Cuando Brais vio las noticias que estaban escandalizando a la ciudad y al país, sintió un poco de pánico, porque según las imágenes y lo que contaban de lo sucedido, aquellos hombres habían sido destrozados por unas especies de garras o colmillos. Descartando rápido a un vampiro, quedó claro que, con suerte, se trataba de un lobo y no de una extraña criatura, pues no era tan extraña. Aunque en aquella ciudad él no la mantenía como su territorio, era más que obvio que pertenecía a ellos, pues un antiguo alfa y diez lobas muy peligrosas demostraban que la ciudad era de ellos. No se imaginaba que un lobo fuera allí solo para realizar semejante destrozo en la ciudad. Aquella madrugada, Brais salió aún contra la decisión de Lucero, tenía que saber qué había pasado, ver si había algún ras