Mientras respire, sigo siendo la legítima esposa del presidente

1156 Words
Capítulo 1 Mientras respire, sigo siendo la legítima esposa del presidente Cassandra Aunque es lunes, llegué al edificio donde trabajo en horas de la tarde después de una sesión de chismes, compras, manicura y mucha comida con mi amigo Connor, quien después de asegurarse de que me encuentro realmente bien, me invitó a ir de compras nerviosas para celebrar que como compensación a sus tantos años de trasnochos, trabajo duro, sudor, lágrimas, un sin fin de pruebas, estudio y esfuerzo, fue seleccionado apto para el empleo de sus sueños, finalmente, mi mejor amigo se irá a trabajar a otro país y podrá dedicarse a lo que de verdad ama. Mi vida, desde el fatídico día que conocí a mi esposo Demian Lemez no tiene nada que amerite una celebración. Es por eso que prefiero alegrarme de los logros de mi amigo como si fueran los míos, de todo corazón le deseo lo mejor, y lo apoyo incondicionalmente… así como él hace conmigo. Y es que, esta vez estaba realmente enojado cuando llegó al hospital y me encontró en coma el día que recibí la última paliza de Demian. A pesar de habérselo ocultado durante mucho tiempo, no se separó de mí, ni me cuestionó que no haya tenido el valor de confiar en él, como para revelarle que mi matrimonio con el presidente Lemez ha sido realmente la etapa más dura de mi vida, que no haya podido contarle que para ese hombre solo soy un saco de boxeo y una máquina de cargar sus bebés para que pueda asesinarlos con sus propias manos. Connor durante todos estos años me ha demostrado que es único y leal, durante las últimas dos semanas a pesar de tener tantas cosas que hacer para su viaje, no se atrevió a separarse de mí, ayudándome a recuperar mi condición física y sobre todo mi estado mental… Solo se fue cuando supo que ya estaba lista para seguir adelante. Aunque nunca me preguntó lo que estaba ocurriendo, sé que, con solo mover un dedo, mi amigo supo que soy una mujer maltratada desde mucho antes de casarme, y tengo la corazonada de que tuvo que tomar alguna acción contra mi esposo a mis espaldas, de no ser así, él que es homosexual y un activista por los derechos de su comunidad no estuviera viajando tan tranquilo hacia los Emiratos Árabes Unidos. Solo espero que lo que sea que haya hecho Connor, no revele mi identidad, ya que lo que menos necesita mi vida es involucrar el apellido de mi papá en un escándalo, esa es la única razón que he tenido para soportar a los malditos Lemez todo este tiempo. Estar con Connor siempre me deja de buen humor, sin embargo, soy consciente de que esta puede ser la última vez que comparta con mi amigo en unos cuantos años. Camino a paso lento por los enormes corredores de esta empresa que no tiene nada que ver conmigo, pero me veo obligada a trabajar aquí porque es la que representa mi actual apellido de casada y aunque; como muchas otras que me parecen sin sentido, una de las cláusulas de nuestro acuerdo matrimonial me obliga a trabajar en esta corporación como vicepresidenta mientras sea la señora Lemez. Suspiro pensando en el día que finalmente se acabe esta pesadilla cuando ‘Ding’ El timbre del ascensor recordándome que llegó el momento de caminar hasta mi oficina, me saca de mi repentino viaje al mundo de los recuerdos tristes, para traerme de vuelta a mi cruel realidad. Camino con calma en dirección a mi despacho que queda ubicado convenientemente frente al despacho del presidente de la compañía, ¡je! Es decir, la basura que aparece en el documento como mi esposo, con poco ánimo de ofender a la basura. Continúo intentando mantener mi buen humor, pero con cada paso que doy al frente me resulta más difícil, ya que, es de conocimiento público que, además de maltratarme física y psicológicamente, mi querido esposo, se ha dedicado a follar con todas las secretarias y asistentes del edificio, sin exagerar, estoy segura de que hasta las mujeres sexagenarias de la limpieza han sido sus amantes, por lo que, las mencionadas ni siquiera se molestan en fingir ser cordiales conmigo, que no solo soy la esposa del presidente, también soy, la vicepresidenta general y legalmente dueña de la mitad de todo lo que le pertenece a ese hombre, aunque hayamos firmado un extenso acuerdo matrimonial, nunca hicimos un documento de división de bienes, aunque Demian Lemez intente asesinarme a golpes cobardemente cada vez que puede, mientras siga respirando, continúo siendo su esposa, y la legítima dueña de la mitad de todo su patrimonio, incluyendo los “regalitos baratos” que todas esas ingenuas puedan recibir de él. “buenas tardes, señora Lemez” Me saludó Amelia desde su escritorio apenas me vio llegar, aunque desde hace mucho se me dificulta sonreír, intento no ser tan distante con ella como con el resto, ya que esta mujer me protege como lo hubiera hecho mi madre, es mi asistente, sabe absolutamente todo de mí vida desde el día que Demian la contrató para ayudarme con todo lo que necesitara, a ella no tuve que contarle el historial de abusos de mi esposo porque esta valiente mujer ha vivido muchos de esos conmigo, de hecho, de no ser por su repentina visita, quizá ya la estuviera mirando con resentimiento desde el infierno. Y es precisamente por eso que me preocupo al ver como su hermosa cara se alarga, hasta casi tocar el piso con solo verme llegar, esa expresión facial inconsciente por parte de Amelia, que siempre tiene en su rostro para mí una dulce sonrisa, definitivamente logró arruinar el buen humor que me había esforzado por mantener “¿Amy, Ocurrió algo?” Le pregunté en voz muy baja porque comencé a sentirme un poco ansiosa, su expresión facial en este momento; aunque se esfuerce por ocultarla, es realmente trágica, de igual manera lo negó, pero enseguida señaló en dirección a mi oficina y bajó la cabeza para mirar el suelo, al verla de esa manera supe que aún no ha ocurrido nada, pero debe estar por suceder algo muy, muy malo y no puedo evitar rezar en mi interior ‘¡espero que no sea lo que me imagino justo ahora!’. Asentí hacia ella, dándole a entender que comprendo, y después de un par de respiraciones profundas para estabilizar mis emociones introduje mi huella en la cerradura para finalmente abrir la puerta del despacho, solo di un paso dentro y, definitivamente no logré sostener mis lagrimas al verlo ‘¡No de nuevo! ¿Por qué a mí?’ No puedo evitar preguntarme cuál es la razón de mi existencia, cuando miré sobre mi escritorio, un ramo, ¡otro maldito ramo repleto de rosas rojas! ......................................................................... Holiiiiii! aqui estamos con este nuevo proyecto, espero que les guste... besitoooooos!
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