Elio no dejaba de ver a su esposa con una palidez cada vez más creciente en su rostro, los ruidos de los automóviles se habían opacado con en el grito repentino de Enith, jalando las miradas curiosas de los transeúntes que caminaban por el lugar, sin mencionar que estaban completamente empapados y eso llamaba aún más la atención.
— Enith ¿Pasa algo? Solo dije que teníamos que hablar pero… —Enith vió con terror a Elio tragando saliva.
— Le mandé un audio a Roberto ¿qué le dije? —se llevó una mano a la boca.
— ¿A Roberto?
— Si, me quedé de ver con él ayer, y también con Aquiles —ahogó un grito llevándose la otra mano a la boca— pero no recuerdo qué fue lo que les dije, te explicaré todo con detalle pero ¿qué les dije? —Enith se llevó su índice derecho a la frente en un intento de qu
