Pacto de amistad.
Tal como lo había prometido esa tarde casi anocheciendo llegó Zharay a mi casa. Mamá se quedó sorprendida porque apenas llegó la invité a mi habitación.
—Me disculpó por la forma en que termine llorando y escupiendo mis sentimientos. —dije en voz baja para que mamá no se enterara. Aunque ella conocía mis verdaderas intenciones con Edrien desde que nos mudamos.
—Tranquila tonta, ni que yo no supiera que te mueres por él. ¡Estudiamos todos juntos! ¿Lo olvidas? Siempre te quedas viéndolo con ojos tiernos. —Me sentí descubierta y un sentimiento de vergüenza se apoderó de mí.
—No pensé que fuera tan evidente. —Pasé una silla cerca de la cama para sentarme frente a ella—. Desde que lo vi por primera vez dije que ese chico iba a ser para mí. Pero él me ve como a una hermanita a la que debe proteger. ¡Eso me aburre!
—Es que me consta que él te quiere mucho, deberías sentirte afortunada. —mencionó con entusiasmo mientras se quitaba los zapatos y se ponía cómoda en mi cama. Al principio me pareció que era un poco abusadora.
—Pero no es como deseo que lo haga. De nada me sirve, porque luego cuando aparezca alguna mugrosa que le guste me cambiara de inmediato. —Ella se puso a reír y se acostó en la cama.
—¡Oye! Pon algo divertido en la televisión. Hay una serie buenísima en Netflix. Bueno me dirás asquerosa, pero me encantan las escenas porno, además que pienso me servirá de mucho cuando tenga un novio. Ja, ja, ja… —Estaba loca, si ponía algo así mamá me molería a coñazos.
Pero ¿Por qué no lo intentaba? Después de todo ella nunca entraba a mi habitación.
—Bueno, nunca he visto cosas así. Pero no tenemos Netflix ¿Qué sugieres? —Ella tomó el control, le bajó un poco de volumen y en los canales bloqueados metió un código y una clave.
—¡Estás loca! Si mamá descubre que tengo acceso a un canal de adultos va a … —Me tapó la boca para que dejara de hablar.
—¡No lo sabrá! Además, no te imaginas lo que puedes llegar a ver. ¡Me vas a agradecer después! —Estaba dudando de lo que había hecho, ella era muy extraña. Yo nunca había pensado en ver películas de adultos. Y en definitiva estaba muy loca.
—No estoy segura de querer hacer esto. ¡Me puedo meter en graves problemas! —Insistía, entonces se levantó de la cama un poco fastidiada y dijo
—¿Vas a querer mi ayuda o no? Si quieres te metes a monja de una vez. —Bueno es que si deseaba que me instruyera. Entonces le pedí que se volviera a poner cómoda.
Me hizo sentar a su lado y yo por más que intentaba fijar mis ojos en la pantalla del televisor, el pudor me podía y bajaba la mirada.
—Pero porque no miras, ni que estuvieran haciendo algo raro, Flor María todo el mundo coge, es algo normal. —Para mí no era normal.
—¡Ay no! A mí me da vergüenza… ¿Usted ya lo hizo? —Pregunté con timidez.
—No, yo todavía no lo he hecho con otra persona. Pero si me he tocado en la ducha yo sola. —Eso era peor. Esa chica tenía algún tornillo flojito.
—Yo tampoco y no creo que sea necesario aprender de todo eso que pasan ahí en la pantalla. Es que mire —Señalé la pantalla —. Uy no, yo no podría enseñarle mi trasero de esa forma a Edrien ¡Primero muerta!
—Ja y entonces ¿Para qué quieres conquistarlo? Usted piensa que se la van a pasar rezando o jugando al fútbol solamente. ¡No mamita! Eso es lo primero que le va a ver, las nalgas ja, ja, ja… —Me asusté muchísimo, yo no podía enseñarle mi trasero desnudo a él.
—No estás hablando en serio ¿Verdad? —exclamé sin poder considerar lo que ella decía.
—Nunca había hablado con tanta seriedad. ¿Por qué supone que yo quiero aprender? Para estar atenta cuando llegue mi momento. Mira he estado haciendo sentadillas para tener el trasero firme. —Se bajó el pantalón y me enseñó el trasero, llevaba una ropa interior muy pequeña.
—No hagas eso, si te me insinúas déjame decirte que me gustan los hombres. —Ella soltó una carcajada y aclaró que también era heterosexual.
—Es que no entiendo ¿Cómo voy a conseguir conquistarlo viendo eso? —Imagine que me iba a dar algunos tips de cosas para decirle, no alcanzaba a relacionar lo que veía en la pantalla con lo que yo quería.
—Flor María o Sor María ja, ja, ja… No mentira, no me odies… A los chicos les gustan las mujeres atrevidas, sensuales y tú eres más ordinaria que una morcilla en una boda real. —Me encogí de hombros porque la situación era peor de lo que imaginaba.
—Necesitas aprender a seducirlos, donde tocarlos, como hacerlo. Eso no sucede de un momento a otro… ¡Hay que estudiarlo! Y para eso estoy aquí, para qué juntas aprendamos todo lo que necesitamos saber para volverlos locos. —Pues yo había estado haciendo todo mal. Pensé que simplemente con hacer lo mismo que a él le gusta sería suficiente para enamorarlo.
Con razón me ve como a una hermana. Ella tenía razón, Edrien siempre estaba opinando sobre mi cuerpo y estoy segura de que era porque quería ver algo más femenino.
—Ayúdame… Hagamos lo que sea necesario, enséñame como comprar calzones como los que llevas puestos ¿Crees que eso funcione? —Ella se acercó y estrechó mi mano con la suya.
—Es un trato… Los vamos a conquistar, aunque yo todavía no tengo a nadie que me guste. Pero va a aparecer y caerá en mis trampas. —Se mordió los labios y movió su cadera con rapidez de adelante para atrás. Ambas terminamos riendo por su gesto erótico.
Nos abrazamos y juramos ser mejores amigas de ahora en adelante.