El globo es flexible con la persona correcta, teniendo la técnica del arte de la manipulación y modelado del globo, para su transformación en cualquier forma o cosa que pueda imaginar el payaso.
De alguna forma, el plan de Oliver se comenzó a formar de una manera o de otra moldeando algo que, para él, sería muy beneficioso, claro que si salía como lo ha planeado.
Se quedó tres días más con su amigo Bernardo, aunque estuvo en contacto con Karina siempre.
Vio a algunos amigos suyos, como también conoció a personas amigos de Bernardo que le cayeron bien, y como ahora se encontraban en la casa de Cristian mirando algo de futbol por la televisión.
—Están jugando las Águilas contra los pumas.
—Sí, solo que es repetida. —dice uno de ellos.
Oliver mira el juego.
—Entonces quienes son los que ganan.
—Me parece que las Águilas. —dice Javier, amigo de Cristian.
—No, quienes ganan son los Pumas. —dijo Cristian, al traer un tazón con algo de botana que coloco sobre la mesita del centro al sentarse.
Se encuentran entretenidos mirando el juego, Oliver está pensando algunas cosas de volver a la ciudad.
—Piensas volver mañana.
—Sí, ya tengo el boleto y me iré temprano.
—Porque, según te irías la semana pasada.
—Si solo que ya no me fui, por lo que paso en uno de los caminos.
—Cierto.
—A mí me dijeron que hubo dos muertos y los demás heridos. —dice uno de los amigos de Cristian.
—Pero ya, por eso que está en construcción eso, por eso que la ruta cambio.
—No lo sabía. —contesta Cristian.
Quien no es muy alta con una buena altura de pantalones de mezclilla, con una playera estampada y con botas, mientras visten con vaqueros y camisas de color diferentes con tenis, sentados mirando el juego de futbol repetida.
—Porque tan feliz Karina.
“Feliz” ella piensa al escuchar a Lizbet, al pensar y decir:
—Bueno, Oliver me está prestando su auto y él va llegar mañana.
—Vas a ir por él.
—Si lo recogeré en la terminal del minibús del valle.
—Entonces si se va a venir.
—Si.
—Bueno, no quiero ser chismosa, pero a que fue tu novio a grana.
Karina medio sonrió levemente.
—Solo fue a ver a su tío, ¿Por qué? —pregunto ella.
—Bueno no sé si lo sepas, grana es uno de los lugares que no muchos pueden visitar, cosa rara no.
—Entiendo a lo que te refieres, si igual me han dicho eso aparte que suceden algunos incidentes en grana.
—También eso, aparte se cree que hay viven ladrones y delincuentes.
—En serio. —dijo ella algo sorprendida, aunque lo sabía muy bien Karina.
—Si no te miento.
—Tal vez solo son rumores.
—No lo sé, pero si es no lo es deberíamos cuidarnos de ir a grana.
—Has ido antes a grana.
—Si una vez fui con mis amigos de mochileros, estuvimos unos días, pero para ir a ver la cueva de león lugar al que no pudimos ir a ver, eran de los lugares que no pudimos conocer.
—Entonces, los dejaron entrar.
—Si solo tuvimos que evitar visitar algunos lugares de grana, que nos dijeron que no estaban permitidos, solo por una cierta cantidad de dinero.
—Y seguramente no se quedaron mucho tiempo.
—Creíamos que sería bueno, pero no, nos quedamos mucho tiempo, quisimos mejor irnos de ahí e ir mejor a otra parte.
Hablaron ellas un poco más, hasta que fue su hora de comida que ya había llegado, el pedido de sus compañeros y el de ellas, después volvieron al trabajo, ya que al día siguiente era el descanso de Karina.
Karina manejaba yendo a casa, hace unos días mientras hablaba con su novio quien después le menciono sobre el coche, que decidió prestarle, también dijo que llegaría esa semana.
—Que paso Jimena. —dice Karina al contestar al teléfono, dándose cuenta que es su hermana.
—Oyes puedes venir, estoy en casa de Fabiola.
—Si está bien, yo se lo diré a mamá. —dice Karina al colgar.
Y llama enseguida a su mamá.
—Mamá estoy bien, te hablo para decirte que iré por Jimena a casa de Fabiola.
—Si hija.
Ella solo colgó y se fue directo a casa de la amiga de su hermana, no tardó mucho en llegar, solo llego, se estaciono y bajo del carro para ir por su hermana, toca a la puerta.
—Hola Karina.
—Buenas tardes señora Lourdes.
—Pasa.
Karina entro, mientras, la señora le ofrece un vaso del agua en lo que bajaba su hermana, mientras se encontraba hablando un poco con la señora que le hacia las preguntas básicas, hasta que Jimena bajo y ambas se despiden saliendo de ahí.
—Llamaste a mamá.
—Si la llame, solo que me pidió que le comprara unas cosas en el súper, entonces vamos para comprarle.
Así fueron ambas hasta el súper mercado, donde llegaron a comprar lo que su madre había pedido, lo hicieron algo rápido para salir de ahí y dirigirse a casa de nuevo.
—Mañana llega Oliver.
—Si mañana en la mañana, es por eso que me despertare temprano para ir por él. —dice Karina al dar vuelta.
—Lo vas a traer a la casa.
Karina ríe al escuchar lo que dice Jimena.
—No, lo llevare a su casa.
Es como detiene el auto, al ver Jimena y ella que llegaron a casa bajan y sacan las bolsas de compras de la cajuela, yendo a la casa, al abrir Karina la puerta.
—Mamá llegamos. —dice Karina fuerte.
Ambas llegan a dejar todo sobre la mesa, su mamá saluda a ambas, mientras una que la otra la ayuda a su mamá, ya que Karina debía ir al baño, no tarda mucho, pero antes pasa a su cuarto a dejar algo que traía en su sudadera, y de ahí baja las escaleras terminando de ayudar a su hermana y a su mamá.
Miraron algo de televisión, escuchaban lo que su mamá al ser una serie sobre investigadores criminales, y las dos con sus celulares, una más ocupada que la otra.
Karina se levanta a prepararse sus hotcakes que mamá había preparado con su hermana, se prepara los suyos para comenzar a cenar, mientras mira su serie por su móvil.
—Gracias mamá, voy a irme a dormir.
—Si hija buenas noches.
—Me levantas temprano si mamá.
Su mamá la mira.
—Mamá, te dije que voy a ir por Oliver.
—A sí me habías dicho, está bien yo te hablo.
Karina solo subió hasta su habitación, donde solo se cambió la ropa, al ponerse el pijama y acostarse a su cama, con ya la luz apagada en solo su propia oscuridad, con algunas estrellas que brillan que ella pego de niña.
Sintió un breve movimiento cuando medio despierta, escuchando la voz de su mamá.
—Karina, ya son las seis, despierta. —dice fuerte.
—Si mamá ya voy.
Su mamá sale del cuarto, mientras Karina se está despertando destapándose, su ropa la tenía lista, ya solo se levanta para cambiarse quitándose el pijama, ya lista toma su bolso y sale de su cuarto, desayuna algo rápido.
—Ya me voy mamá.
—Si hija, ve con cuidado.
—Si mamá.
Sale de su casa, sube al coche y sale rumbo a minibús del valle, para esperar a que llegue Oliver. En eso que se encuentra manejando hasta estacionarse y bajar, yendo rápido al entrar a la terminal, a lo que decide sentarse a esperar fijándose de cada minibús que llega, en eso ve a varias personas bajar, pero checa que él venga.
Es el momento en que los dos se ven, se dibujan levemente sus sonrisas, se saludan y ella solo corre a abrazar a Oliver quien la recibe con entusiasmo, al salir los dos de ahí platicando para, después subir al coche.
—Bueno, mis amigos quieren conocerte.
—En serio.
—Si quieren que la próxima vez que vaya te lleve, para que los conozcas.
Ella se ríe al seguir manejando.
—Ok, entonces nos vamos a tu casa.
—Si solo que antes necesito comprar algo en el súper.
—Está bien vamos.
—Y cómo va el trabajo.
—Bien, bien tranquilo, bueno en ocasiones está más lleno los viernes y fin de semana, nada más deja que los niños salgan de vacaciones, pero tú que tal te fue con tu tío.
—Muy bien, tiempo sin habernos visto, por suerte estaba en su casa, es que siempre está viajando.
—Fue una suerte que lo hayas encontrado no.
—Eso sí, me mostro como siempre sus sembradíos de maíz, sus animales.
Karina solo mueve la cabeza.
—Es de lo que siembran.
—Siempre, de todo siembran.
—Como mi amiga Nadia, igual siembran ellos que calabaza, maíz y frijol, llamare a Nadia y a Bruno de cuando ir a verla para ir a la elotada, es bien rico.
—Claro y como está tu amigo Bruno.
Ella piensa por un momento pensando que debe él estar bien, porque la verdad era que han estado algo distanciados, ya no se hablan al teléfono ni nada.
—Bruno está bien trabajando.
Llegan al súper y bajan del carro, yendo los dos de las manos.
—Sigue trabajando.
—Si en la empresa de herramientas.
En eso toman un carrito y comienza Oliver a elegir de cada pasillo lo que necesita, mientras él habla.
—Sí, necesito esto en mi casa. —le comenta al tomar un producto que cree Karina que no es necesario.
—Ok de todos modos, tú lo pagaras.
Oliver voltea a ver a su novia, en eso que están saliendo de ese pasillo ella gira viendo a una chica reír, a lado de Bruno.
—¿Qué pasa? —pregunta Oliver.
—Espera.
—A quien miras nena.
—A ver voltea disimuladamente a lado izquierdo.
Oliver voltea, no quiere decir que la chica que, aunque esta bonita, no le parece conocida.
—Ella ¿Qué? —pregunta.
—No hablo de ella, es él. —dice Karina al tomar de la barbilla a él y moverlo un poco, para que vea a Bruno.
—Es Bruno.
—Y se me hace que ha vuelto con su ex novia Sofía, y él nunca me cuenta nada.
Oliver solo frunce el ceño.
—¿Qué haces?
—Vamos a saludarlos.
En eso que van directo hacia allá donde ellos se encuentran.
—Hola Sofía, hace tiempo que no te había visto.
—Karina hola.
Bruno voltea con sorpresa, y no le queda otra que saludar a su amiga y a Oliver.
—Hola chicos, ¿Qué hacen aquí? —dice Bruno.
—Comprando. —responde Oliver.
—Casualidad.
—Y que maleducada, te presento a Oliver.
Se estrechan la mano a lo que dice Karina.
—Pero díganme como han estado.
—Bien, verdad amor. —dice Sofía, una chica de pelo corto color n***o, alta con un vestido de flores con botas.
Algo que a Karina le sorprendió.
—No me digan que regresaron.
—Sí y estamos viviendo juntos.
—Oigan felicidades. —dice Karina.
Ellos agradecen, mira el rostro de Bruno a lo que ella decide decir:
—Fue un gusto verlos.
—Igual a nosotros.
Así las parejas continuaron haciendo sus respectivas compras, aunque Bruno si voltio a mirar a su amiga Karina.