Al bar Roldan.

1433 Words
Se encontraba haciéndose un sándwich en la cocina, la entrevista fue hace unos días, ya había dejado el trabajo del parque y ahora comenzaría a trabajar este lunes en el salón de juegos, al decírselo a su amigo Bruno y a Oliver se alegraron. —Oliver. —dijo. Al escuchar que ha contestado su teléfono, porque tomo su móvil, al recordar que debe invitarlo a la salida de este fin de semana. —Karina hola ¿Qué haces? —pregunta él enseguida, al a ver contestado y dar una señal a su amigo, y que solo asiente como respuesta. —En mi casa comiendo un sándwich y, ¿Qué haces tú? —pregunta. —También estoy en mi casa. —dijo, sin mencionar nada sobre su invitado. Su invitado llego hace unas horas, era de nuevo su amigo Raúl, que se encuentra en silencio mientras ve que Oliver esta al teléfono, con alguien que le importa. —Si. Hace un momento Karina se lo había dicho, teniendo la respuesta rápido, está sentada al sillón con el volumen bajo de la tv, comiendo en bocados pequeños, hablando aun con Oliver. —Entonces nos vemos el sábado en el club bar al que fuimos. —A sí claro. —A las seis de la tarde nos vemos ahí. —Sí, si claro. Karina no menciona para nada a Bruno o a alguien más, no lo cree necesario, hablaron un poco más hasta que ella se despidió igual que él. —Hablabas con tú novia. —le dice Raúl, al ver que a colgando y dejando su celular en el bolsillo del pantalón. —Sí, pero dime, sé que no solo viniste a verme ¿qué sucede? —Nada, solo una invitación del Abasí. No podía creerlo que Raúl viniera a mencionarlo. —No pongas esa cara, siempre has venido a Abasí. Oliver asiente, lo sabía, ir hasta Abasí no era un pueblo o tal vez quizás exista, eso sería en un mundo paralelo, pero esa palabra solo es la clave de asistir a una reunión en el bar Roldan. —Raúl te lo había dicho, dejar mi casa, a mi padre, es dejar esa vida de delincuencia y no me vengas de nuevo con el cuento del heredero. —dijo pensando, “no debí encontrarte”, lo ha sabido desde siempre las amistades que creo en la infancia y adolescencia, no son lo que él quisiera teniendo enlazo el engaño como las mentiras, y que si no es cuidadoso Raúl es capaz de traicionarlo. —Lo has dicho, tu aun escapando de esa realidad, amigo no puedes mira tú realidad, crees que a tu hermanito menor tenga las agallas, te aseguro que no las tiene, lo sabe tu padre. —Que sabes de mi hermano. —Oscar está bien, todavía tu padre no lo pone a cargo, estaría drogado si lo hiciera. Intento no reír a ese comentario, Oscar es su hermano menor, quien tal vez no es nada seguro que sea el correcto de llevar el negocio familiar, al ser un muchacho rebelde, reservado y en su propio mundo, porque después de su adolescencia Oscar cambio demasiado. —Solo ven, si es por tu novia no es la primera vez que mientes blancamente a una de tus ex. —No, yo decidí algo y lo cumpliré. —Viviendo en una casa así. —dice Raúl, volteando a mirar a su alrededor una casa simple, medio acomodada, sin lujos, un hogar humilde en lo que cabe. —Sí, gracias por tu interés. —Teniendo trabajos que no te duran, y sin dejar de trabajar como un payaso. —Y, no tengo problema me gusta. —Que diría tu padre. —No pienso repetir sus palabras. —dijo Oliver, aunque las tenía en la mente. —Si te ven en Roldan, se pondrán felices de verte. —Quien te envió Raúl. —Enviarme a mí. —dice él, al comenzar a reír. —Qué casualidad que hace días nos encontramos en aquel bar, y vengas de repente a mi casa, a invitarme porque para ti esto es una invitación para ir al bar Roldan, o cual es la verdad de esto. —Lo vez, tienes esa actitud de la que todo heredero tiene. —dijo Raúl, viendo la actitud de un líder. Solo mueve la cabeza. —No te desvíes del tema, ahora dime tus intenciones o de las intenciones de la persona que te envió. —Crees que alguien me envió. Oliver asintió y continúo diciendo Raúl. —Te juro que nadie me envió, por Dios, nadie sabe dónde estás. —No jures en vano, menos utilices a Dios, solo dímelo. —Nadie Oliver, nadie sabe que tu estas en la ciudad. —Eso significa que me han estado buscando. —Si, al principio fue básico buscar en los lugares que frecuentabas, amigos, conocidos y hasta fueron a ver a tu abuelo, el padre de tu mamá. —Como está mi abuelo. —Bien, estuve ahí cuando fueron a su casa. —¿Qué paso? —pregunto Oliver, un poco sorprendido con la noticia, al ser que quiere mucho a los padres de su mamá. —Bueno, debes saber que cuando tú te fuiste y no dijiste nada a nadie, Oscar me pidió que fuera a casa de tus abuelos antes, para decirle que tú te habías ido y en el primer lugar que tu padre buscaría, era con tus abuelos Maite y Luis. Oliver asintió. —Llegue antes de que tu padre y sus matones llegaran, tuve que decirle todo con rapidez, porque el desgraciado llego, tus abuelos me escondieron para que no se diera cuenta que yo estaba ahí, discutieron al insistir que tú no estabas ahí, que no sabían y de alguna forma tu abuelo regañaba a tu papá, cosa que, arremetida a grito abierto, diciendo tu nombre, lo que me sorprendió y creí que pasaría de que iba a matar a tus abuelos. —Es algo complicado Raúl, la cosa es que mi papá no puede hacerles nada a los padres de mi madre. —Cómo está eso. —dijo Raúl sorprendido. —Lo que pasa es que existe un contrato. —Contrato, no es gran sorpresa. —dice Raúl. Siendo que estar en un ambiente de tipo mafioso, nunca fallan el utilizar un papel firmado para cualquier cosa. —Mi abuelo es su socio en un negocio de gran prestigio. Raúl lo piensa un poco, abriendo los ojos al recordarlo. —No es cierto, el este negocio de telas. —Sí y lo más curioso es que trabaja en ella, nadie sabe que soy el nieto del dueño y jefe. —Cómo crees. —A si es Raúl, la situación es que, si algo les sucede a mis abuelos en enviar automáticamente archivos que tiene de mi papá, siendo evidencia de sus crímenes. —Esto lo sabe Oscar. —No, solo yo, es una de las causas que decidí irme de casa. —Acaso tienes un plan en mente. —Claro que sí. —Piensas arruinar a tu padre. —Algo así, ¿Qué sucede? —pregunta Oliver. —Tu novia lo sabe. Oliver solo negó moviendo la cabeza. —Porque tendría que saberlo. —No te has dado cuenta. —Sobre ¿Qué? —Si no estoy equivocado, tu chica es Catrina. Frunció el ceño confundido, no dijo su nombre real de ella, a lo que solo dijo: —Catrina de, ¿Quién hablas? Raúl. Su amigo salta una risita burlona. —No lo sabes por dios, son una pareja con secretos. —Espera, puedes ser más claro. —Ok seré breve, entiendo que no lo sepas, después de todo solo te mantenías encerrado en una casa grande y solo salías de reventón o a los lugares de papi, es por eso que debes venir a la reunión Abasí, en el bar de don Roldan y en el plan que tienes, quizás la Catrina te pueda ayudar. Oliver solo quería reírse, porque para nada conoce a Karina y tal vez su amigo se equivoque de persona, al referirse de esa forma de ella. —Bueno dime, y esa tal Catrina en que según tú me ayudaría. —Aunque, que no sea ella. Oliver asiente. —Ok te lo diré, es una excelente y buena hacker. —Intentare creerte. —Entonces, vendrás es el domingo a Roldan. —Quizás. —Tu hermano estará feliz de verte ahí. Oliver solo mueve la cabeza, despidiéndose los dos, lo que sí está seguro es que su padre no ha contactado a Oscar.
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