Jara Debido a las reglas, ahora éramos los dueños de esta barrera, pero, aunque pasaban los días, este lugar no dejaba de parecer muy extraño, tan…siniestro. Intenté hacerme de la vista gorda con todo, pero esto estaba muy podrido. Los más fuertes sometían a los más débiles sin ningún remordimiento, a su antojo, el sadismo andaba por cada esquina a la luz de todos y era algo normal. Luego de solicitar la presencia de todos los que habitaban en esta barrera, Owen decidió que debíamos de poner orden, ya que hacerse de la vista gorda aquí, era casi un pecado, carencia de humanidad y empatía. Las noches eran insoportables y los gritos eran aterradores. Él estaba mortificado, ya que ahora era nuestra barrera y algo teníamos que hacer al respecto, una mejoría de algún tipo para con los más