6.

521 Words
Me sentía demasiado perdida, el taxista fue muy amable, lo que ayudó a que no perdiera la cabeza en el tráfico de la ciudad. Tenía un nudo en el estómago. No estaba segura si eran nervios, hambre o la altura de Bogotá, pero todas se unieron y formaron ese vacío en mi. Cuando llegué a donde estaban los demás estudiantes fue más tranquilizador. No había caras conocidas, pero sí eran muy amables. Ni bien había cruzado la puerta y ya había una chica intentando ayudar. Me pregunto mi nombre para encontrarme en las listas y darme más información sobre el programa. - Mañana comienzas todo, es un poco apresurado pero cuanto antes, mejor, ¿no?- comenzó explicando la chica- en el hospital tienes tu habitación, la información más detallada te la darán mañana en la reunión de orientación. Lo más importante que debes saber, es que el hospital no permite el uso de celulares al personal. - ¿En qué sentido?- pregunté confundida, nadie me había dicho eso. - Solo puedes usarlo en tu día de descanso una vez por semana, para que así puedas tener un mejor rendimiento. Por hoy puedes usarlo, me imagino que solo hasta mañana pedirán que comiencen a hacerlo. ¿¡Qué!? ¿Y Abril? Esto sería complicado para ambas. Lo único que pude hacer fue enviar un mensaje cuanto antes, era la primera persona que quería que supiera que seguía viva, los demás no importaban tanto. Salí rumbo al hospital, al menos podría descansar. Busqué el edificio de estudiantes y di con mi habitación, al menos eso era genial, no tenía que compartir dormitorio con nadie. Deje las maletas junto a la puerta y me deje caer deslizándose con la espalda hasta el suelo. Abracé mis piernas con mis brazos y comencé a llorar un buen rato. ¿Ahora qué? Ya no había vuelta atrás, tenía que enfrentar las cosas por más complicadas que fueran. Seguro que Abril entendería ¿no? Prendí mi celular, tenía un mensaje de ella. Esos detalles eran tan hermosos. Me decía que me extrañaba y me amaba, había escrito más, pero esas dos cosas eran lo más lindo. No sabía como decirle, pero lo intenté. Todo estuvo tranquilo, fue un viaje largo, sin embargo todo salió perfecto y ya estoy en Colombia. Es interesante, tengo una noticia... al parecer no podré escribir muy seguido, me dijeron que solo podría hablar mis días de descanso, que son los martes, cuando no hay tanto trabajo. Así que... no leemos el martes. Te quiero. Ugh... ¿muy seco? Definitivamente, pero no era yo la que lo quería. Mi cabeza imaginó que al escribir de esa manera, nos ahorraríamos el dolor de solo escribir tan poco. Estupida. O no se si más era la necesidad de probarme a mí misma que amaba más lo que estaba haciendo que lo que la amaba a ella. Estupida x2   Volví a apagar mi celular y salí de ese lugar. Necesitaba comer antes de que mi cabeza siguiera procesando todo y siguiera llorando como bebé en mi habitación. Sentía que mi corazón se estaba quebrando de a poquito.
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