A la mañana siguiente, dispuesta a sacarle la verdad a Lety sobre qué le ocurría, me senté con ella en el desayuno; hice las cosas más normales, hablamos sobre mi trabajo, sobre el trabajo de ella, y terminamos en mi como siempre, con mis faltas a las terapias. —Lety, ¿sacaste la cita? —pregunté cambiando de tema. Dudo un poco al principio, pero contestó algo abatida. —Si, Isa tengo cita mañana a las dos de la tarde —sin agregar nada más se levantó y cambió de tema—. Preparé galletas con chispas de chocolate, ven a comer. Me siento cansada de sentir que me oculta las cosas, yo necesito saber que sucede con su salud, me siento impotente y tal vez estoy exagerando, pero necesito cerciorarme. —¿Qué pasa? —pregunte con voz apagada—. Siempre que te pregunto sobre el tema y lo esquivas