BRAIS —Nuestro Troy. Solo tiene dos años y…parece como si tuviera cinco, Brais. No puedo más con esta situación. Ha pasado un mes desde que tiene más sed y como si fuera poco, su crecimiento es muy…rápido. ¿Cómo no va a tener sed si crece a esa velocidad? —Tú creciste de forma muy lenta, ¿no? Él está haciendo contrario a ti, y está claro que nuestro hijo no es un humano. —¡Está vivo! —¡Es un vampiro, Lucero! —¡Pero tú eres un lobo, Brais! —Y tú la hija de un vampiro, Lucero. Troy no es un lobo, ya lo sabríamos. Necesita sangre, si no le damos, solo le haremos daño. He pensado que… —¡¿Qué?! Ahora tienes que decirme lo que piensas, porque lo ocultas de mí. —Estás muy sensible, solo intento protegerte. —¡Pues más te vale que no me protejas de ese modo! Solo me haces sentir sola, n