras miraba a mi madre.

— ¡A mi madre no le hable así, respete! ¡Enamorarse no es un pecado señor! yo a su hija la quiero y no fui a hablar con usted porque Lourdes me lo pidió, ella lo que le tiene es miedo, eso es lo que ha sembrado en ella y puede decir lo que quiera, nada de lo que usted diga me va a alejar de ella, con darle un beso no le estoy faltando no tengo la culpa que alguien sin escrúpulos hayan hecho eso con esa foto — le contesté

—Eso es lo que tú piensas, ¡de una vez te digo que no lo voy a permitir!

En ese momento Tomó a Lourdes por un brazo y salió del lugar.

El padre de Lourdes resultó ser más difícil de lo que pensé, era un ser soberbio y nada tolerante.

Mi madre al verme angustiado me abrazo. — ¡tranquilo hijo, ya volverás a verla! —me dijo Thais mientras le abrazaba.

En todo el camino a casa no hice más que pensar en ella en saber si estaba bien. No podía estar

tranquilo sabiendo que ella había recibido la peor parte de todo esto. Jamás imaginé que esto hubiese podido ocurrir por tomar una foto.

Pasaron los días y no se presentó a clases durante esa semana. Me puse a pensar lo peor si además de castigarla la había golpeado, sé que era su padre pero eso no justifica un maltrato, porque estemos enamorados no es un delito. Estábamos todos preocupados por lo que le podía estar ocurriendo. Pregunté a mis compañeros si alguien sabía quién había sustraído la foto del cuaderno sin obtener ningún tipo de respuesta o pista que me indique de algún sospechoso. Mientras no sepa quien fue, para mis todos son culpables por ser cómplices de algo que está mal. Pero en mi el único culpable era Antonio, quien más que el para hacer algo así, eran muchos conflictos continuos. Fue una semana complicada para todos pero más para ella quien debía convivir con el dentro de la misma casa y yo sin poder hacer nada para ayudarle. Pensé por un momento que lo mejor era separarme de ella hasta que quizás comenzáramos la universidad. Así evitarle a ella pasar por tantos problemas, que últimamente se estaban presentando uno detrás del otro.

Al cabo de una semana se incorporó a clases. Ya estaba pensando en inventarme la manera de ir a su casa así sea en la madrugada. No aguantaba las ganas de saber de ella, ya mi paciencia estaba llegando a su punto más alto. Lo primero que hice fue conversar con ella y preguntarle cómo estaba y si su padre le había hecho algo malo, solo me contesto apenada que la castigo con no venir a la escuela. Aproveche ese momento para preguntarle qué opinaba si nos separábamos por un tiempo hasta que las cosas se calmen un poco, me miro a los ojos y me dijo, que la única manera de separarnos es que sea por algo que suceda entre los dos no por los demás. “quiero seguir con esta relación y contigo, no me importa lo que mi padre pueda decir” al escuchar estas palabras de su boca me hicieron muy feliz, entendí en ese momento que su amor por mí era verdadero, capaz de soportar lo que sea posible pero no alejarse de mí. Aproveche el momento para cerrar aquella discusión con un fuerte abrazo.

Al volver a vernos juntos Antonio se mordía solo al no evitar ver que a pesar de todo lo que había hecho, no logro separarnos. No la iba a tener fácil con ella, pero tenía la esperanza de saber que dentro de poco nos graduaríamos en la escuela, cumpliríamos la mayoría de edad e iniciaríamos estudios en la universidad.

Mi madre a raíz de esta situación estaba muy nerviosa y preocupada, pero me conocía bastante bien y sabía que nada de lo que me dijera iba a hacer que yo me alejara de ella.

Realmente Lourdes había hecho salir de mí los recuerdos que guardaba de Maya, quizás entre tantas situaciones ya no me quedaba tiempo para pensar en eso. Sentía que estaba enamorado de Lourdes e iba hacer todo lo que estaba a mi alcance para estar con ella. Ni su padre y mucho menos Antonio nos iban a separar.