Federico. —Hola. —señalo la casa haciéndome a un lado. —Pasa. —entro primero dejando la puerta abierta, cuando entra mira todo con una sonrisa. —¡Que linda casa!. —Gracias, la alquilo. —nos miramos sin saber que hacer—. Compré comida, es temprano por eso deduje que no debes haber comido. —De hecho no, supuestamente estamos cenando con mi abue en este momento. —Pasemos a la mesa. —le corro la silla y busco la bebida—. Espero que el sushi te guste, no sabia que comprar que sea digno. —me friego las manos abriendo la caja y acomodo todo—. A mi me encanta el sushi. —A mi igual. —¡Que bueno!, —me sirvo en el plato sintiendo que tengo mucha hambre aunque me comí una docena de empanadas donde Matias—. Emm, ¿tu hermana comió?. —Pasamos por comida cuando veníamos, así con la nena comen bie