¿Por qué no me deja en paz?

1393 Words
Capítulo 2 ¿Por qué no me deja en paz? ¡Demian eres un hijo de puta desvergonzado! No pude evitar gritar, mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas… ¡apenas mis heridas se están recuperando! No tengo que contarlas, sé exactamente que se trata de noventa y nueve rosas rojas y en el fondo debe haber ocultado otro anillo de diamante. Sé bien lo que piensan, ¡qué mujer tan malagradecida! ¡cualquier mujer moriría porque su esposo sea la mitad de atento con ella! Pero, en mi caso la triste realidad es otra, definitivamente, Demian Lemez no es un hombre para nada atento, Demian, es el mismísimo demonio en forma de hombre exageradamente guapo y manipulador, este maldito ramo de rosas lo confirma. Con esta porquería ni siquiera intenta disculparse conmigo, solo lo usa como recordatorio de que según él seré suya durante el resto de mi vida, así lo odie desde lo más profundo de mi médula ósea, y ese ridículo diamante únicamente me recuerda que debo continuar con esta farsa porque necesito seguir usando su apellido. Esa es la única razón por la que seguimos en este despreciable matrimonio, para ser totalmente honesta él solo me está haciendo una invitación, con esto me indica que me necesita esta noche para tener relaciones sexuales, golpearme, o lo que sea que se le ocurra hacerme, y por haber recibido el ramo ya no me puedo negar… je, esta es otra de las muchas malditas cláusulas del contrato matrimonial. Según su retorcida lógica de macho dominante, al casarse conmigo se convirtió en mi dueño, razón por la que me hace lo que quiere y yo, como su esposa no tengo derecho a tomar acciones legales en su contra, en Florida, la primera vez que llegué inconsciente a urgencias por violencia doméstica, la policía, que al principio se mostró muy cooperativa, cuando escuchó que soy la esposa de Demian y que su apellido es Lemez, inmediatamente me comenzó a tratar como si fuera un terrorista. No solo se retractaron de tomar mi denuncia, también me recordaron amablemente que, como todos conocen los hábitos salvajes de mi esposo, para ellos todas mis visitas al hospital serán tomadas como parte de los juegos sexuales entre parejas… Cuando por fin logré recuperar el aliento y superar mi enojo para recobrar la compostura, sequé mi rostro que estaba lleno de lágrimas y, ya sin la visión borrosa, miré que como siempre el enorme ramo traía una tarjeta, ¡Típico de Demian! Escrita a mano por su puño, ese mismo puño que me ha golpeado tantas veces que aun mi cuerpo esta mallugado y adolorido. Con esa hermosa letra cursiva nadie sería capaz de imaginar que este tipo es un verdadero pervertido, leo la tarjeta “Mi reina, Cassandra Agradezco al cielo por darme la oportunidad de enmendar mis errores y traerte de regreso a mí, sana y salva; espero que te gusten las rosas de hoy, las escogí personalmente para la mujer que me vuelve loco, para la dueña de mi mundo. Desde que supe que habías salido del hospital estoy como un niño contando las horas que faltan para tenerte entre mis brazos, ¡no puedo esperar ni un segundo más para estar contigo! No te molestes en conducir, hoy el chofer pasará a buscarte no quiero que mi reina hermosa se canse demasiado o se retrase en el camino. Con amor, el hombre que daría su vida por ti” Siento náuseas de solo leerla, salí corriendo al sanitario y vomité todo lo que había almorzado… ¿Cómo puede actuar como si no fuera el responsable de que casi muera? ¿Cómo se puede ser tan malditamente desvergonzado? ¡Aaaaaaaahhhhhhhh! ¡Malditooooooo! Grité desahogando toda mi ira que he estado reprimiendo; ese maldito enorme ramo de rosas que descansaba sobre el escritorio, fue arrojado por mis manos y estrellado contra la pared volviéndose añicos… recogí la tarjeta llena de palabras hipócritas y la rompí en miles de pequeños pedazos, abrí la ventana y tiré los miles de pedazos de tarjeta como si se tratara de él. Después de que la oficina quedara echa un total caos, me sentí agotada y me desplomé en mi silla, mirando que en algún momento cuando tiré el ramo a la pared, el enorme anillo de diamantes que esta vez era rosado en forma de corazón había caído al suelo y estaba frente a mis pies. Lo recogí y lo coloqué frente a mí En realidad, estoy exhausta… ¿vale la pena esta vida? ¡yo no quiero nada de esto!, me niego a ser golpeada y abusada hasta la inconsciencia por este vil hombre de nuevo, me odio a mí misma por ser tan débil que deba usar la fachada de la humilde mujer maltratada de un empresario de tercera categoría para protegerme… pero ¿de qué mierda me estoy protegiendo? Si este remedio está resultando mucho más dañino que la enfermedad Además, aunque este Demonio se jacte de ser el hombre más destacado de Florida, el empresario más estable y con mayor capacidad de inversión, jamás pasará de ser un pobre empresario de tercera ante mis ojos… ¡esto es una porquería! ¡no vale la pena en absoluto! Nunca pensé, ni en mis pesadillas más despreciables, que mi vida algún día se vería reducida a esto. Mientras me iba calmando, mi mente se fue aclarando y tuve un extraño momento de optimismo. Me dije a mi misma… ¡Esto es cuestión de sólo unos pocos meses! debo mantenerme con vida solo un par de meses más y podré sin duda darle la vuelta a toda esta situación de mierda, podré desahogar todo mi odio y mis agravios con quienes han hecho de mi vida este infierno que estoy viviendo hoy. … “Buenas noches, señora Lemez” Me saluda el chofer de Demian apenas me ve salir del edificio, y con rapidez, me abre la puerta de la elegante limosina, la misma donde mi esposo suele trasladar a sus amantes, respiro profundo antes de subirme, intentando ocultar el asco que siento, obviamente no me molesto en mirarlo, mucho menos en responderle, siempre trato de mantener mis distancias con el personal de ese hombre al igual que con su familia. El chofer, como siempre ante mi indiferencia, sonríe, niega con la cabeza y se dedica a conducir. ¡Estoy realmente aterrada!, no sé qué me espera esta noche, solo sé que, definitivamente, aunque muera de asco, hoy no le permitiré golpearme, mi cuerpo en su estado actual no es capaz de recibir una paliza más de ese hombre. Llegamos a uno de los hoteles de la familia Lemez, ¡No! Para ser exactos este hotel es de Demian, es nuevo y lleva mi nombre como parte de su acto de esposo enamorado, que realmente hoy en día después de tener dos años de casados y un sin fin de entradas a emergencias ya todo Florida sabe que él es muy “juguetón” conmigo, aún no logro comprender ¿qué demonios ha ganado con eso? “hola mi reina” Me saluda Demian en la recepción, donde lo consigo con una enorme sonrisa que debería estar prohibida para la gente loca y agresiva como él, comprendí la razón de su buen humor cuando noté que se encontraba entregándole su tarjeta de presentación a una chica, era bastante joven e iba acompañada por una mujer de mediana edad, a quien no le cabía un diente más en la boca de lo alta que era su sonrisa, no pude evitar rodar mis ojos, si tiene tantas mujeres ¿Por qué rayos no me deja en paz? Puedo seguir manteniendo mi identidad oculta, así me convierta en la ex esposa del presidente Lemez “Hola” Devuelvo el saludo sin querer acercarme mucho a él, esperando que decida olvidar la invitación y se largue a utilizar el cuerpo de su nueva conquista, pero, inmediatamente dándole la espalda a su par de admiradoras, en solo dos pasos se acerca a mí y me estampa un beso en los labios, por un instante sentí el impulso de vomitar, pero recordé que mi cuerpo no aguanta una paliza más y me esforcé muchísimo para sonreírle como una dulce esposa, solo Dios sabe lo mucho que me estoy esforzando en este momento por mantenerme viva.
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