Capítulo 4

1131 Words
Julianne Pov Hoy llegue tarde a la escuela, y no, esta vez o hice a propósito, odio exponer, y el maestro de lógica no se puede poner a dar su clase, prefiere que todos pasemos a exponer un tema, hoy tocaba que pasara a exponer, si fallaba en algo obviamente se burlarían de mí. Entro al salón y algunos de mis "amigos" me ven, se ponen a decirme que el maestro se molestó y que hice mal en no ir, no me importa, ellos también se burlan cuando algo me va mal, así que me harto y le contesto al chico el cual ha estado enamorado de mi desde hace año y medio llamado Aaron. -Pues si me va a reprobar que lo haga, ya pase su materia en los otros parciales, aunque me ponga cero paso.- me voy caminando afuera del salón y escucho como sigue diciendo algo más, no me importa, él no es mi amigo, aparte de que se, que como nunca acepte ser su novia sigue resentido, trata de molestarme todos los días, y me parece una actitud muy cobarde, debe aceptar que no me gusta y punto, la vida sigue. Me asomo como todos los días a la ventana, pero para mí sorpresa hoy no está sola la pequeña área de descanso, está el psicólogo sentado ocupando su celular, hasta distraído es muy guapo, veo que atiende una llamada y se va de camino a su consultorio. El día pasa muy lento, aunque este en literatura, la maestra pide que hagamos un escrito de cómo nos sentimos, qué o quién nos hace sentir así  y definir qué sentimiento es, no poderle nombre, solo entregárselo.  Lo primero que está en mi cabeza es el nuevo psicólogo, el cual ahora que lo recuerdo, no sé ni su nombre pero no puedo dejar de pensar en él, es raro porque aún dentro de toda esta infelicidad, siento un poco de ilusión por verlo al rato, y tal vez poder saber su nombre, o un poco de él, pero hay tiempo para eso. =Luz en la oscuridad=  =Desde la primera vez que te vi, me encante de ti, de tus ojos o, solo de ti. No solo me gusta lo prohibido, me gusta demostrarle al mundo que nadie puede ponerme reglas, y cariño si es que tu si las sigues, te invito a romperlas conmigo. El color de tus ojos me invita, así como solo tu respirar, dime ¿Cómo haré para verte diariamente sin la tentación de besar?  Te lo pido, se la luz de mi alma, pues, a como esta de oscura y rota, necesito una luz que por fin me haga destellar y sentir que voy a volar. Mis sentimientos quedan plasmados con lápiz en este papel, ellos son los únicos testigos, de lo intensa que puedo llegar a ser. = AMOR Finalmente me preparo para dejar el papel en el escritorio de maestra, pero una voz de cierta persona estúpida me interrumpe. -¿Ya vas a entregarlo?- dice ebrio otro "amigo", no entiendo como ningún maestro se da cuenta de que vienen borrachos o drogados, pero en mi caso que no tenía nada, armaron todo un chisme, tamaño monumental, como sea, trato de esquivar a James pero se pone en el centro. -Creo que es más que evidente, hazte a un lado- digo tratando de pasar pero el pega con su libreta mi cara haciendo que los lentes que ocupo para leer se caigan, el empieza a reír como un imbécil. -Awww, te estas enojando- dice burlándose más a lo que no puedo más, cierro mi puño y le pego justo en la nariz, se agacha y también caen sus lentes, cuando alza la mirada veo que le sangra un poco, la maestra enseguida se para y se dirige hacia nosotros. -Julianne, a detención y tu James, ve a enfermería,  después la alcanzas, y si no me traen un papel de que estuvieron ahí mañana, ya no podrán entrar nunca más a mi clase. Salgo hecha furia pero antes dejo la hoja en su escritorio, se merecía eso y más y ahora me va a castigar la muy maldita. Paso al salón de detención y me siento, tengo que esperar a que el maestro venga, explicar que paso, me hará que pida disculpas, me dará una hoja para poder entrar a clase y eso es todo, ya conozco el proceso. Pasan cinco, diez, quince minutos y no viene ni es estúpido James ni algún maestro, empiezo a arrancar el esmalte maltratado de mis uñas hasta que entra por fin... el psicólogo con un folder amarillo, mierda. Su mirada es fuerte y se sienta junto frente de mí, sus rasgos cambiaron mucho de ayer a hoy, su expresión es mucho más severa.  -Dije que quería verte hoy, pero no en esta situación- dice al fin, mis ojos inconscientemente están clavados en el suelo odio esto, ahora va a creer que soy una drogadicta agresiva y sin modales, voy muy bien. Siento como su mano fría me toma de la barbilla y hace que lo vea directamente a los ojos, mierda y más mierda.- Me gusta que cuando hablo con alguien esta me esté viendo- dice serio. -¿Me dejarías explicarte que es lo que paso por lo menos?, si eres como todos los demás maestros y la anterior psicóloga muchas gracias pero creo que no nos podremos llevar bien.- digo ya molesta, el solo asiente y quita su mano lentamente. Trato de explicar todo a detalle, el cómo me moleste y porque me enoje, las veces que el antes ya me había molestado y que no empecé yo la pelea, mientras más hablaba él se iba relajando o eso parece, no veo sus hombros tan rectos.  -He hablado con tu compañero James, el venía alcoholizado, él ya fue suspendido por una semana pero varios compañeros tuyos me contaron una versión muy diferente a la tuya.  -Eso es porque si a mí me pasa algo no importa, pero a ellos si les pasa algo todos los defienden, ¿sabes algo?, es obvio que no me vas a creer, así que suspéndame de una vez. -Jamás haría eso- dice al fin- te creo, no puedo defender a un chico alcoholizado que te ha tirado los lentes, que por cierto tu maestra me los dio- dice sacándolos de su bolsillo extendiendo su mano hacia mí.  -Gracias- los reviso y no están rotos, escucho como suena el timbre de la salida, eso significa que tengo mi cita con el psicólogo, pero me adelante, tengo otra hora para hablar con él. -No solo me dio eso, también me entrego una hoja que tu escribiste en su clase. Este día no puede estar peor, Dios ¿Por qué no me abortaron?  
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