—La vida no siempre es justa. —¿Qué quieres de mí? —le volví a preguntar en un hilo de voz. —Tengo que reconocer que me dejaste sorprendido con tu belleza. Todavía estaba en su pecho, pero esas palabras me volvieron a la realidad, tanto así que alcé la mirada para encontrarme con esos hermosos ojos. Esperaba ver algún rastro de mentira, pero no era así, se le veía honesto y vulnerable. Apoye mis manos en su pecho y lo empuje necesitando dar espacio entre nosotros, para pensar con claridad. Pero es en vano, es como una pared de ladrillos y no se movió. —¿Ashton estás consciente de todo lo que haces y dices? ¿Le acabas de ser infiel a tu mujer? —dije molesta. —Soy totalmente consciente de eso. Es un descarado, arrogante, se cree que por ser tan guapo va a venir a jugar de listillo c